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INTENTA TODO MENOS RECLAMAR COPARTICIPACION AL GOBIERNO CENTRAL

Daniel Scioli congela la reforma impositiva

Además, no emitirá un bono del distrito que iba al mercado financiero internacional.

El Gobierno bonaerense tomó en los últimos días la decisión de "congelar" dos proyectos que apuntan a un mismo fin: permitirle a la Administración provincial llegar a fin de año sin zozobras financieras, más precisamente, sin problemas de fondos para cubrir los gastos de este ejercicio.
Concretamente, las dos iniciativas colocadas en el "freezer", hasta nuevo aviso, -aunque no desechadas definitivamente- son la reforma impositiva, que se viene diseñando con eje en el impuesto a las actividades empresarias de todo tipo (Ingresos Brutos), y la emisión de un bono de la Provincia en el mercado financiero internacional.
Ambos proyectos tienen índoles diferentes. La eventual reforma impositiva significaría la obtención de ingresos propios genuinos (que no tendría límites en el tiempo, al menos hasta que se hiciere una suerte de contrarreforma); y el bono permitiría conseguir ingresos mediante un nuevo endeudamiento de la Provincia a largo plazo.
Pero ambos apuntan a un mismo fin: encontrar recursos que lleguen a las arcas del Tesoro provincial en el transcurso del año, al margen de los ingresos ya asegurados, ya que estos últimos, según los cálculos originales, no alcanzarían para afrontar los gastos previstos para el ejercicio y habría que cubrir el déficit que surge del Presupuesto.
Las razones, en tanto, por las que estos proyectos fueron "congelados" son diferentes.

La reforma

En la reforma impositiva, el gobierno de Daniel Scioli viene trabajando, desde febrero pasado, a partir de dos ejes. Uno es generalizar la aplicación de Ingresos Brutos (que se cobra a partir de los montos de facturación de las empresas) a todas las actividades industriales, la enorme mayoría de ellas actualmente exentas -el sector fabril sería gravado, así, con una alícuota del 1%. Y el otro eje pasa por uniformar las diversas alícuotas de este impuesto en el 4%, ya que el comercio y los servicios actualmente tributan el 3 y 3,5%, respectivamente.
En el borrador del proyecto se evaluaría, también, gravar con Ingresos Brutos actividades rurales ahora exentas, como los tambos y la cría de cerdos y pollos.
Tras comunicar las ideas troncales de esta iniciativa a algunos intendentes y legisladores, Scioli habló públicamente de la intención de llevar adelante una reforma tributaria, sin dar detalles, ante dirigentes de diversos sectores industriales de la Provincia, y dio la orden de iniciar el diálogo con esos mismos grupos en busca de consenso. Entonces, se estimó que el proyecto de ley respectivo podría ingresar a la Legislatura en dos o tres semanas.

Oportunidad

Para el objetivo de equilibrar las cuentas públicas, esa reforma resultaría sustancial: aportaría, según los cálculos de los funcionarios de Scioli, unos 3.300 millones de pesos anuales, de modo que si se aplicara a partir del segundo semestre (como fue la idea original), engrosaría en al menos 1.500 millones de pesos los ingresos de este año.
Sin embargo, en las últimas jornadas el gobernador decidió frenar el proyecto, y aunque los técnicos están perfeccionándolo, no será enviado a la Legislatura hasta nuevo aviso.
El motivo principal de esa decisión tiene que ver con cuestiones "de oportunidad", dijeron en la gobernación. Y precisaron: "En medio de otra etapa de tensión en el conflicto con el campo, no se pueden tomar medidas que afectarían impositivamente a sectores rurales y también al comercio y los servicios de la Provincia".
Alguna dura señal de advertencia llegó, en la misma línea, desde la Legislatura hasta la gobernación. "Si la reforma impositiva sale en estos momentos, en el interior de la Provincia se incendia todo", fue el mensaje de algunos legisladores.
El proyecto, no obstante, quedará en carpeta a la espera de mejores tiempos.
Bono frenado

Por otra parte, Scioli también resolvió congelar la emisión de un bono que, según se informó en su momento, se iba a colocar en los mercados financieros externos por unos 300 millones de dólares.
La intención del gobernador es no utilizar esos posibles fondos, que implicarían una nueva deuda para la Provincia, en gastos corrientes (sueldos y costos de funcionamiento del aparato estatal). Por eso, "hasta que no se defina si esas erogaciones se pueden cubrir con otro tipo de ingresos y se pueda destinar lo que genere el bono a inversiones, no se pondrá en marcha el operativo de emisión", indicaron las fuentes.

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