DÉFICIT HABITACIONAL EN JUNÍN

Un relevamiento de la ONG Techo reveló que 620 familias viven en asentamientos

Utilizando la media nacional de 4,6 miembros por cada grupo familiar, se estima que más de 2850 personas viven en estas condiciones en nuestra ciudad. Esto significa un aumento del 30 por ciento respecto del año 2013, cuando fue la primera medición. Suman dieciséis los barrios informales en el distrito. Desde el municipio se analiza la posibilidad de ejecutar algún programa de viviendas de emergencia.

Días pasados, referentes de la ONG Techo Argentina mantuvieron un encuentro con las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Social en la que presentaron los resultados del relevamiento sobre asentamientos informales que realizaron en nuestra ciudad.
De acuerdo a ese estudio –al que tuvo acceso Democracia– en Junín hay erigidos 16 asentamientos en los que residen, en total, unas 620 familias. Esto implica que habría más de 2850 personas en estos barrios informales.
A partir del trabajo conjunto con la ONG, desde el municipio se analiza la posibilidad de ejecutar algún programa de viviendas de emergencia como para paliar esta problemática, para luego apuntar a una solución más de fondo.

Los asentamientos en Junín
Techo Argentina realizó dos relevamientos en nuestra ciudad: el primero en el año 2013 y el segundo en 2016. En ambos estudios se llegó a la conclusión de que en Junín hay 16 asentamientos. “Cuando se generó la charla con el equipo de trabajo de Desarrollo Social vimos que había una variación muy pequeña en la cantidad de asentamientos, pero tenía más que ver con que por ahí había un barrio que en realidad eran dos o viceversa”, Martín Lasalle, director regional en Buenos Aires para Techo Argentina, 
Sin embargo, aunque la cantidad de este tipo de aglomeraciones informales se mantuvo, sí se advierte un incremento sensible en la cantidad de personas que viven en estas condiciones, ya que en 2013 había 477 familias instaladas en asentamientos, mientras que tres años más tarde ya eran 620 familias. Esto implica un crecimiento del 30 por ciento.
Si se utiliza la media nacional de 4,6 miembros por cada familia, se estima que unas 2852 personas en estos barrios informales.
Los asentamientos de Junín están ubicados en los barrios Campo La Cruz, Petit France, Los Perejiles, San Antonio (2), Emilio Mitre, Ricardo Rojas, La Celeste (2), El Triángulo, 5 de Septiembre, Martín Miguel de Güemes, Villa del Parque, Las Marías, La Rufinita y la zona del Boliche Amarillo.

El informe
La organización Techo Argentina toma parámetros específicos para definir lo que es un asentamiento informal.
A diferencia de las villas de emergencia, los asentamientos buscan mantener la trama urbana, es decir que son barrios con calles abiertas, en los que la mayoría de los terrenos están subdivididos, y la densidad poblacional es menor que en las villas, donde se da, en general, una situación de mayor hacinamiento, con una trama urbana irregular y sin la suficiente infraestructura. En cuanto a lo específico, la unidad de análisis de la ONG está entendida como un barrio que tiene, como mínimo, ocho familias, y que no tienen acceso a dos o más servicios básicos, como electricidad, agua potable, cloacas o alcantarillado.
“El relevamiento es una forma de posicionar la problemática y la situación de pobreza en la que viven millones de habitantes en nuestro país”, señala Lasalle, para luego ampliar: “Nosotros buscamos que la presentación de los relevamientos en distintos distritos sea una herramienta de generación de información, de construcción colectiva para involucrar a los gobiernos locales también en acciones concretas como, por ejemplo, planes de viviendas o iniciativas de mejoramiento de hábitat”.
El guante fue recogido por la Secretaría de Desarrollo Social. Desde el organismo municipal se pusieron en contacto con la ONG y luego de intercambiar información, generaron un encuentro institucional que se desarrolló hace unos diez días.

