Marketing Deportivo

Buenas nuevas para algunos clubes de la ciudad que, en mayor o menor medida,  entienden que el cambio es lo único inevitable. La realidad golpea las puertas y las arcas vacías exigen una reacción para la generación de ingresos. Una vez más y ante la emergencia, algunos dirigentes recurren al marketing o lo que entienden por  él. De eso hablaremos.
El primer grupo se abraza a la concepción cosmética  de la imagen y en eso quedan. Un vuelo rapaz que no se despega de la pasión como rectora del trabajo. Condicionamientos múltiples que garantizan el fracaso del área, trabajos sueltos que no llegan a buen puerto y se transforman en anécdota. Visiones particulares, opiniones subjetivas, cucharas que se meten en el plato enfriando el calor de un proyecto.
 Las novedades llegan de quienes apuestan al profesionalismo y promueven un trabajo en equipo, una política que ponga sobre relieve las formas de recaudación en el marco de un sistema coherente. Una búsqueda en la relación con las empresas que trascienda la cuestión tributaria y construya beneficios mutuos. La imagen como valor agregado que no sólo queda en la apariencia sino en acciones concretas que definen un estilo de conducción.
Cada institución, cada club, independientemente de su estructura edilicia, societaria o deportiva deberá aplicar conceptos de marketing para sostener su función social, vital para una ciudad que, en el crecimiento, debe proteger los valores de base; esos que hacen que Junín sea precisamente Junín. Está claro que no todas las instituciones tienen el mismo puesto en la línea de partida. Junín es una ciudad donde el deporte tiene muchos colores, un territorio donde la pasión se divide en combinaciones, tantas como barrios o un poco menos. Así mismo, en algunos casos la ceguera por los colores imposibilitan las alianzas y es ahí donde una vez más la pasión hace que la razón quede soslayada.
Surge aquí la desmitificación del marketing. No todo es trabajo de imagen o armar un perfil en redes sociales, por el contrario los clubes más chicos deben encontrar su propio sistema de subsistencia y muchos ya lo están haciendo. Lejos de aplicaciones teóricas, se trata de la definición de un plan de trabajo y alinear las voluntades detrás de esa idea. Engranajes que permitan el despliegue de formas de relación con los diferentes públicos: personas, instituciones, empresas y organismos. En la definición de estrategias generales y particulares para atraer, sostener y fidelizar esos objetivos radica el éxito de la gestión.
Ejemplos sobran y no me refiero a postular planes de otros planetas. El club Atlas encontró en un reality una forma de trascender no sólo a nivel nacional sino que, de la mano del programa llegó a distintos puntos de Latinoamérica. Otro caso fue el de Tiro Federal de Rosario aunque deberíamos revisar en qué quedó aquella campaña ya que el tiempo pone todo en su lugar. Dos proyectos que parten de una idea clara, un lema como “la otra pasión” exhibiendo las debilidades para reunir el cariño de la gente. Así mismo Yupanqui, sin ponerse colorado, se expuso como “el club con menos hinchas del mundo” recaudando dinero de la mano de la firma “Coca Cola”. Son sólo menciones que se me presentan en este momento pero estos casos sólo exhiben la punta del iceberg de un plan que busca en la creatividad una forma de salir adelante.
El recambio generacional está llegando para atender la idea de que el cambio es lo único permanente. Mantenerse en movimiento, despertando reflejos dormidos, así como lo hacen todas las tardes los profesores con sus chicos en el parque Borchex: pique corto, salto, lateralizo y salgo. Pique corto, salto toque y devolución. Acción, siempre antes que la reacción. Ensayar movimientos, adoptarlos como reflejos naturales. Así como los técnicos, no se trata de replicar planes buscados en google; cada uno con sus recursos pero siempre detrás de un plan común, con objetivos claros que le otorguen un norte al trabajo. ¿Salir jugando por abajo? Si, siempre y cuando las características de tu equipo te lo permitan.