Alejada de la demanda por la novedad, la crítica cultural toma nuevas formas en los newsletters
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Alejada de la demanda por la novedad, la crítica cultural toma nuevas formas en los newsletters

Con una selección que cruza literatura, música y cine, los boletines informativos consolidan un nuevo formato de acceso a la cultura a través de entregas temporales que recuperan la tradición del género epistolar pero con identidad de autor. Pasen y lean.

Con una agenda alejada de la presión por la novedad y una selección que cruza literatura, música y cine, los newsletters consolidan un nuevo formato de acceso a la cultura a través de entregas temporales que recuperan la tradición del género epistolar pero con identidad de autor porque cada envío llega vía correo electrónico y, de este modo, fortalece el contacto directo y genera intercambios que construyen la idea de comunidad.
Frente a la volatilidad de las redes sociales y la disparidad de información en los principales portales de noticias, que alternan sin discriminación la vida de una celebridad con una nota sobre la situación económica o la crónica de un concierto, los newsletters emergen como un refugio de acceso a la información. Y cuando se trata de uno cultural, esa dimensión íntima puede llegar a convertirse en una experiencia literaria.


Algunos nacieron a partir de intereses personales, otros como parte del proyecto de un nuevo medio de comunicación pero en todos los casos se alejan de las propuestas de un periodismo cultural que se nutre de la agenda de lo inmediato para profundizar en aquello que permite bifurcar inquietudes propias con la construcción de un itinerario sobre aspectos de la cultura contemporánea, semana a semana, de manera quincenal o mensual.


Durante años, Florencia Ure integró los equipos de comunicación de Planeta, Tusquets, El Ateneo y Penguin Random House, y hoy está abocada a nuevos formatos para contar su pasión por los libros: el club de lectura Pez Banana y Sie7e Párrafos, un newsletter que forma parte de Red/Acción, un proyecto periodístico que se lanzó en 2018.
“Nació con un formato donde un autor elegía un libro y yo agregaba un párrafo sobre alguna noticia editorial. Luego fue mutando y mi párrafo creciendo hasta transformarse en lo que es. Hubo muchos momentos donde no había noticia y forzar una me parecía ridículo (el verano donde casi no hay novedades por ejemplo o ahora la pandemia con tan pocos libros nuevos) así que me mandé a hablar sobre cualquiera”, cuenta.


Uno de los newsletters más recientes en materia cultural es “El Hilo Conductor” de la periodista y editora Malena Rey; una entrega quincenal que integra la propuesta de Cenital, un medio que apuesta a este formato como modo de abordar temáticas que van desde el urbanismo, la política o el deporte.
“’El Hilo Conductor” nació un poco de casualidad. Recibía los newsletters de Cenital con mucho interés y un día mandaron una encuesta en la que preguntaban qué queríamos leer en el sitio. Marqué la opción de ‘cultura’ y me autopostulé para hacerlo, medio caradura. Les interesó la idea y tuve algunas charlas con ellos para definir bien el concepto”, detalla.


En esa línea cuenta que lo pensó “como un correo quincenal que no esté marcado por la lógica de las novedades culturales, sino que genere asociaciones inesperadas entre objetos que a primera vista parecerían no estar relacionados”. Así ya armó hilos sobre los hoteles, los cumpleaños, los sueños y pesadillas y el arte en Internet en el que puede pasar de Herzog a Fogwill, o de la música ambiente al cine experimental de Jonas Mekas.
También la poeta, escritora y periodista Marina Mariasch envía cada mes una entrega de “El bosque de los signos”, el newsletter más literario y cultural del medio de comunicación feminista Latfem, donde su autora parte de algún disparador que la interpela para dar forma a un texto crítico y reflexivo sobre arte y literatura en clave feminista.
“Me interesa salirme del formato actual del newsletter que tiene que ver con un vocativo, con el dirigirse al lector con un ‘hola cómo estas’ y hacer más bien un texto que tenga valor literario en sí mismo. La cuestión temática siempre está atravesada por una cuestión coyuntural de la realidad social, de la política o con alguna noticia”, revela.


Lejos de las notas que escribe para distintos medios, la periodista Natalia Gelós es la creadora del newsletter “Noticias de lo natural” que “surgió de un impulso”, ya que desde hace unos años viene trabajando “en el cruce entre animales, la crónica, cierta mirada poética” y le pareció que “estaba bueno armar algo más sistemático, algo que no se pierda en un posteo de Facebook”.
“Es un desprendimiento de un libro en el que trabajo, algo que muta pero que dialoga con eso. Lo imaginé como un espacio para poder poner cosas que no entran en una nota, que tienen una especie de no lugar en el que, sin embargo, creo que somos varios los que miramos”, cuenta sobre el proyecto, en el que puede retomar artículos exóticos sobre animales para construir un relato literario atemporal.

Al calor de la cuarentena
Tampoco vinculado a un medio, Manuel Álvarez es el creador de “Un día en la vida”, un newsletter que se fundó al calor de la cuarentena y se fue convirtiendo en una entrega periódica: “Al principio quería mezclar un libro con algún otro arte... una película, una serie, una canción. La literatura no solo permite, sino que se alimenta de esas conexiones -expresa el autor del libro “A ninguna parte”-. Después, con el correr de los mails se fue volcando más a libro-película, pero intento siempre asociarlos con alguna canción. Eso imaginé: el cruce”. 
Tomás Guarna y María Gerzovich son los responsables de Finde Club, un proyecto de amigos que nació un sábado en un café pensando qué hacer el fin de semana: “Nos dimos cuenta que no existía un espacio donde esté centralizada la oferta cultural joven e independiente de la Ciudad. Toda esa información estaba dispersa en las redes sociales. El formato del newsletter fue la solución más práctica que encontramos: corto, simple y periódico, ideal para presentar una curaduría de cosas para hacer (fiestas, eventos musicales, de arte y gastronómicos, entre otros)”.
“Desde octubre de 2018, lo mandamos todos los jueves, con tiempo para que la gente pueda planificar qué hacer el fin de semana. Con la pandemia, empezamos a mandar actividades para hacer en casa: desde webs, juegos virtuales, curaduría de cuentas de Instagram, hasta recetas. Tuvimos muy buena repercusión de nuestra comunidad y se sumaron muchos suscriptores de todos lados, rompimos un poco las fronteras de la porteñidad”, expresa Gerzovich.
Boletín informativo, folletín o noticias directas al correo electrónico, los newsletters no son un fenómeno nuevo pero cada vez son más, como estrategia para ganar suscriptores, como servicio, iniciativa propia o como proyecto para generar comunidad. La constelación de newsletters es enorme pero los culturales, aquellos que llevan una voz propia con un ritmo que escapa al fardo informativo, tienen algo en común: los mueve el ejercicio poético de compartir arte y cultura. 

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