Trabajo conjunto
La secretaria de Desarrollo Social, Marisa Ferrari, explica a Democracia que los datos obtenidos por Techo Argentina entrecruzados con los del municipio les permite tener “un diagnóstico más aproximado a la realidad”, lo que les posibilita “intervenir de la mejor manera”.
Pero el trabajo conjunto no se limita al intercambio de datos, ya que la ONG también cuenta con un programa de viviendas de emergencia. “Nosotros no solo estamos analizando ese tema, para lo que estamos evaluando si en Junín hay familias que estén dentro de ese tipo de perfil para manejar esas alternativas, sino que también nos interesa mucho la modalidad de trabajo que tiene esta organización porque lo hacen de un modo participativo con los vecinos, como para que el destinatario del programa sea partícipe de esa mejora del hábitat, porque eso hace que uno se apropie, que lo cuide y lo mejore”, señala Ferrari.
En la actualidad se están haciendo evaluaciones con las trabajadoras sociales del municipio para ver si se puede empezar “con alguna presencia más organizada, trabajando juntos”. Una vez que se establezca quiénes y cómo podrían incluirse en algún programa, se analizará la posibilidad de hacer un convenio formal entre la municipalidad y la organización.
El programa de vivienda de emergencia de Techo Argentina consiste en la construcción de un módulo habitacional de 18 metros cuadrados para familias que se encuentran en situación de emergencia habitacional. La vivienda está hecha de paneles de madera prefabricados, techo de chapa con aislante térmico y se apoya sobre 15 pilotes de madera que la aíslan de la humedad proveniente del suelo. La construcción se realiza junto a la familia asignada y con los voluntarios de la ONG.
“Son viviendas básicas, de un solo ambiente, pero no tienen el llamado módulo húmedo, que es el espacio sanitario, que para nosotros es esencial, por eso estamos viendo otras alternativas –comenta Ferrari–; para nosotros es fundamental la existencia del baño dentro del hogar para mejorar la calidad de vida de las personas. Hay que tener en cuenta que ésta sería una vivienda de emergencia, así que vamos a ver si tomamos este programa o la modalidad de intervenir y trabajar”.

De cara al futuro
EL compromiso de Techo y el municipio es el de seguir vinculados.
“Estamos en conversaciones para ver si podemos avanzar en algún plan conjunto para dar alguna solución habitacional –dice Lasalle–, aunque sea temporaria, de manera que, cuando la municipalidad de Junín tenga más fondos de Provincia o Nación como para generar un plan a largo plazo, podamos acompañarlos en ese proceso también”.
Es que el referente de la ONG en Buenos Aires es consciente de que las administraciones comunales “tienen esta complejidad en la que muchas veces no cuentan con fondos propios”, o sucede “que cada gobierno tiene su propia política habitacional”, pero, en definitiva, lo que se advierte es “una falta de continuidad en políticas públicas, en general, por eso hay asentamientos y barrios informales que tienen 20, 30, 40 o 50 años de antigüedad, por ende, faltan políticas estructurales que sirvan para mejorar la situación integral”.
En el mismo sentido, Ferrari apunta que, más allá de las respuestas frente a la emergencia, se aspira “a lo mejor, pero son tantos los asentamientos en Junín y tantos los años en los que no se intervino, que a veces se necesitan inversiones importantes”.
Es por ello que la funcionaria municipal remarca que cualquier intervención sobre la problemática habitacional debe ir acompañada, indefectiblemente, por la extensión de los servicios básicos: “Eso para nosotros es fundamental. Cuando se proveen lotes, tienen que ser con las prestaciones más elementales. El hábitat para una persona no significa tomar un pedazo de tierra y poner gente ahí, sino que es mucho más, es construir un espacio en donde una familia pueda desarrollarse mejor, por eso ponemos tanto esfuerzo en respetar la dignidad del otro y eso tiene que ver, puntualmente, en estos casos, con que los lotes tienen que tener todos los servicios”.

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