PARADA OBLIGADA

La sala Ferroviaria, estación de recuerdos de la identidad juninense

En el Museo Histórico, en Quintana y Newbery, funciona la muestra permanente que homenajea la historia de los Ferrocarriles que forjaron la vida y el desarrollo de la ciudad.

En un barrio de tinte inglés, a la vera del extenso ferrocarril que cruza el corazón de la ciudad como una flecha, no podía más que existir una casa de corte inglés que albergara en una de sus salas, tal vez la más icónica por el sector donde está emplazado, un museo ferroviario.
A simple vista se ve pequeño, de hecho hay muchos objetos en depósito que no pueden ser expuestos por cuestión de espacio, pero cada uno de esos objetos a nuestro alcance guarda tal representación de aquel impulso que se inició a pocos años del 1880 y que marcó la vida de la ciudad plasmando su impronta y transfundiéndole su ADN, que no importan sus metros cuadrados sino la historia que irradia cada una de esas piezas.

Belén Rodríguez, museóloga y quien está a cargo del Museo Histórico, en Quintana y Newbery, cuenta que muchos de esos objetos fueron donados en muchos casos por ferroviarios, que trabajaron en los Talleres y por “gente muy apasionada por todo lo ferroviario”.
En la sala, denominada Scalabrini Ortíz, hay mobiliario que alguna vez formó parte del sector administrativo del Ferrocarril como una máquina de escribir, relojes, libros, fotos, planos, piezas de máquinas y trenes y mucho más, incluso material donado por el Sindicato La Fraternidad de los maquinistas y foguistas.
“Hay muchas cosas en depósito porque no tenemos espacio pero siempre es bienvenido lo que se pueda donar”, asegura Belén.
La sala Ferroviaria está acompañada por la sala histórica Fuerte Federación  donde se encuentran archivos, documentos, planos y restos arqueológicos de aquella gesta de lo que luego sería Junín. 
También existe la sala Paleontológica que actualmente cuenta con algunos restos en exposición aunque se espera que se termine de construir el museo Legado del Salado en el Parque Natural Laguna de Gómez para ser trasladados. 

La sala más importante
La casa actual se adquirió por convenio cuando se realizó el cese de todos los ferrocarriles y de todos los inmuebles ferroviarios en la década de los 90. 
Si bien el museo nació en 1997, desde 2003 funciona en la casa de Pueblo Nuevo.
La fachada es típicamente inglesa y data de principios del siglo. Al comienzo fue de una sola familia. En la década del 60 se dividió y se hizo una casa para dos hogares.

Una de las salas que componen esa casa es la muestra permanente de homenaje a los ferroviarios y a la que se suele llamar “museo ferroviario”, tal vez para darle la entidad que merece por su historia.
La Ferroviaria, según cuenta Belén, “es una de las salas más importantes porque esta fue una casa ferroviaria donde vivieron varios jefes de los talleres”.
Es por ello que no solo lo conforma aquello que contiene entre sus cuatro paredes sino de lo que están hechas esas paredes como un todo, como la más sincera representación de una época de desarrollo y crecimiento de la ciudad.
El museo ha recibido y continúa recibiendo entre sus visitas a turistas extranjeros (americanos e ingleses) que se acercan a la gran casa, interesados en ese patrimonio, vivo en la memoria de muchos. 

El Museo y el Archivo Histórico
La casa donde funciona el museo cuenta con dos plantas, y el sector de planta alta pertenece al Archivo Histórico.
En la parte inferior es donde se encuentran las tres salas fijas: aparte de la sala dedicada a los ferrocarriles, se encuentra la de Paleontología y la del Fuerte Federación.
El material correspondiente a paleontología expone restos de megafauna encontrados en el Salado, la laguna del Carpincho y de Goméz, cuando se comenzó a dragar y aparecieron restos que los juninenses fueron donando.

Hay además otra sala de función itinerante, que como su nombre lo advierte, cambia periódicamente. 
“En este momento tenemos la muestra Eusebio Marsilla, por conmemorarse 70 años de la carrera de Caracas, donde el ilustre piloto juninense adquirió su mote de “Caballero del Camino”
En la parte superior de la casa se encuentra el Archivo Histórico de la ciudad. Se trata de todo el soporte en papel de la historia de Junín y sus personajes, entidades, instituciones y tanto más de ese rico pasado que los investigadores se acercan a buscar: diarios, revistas, fotos, colecciones particulares. 
Sin dudas son espacios que invitan no solo a la investigación profesional o educativa sino a la búsqueda personal y de la comunidad toda para conocer desde  las entrañas de su historia, el caracter y el color de la ciudad.

COMENTARIOS