EL NUEVO CONVENIO GENERÓ PROTESTAS

Incertidumbre por 4400 jubilados que cambiaron de prestadores de PAMI

Se pasó a un sistema de cápita y el Sanatorio Junín no suscribió el acuerdo. Unos 1.500 afiliados fueron absorbidos por el hospital, otros 800 pasaron a la Clínica Centro y el resto a Imec. Hay dudas sobre la capacidad de camas para internación. El Círculo Médico tampoco llegó a un acuerdo y el módulo profesional está en duda, aunque la obra social asegura que se ofrecerá sin inconvenientes.

La decisión del PAMI cambiar la modalidad de su servicio, con el paso de un sistema de pago por prestación a uno por cápita, en Junín se generó un conflicto que involucra a instituciones de salud, profesionales y jubilados.
En efecto, el convenio entró en vigencia el 1 de junio y desde ese día, el Sanatorio Junín dejó de atender a los afiliados del PAMI. En tanto, el Círculo Médico de nuestra ciudad tampoco suscribió el acuerdo, porque consideran insuficiente el pago por cápita ofrecido desde la obra social (ver recuadro).
Con respecto a la culminación del vínculo con el Sanatorio, se generó un clima de amplia incertidumbre, ya que los 4400 afiliados de PAMI que lo tenían como centro de referencia debieron ser redistribuidos en otros centros de salud de Junín.
De esta manera, alrededor de 800 jubilados serán absorbidos por la Clínica Centro, unos 1500 por el hospital, y el resto capitará en la clínica Imec.
Esto significa que habrá solamente tres centros sanitarios locales para atender a los más de 17.000 beneficiarios de PAMI Junín: unos 7000 en la Clínica Centro, alrededor de 6000 en Imec y aproximadamente 4500 en el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Piñeyro” (HIGA).
Los números no son exactos porque, hasta el momento, se hizo la redistribución masiva, pero desde PAMI Central todavía no mandaron los padrones detallados como para saber cómo quedo, exactamente, el reparto, algo que estará confirmado en la semana que está comenzando.
La titular de la delegación local del PAMI, Luciana Gómez Panizza, explica a Democracia que “la cápita del Sanatorio fue redistribuida y se hizo muy bien en los otros tres prestadores”. Y agrega: “No va a haber dificultades en la atención de los afiliados, en el módulo internación. Los jubilados que estaban en el Sanatorio deben consultar en PAMI dónde van a hacerlo ahora, y los que antes lo hacían en las otras clínicas o el hospital, continuarán de la misma manera”.

“La cápita del Sanatorio fue redistribuida y se hizo muy bien. No va a haber dificultades en la atención de los afiliados”.

Las camas
Las dudas a partir de esta situación pasan, entre otras cosas, sobre la posibilidad de dar una cobertura completa y de calidad a la misma cantidad de afiliados en menos lugares. En concreto: si las camas van a ser suficientes.
Para el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad de Junín, Héctor Azil, “es muy difícil que la redistribución de la cápita que tenía el Sanatorio Junín la puedan contener las otras dos clínicas y el hospital”. En su análisis, el dirigente gremial afirma que tiene “serias dudas sobre si las camas serán suficientes”, porque “son muchos los jubilados de nuestra ciudad que tendrían que acceder a esos tres centros sanitarios, solamente”.
Respecto de este punto, Gómez Panizza remarca que “es importante decir que son las cantidades de cápitas que cada institución dijo que podía absorber”, es decir que no se realizó de manera unilateral por parte del PAMI, sino que “fue en base a lo que cada entidad consideró que tenía capacidad para atender”.
Por su parte, la directora del HIGA, Alicia Ramallo, también busca llevar tranquilidad a los afiliados de PAMI: “No es que se internan todos juntos, algunos llegan por consultorio externo, otros por la guardia, y los que nos tocan a nosotros van a tener todos los servicios, como lo que se venía haciendo con todos los otros pacientes. Nosotros teníamos una cartera de 3000 pacientes de PAMI y ahora nos dieron 1500 más. En un momento llegamos a tener 8000, pero por distintas circunstancias se pasaron a las instituciones privadas, y ahora tenemos 4500”.
Ramallo tiene en claro que “las camas del hospital son siempre las mismas”, por lo que va a incrementar en un 50 por ciento la cápita de PAMI en el HIGA, pero la infraestructura es la misma. “Lo que se va a ampliar, en lo edilicio, es farmacia, cocina y depósito, es decir que más camas no podemos habilitar porque no tenemos presupuesto para hacerlo, y lo mismo sucede en las clínicas”, puntualiza la directora del Abraham Piñeyro. Y añade que, “PAMI también tiene un servicio de internación en domicilio y, en todo caso, se puede trasladar a otro centro”.

Incertidumbre
Para Ramallo, “es lógico” que esta situación genere incertidumbre porque “los cambios y lo nuevo siempre cuestan”.
Y en ese marco, señala que desde la dirección del hospital se está trabajando en la mejora y la optimización de los recursos humanos. “Queremos que haya más gente para la atención –explica–, habíamos hecho una preselección para el personal de enfermería y el Ministerio de Salud nos habilitó para incorporar más profesionales médicos y de enfermería, así que en breve lo vamos a hacer”.
En el mismo sentido, Gómez Panizza considera que la situación “está encaminada” y remarca que “se está trabajando para que los afiliados no tengan la más mínima dificultad y que no tengan que esperar por soluciones”.
Y también quiere dejar en claro que la obra social va a controlar la calidad del servicio. Es que la preocupación de los afiliados también pasa por ese lado. “Si tenés algún problema, te van a operar pero al otro día te van a mandar a tu casa y el posoperatorio lo vas a tener que hacer en tu domicilio, así liberan las camas”, se lamentaba un jubilado que se manifestaba en la puerta del PAMI, en la marcha organizada a fines de mayo.
En ese contexto, Gómez Panizza asevera: “Hay auditores designados y hay un control permanente. Con este nuevo sistema hay personal para supervisar cómo es la atención. No tiene que haber dificultades. Estos cambios traen preocupación e inseguridad en los afiliados, pero se está trabajando para que eso se resuelva y que se pueda auditar bien a las clínicas y el hospital, para que presten el servicio como corresponde”.
Finalmente, Héctor Azil se manifiesta “muy preocupado” por la situación general del PAMI: “Ya lo dije en otro momento y ahora lo vuelvo a ratificar, esta política que se está teniendo con los jubilados es un lento genocidio. Ya vimos que hay cortes en las farmacias, se sacan medicamentos, se les limita la atención de especialistas, hay menos servicios de internación, les recortan subsidios, las jubilaciones están prácticamente congeladas porque pierden con la inflación, todos los servicios y los alimentos aumentan, y eso trae aparejado una baja notable en el nivel de vida de los adultos mayores que, insisto, los lleva a un lento genocidio”.

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