Un problema potenciado a partir de las redes sociales

Está claro que la llegada de las nuevas tecnologías y la facilidad para acceder a ellas agravó el panorama de quienes sufren el acoso de sus pares, dado que generó que esas situaciones de maltrato constante, que antes se vivían en el marco escolar, se extendieran en espacio y tiempo. Crear un grupo de Facebook para reírse de un compañero, pasarse audios o videos por WhatsApp que puedan resultar ofensivos o compartir por Snapchat, son algunas de las formas que adopta el llamado ciberbullying.
El hostigamiento virtual, según la ONG Bullying Sin Fronteras, se incrementó al igual que los casos en clase. “Facebook siempre había sido elegido como el vehículo para agredir, insultar, difamar y amenazar -dice Javier Miglino, titular de la entidad-. Pero en los últimos años se agregaron las plataformas Twitter, Ask, Kik y Snapchat. En el caso de esta última, hay que decir que su uso crece y que se caracteriza por crear imágenes que se borran en pocos segundos sin dejar rastro ni registro. Por otro lado permiten mostrar a aquellos que aparecen en las imágenes de las formas más ridículas”.

Peligro virtual
Lo que dicen en esta ONG entra en sintonía con lo que plantea Florencia Tobías, integrante del equipo Antibullying Argentina. “Los adolescentes de hoy viven sus vidas en la web -dice la especialista-. Ellos no tienen reparos en compartir los detalles de sus experiencias con sus amigos, familiares e incluso con el mundo entero. Pero a veces estar online puede resultar desastroso. El fenómeno del sexting (envío de fotografías desde el celular con contenido sexual) es un ejemplo de cómo un solo clic puede ser la puerta de entrada a peligros que no saben ni pueden dimensionar”.
Según el último informe “Global Kids Online” de Unicef, que fue presentado esta semana, los mensajes personales hirientes, las publicaciones desagradables en redes sociales y la exclusión en grupos de WhatsApp forman parte de una de las experiencias online que más sufren los chicos en Argentina. Con el 33% de las respuestas, concretamente, el envío de mensajes hirientes es la experiencia más sufrida por los chicos argentinos, seguido por la publicación de estados desagradables en redes sociales (18%), las amenazas por Internet (14%) y la exclusión en grupos online, como WhatsApp (11%), según los resultados de la encuesta. Si bien el ciberbullying fue la experiencia más enumerada por los nenes argentinos, también hubo, como apunta Tobías, otras vinculadas con la exposición a contenidos pornográficos y, en menor medida, al contacto con personas desconocidas a través de alguna red socia

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