None
Monzó y Vidal, durante un acto que compartieron en Diputados.
TRAS SER MARGINADO DE LAS LISTAS BONAERENSES

El sector de Monzó está “afuera” del PRO pero promete actuar con responsabilidad

Decidió no participar de la campaña por la reelección de Vidal y rechazó propuestas para integrarse en un futuro gobierno.

Ni se saludaron. Tras una reunión de poco más de media hora en una de las oficinas porteñas del gobierno bonaerense, uno se fue por una puerta. La otra, eligió una salida distinta. Hasta en los gestos, la ruptura había quedado consumada.
“No hay más que hablar”, dicen que respondió Emilio Monzó a María Eugenia Vidal cuando escuchó la oferta de la Gobernadora para integrar a su sector a las listas de candidatos en la Provincia: un módico tercer lugar en la nómina de senadores por La Plata que, excepto una inesperada avalancha de votos para el oficialismo, es poco menos que decorativo.
Concluyó así una larga historia de desencuentros entre Monzó y Vidal. La mandataria nunca pudo digerir que el todavía presidente de la Cámara de Diputados de la Nación fuera, allá por 2015, impulsor de un acuerdo entre el PRO y el Frente Renovador para que el candidato a gobernador fuera Sergio Massa en lugar de la por entonces muy poco conocida Vidal.
Los chisporroteos siguieron, pero cuando se armaron las listas legislativas para los comicios de ese año, el monzonismo logró quedarse con cinco lugares que logró coronar.
Claro que eran otros tiempos. El volumen político de Vidal se fue ensanchando al punto que es hoy una de las dirigentes políticas más valoradas del país. Y esta vez tuvo la potestad de poner y sacar candidatos.
Cuentan que el monzonismo algo veía venir. “Estábamos dispuestos a un ajuste”, dicen cerca del diputado. Con la certeza de que no iba tener muchos espacios disponibles, todas las fichas las había apostado a la reelección de Marcelo Daletto por la Cuarta sección electoral. Pero ni eso pudo ser. “No echaron”, dicen cerca del diputado nacional. “Políticamente estamos afuera”, añaden. Pero prometen “actuar con responsabilidad”.
Sin embargo, la última sesión de la Cámara de Diputados de la Nación en la que Monzó felicitó a los dirigentes peronistas ganadores en las provincias, generó suspicacias. “Fue una casualidad, la sesión se había convocado para votar la designación de la Defensora del Niño. Emilio no va a llamar a ninguna sesión para perjudicar al Gobierno”, prometen. Pero la relación, como se dijo, está rota. El monzonismo no va a participar orgánicamente de las campañas ni de Macri ni de Vidal. “Vamos a ayudar a algún intendente amigo, nada más”, anticipan. Con todo, existieron llamados en busca de calmar las aguas. Incluso, promesas a futuro de algún cargo en el Ejecutivo provincial si Vidal es reelecta, que fue prolijamente rechazado. “Si no hay confianza para estar en las listas, menos se puede integrar un gobierno”, afirman los monzonistas al desechar esos gestos de recomposición.
“Alguna gente en el PRO está acostumbrada a que haya dirigentes que salen y después entran. Nosotros estamos afuera”, afirman para rechazar aquellos sondeos que buscan algún acercamiento.

“No quiere nada”
Dicen que Monzó, que tenía en la mira la embajada de España si Macri era reelecto, incluso ya desistió de ese plan. “Emilio no quiere nada”, afirman en el entorno del legislador.
Las diferencias del diputado no son únicamente con Vidal. Conocidos son las profundos contrapuntos que mantiene con Marcos Peña. Pero en este cierre que lo hace sentir afuera del oficialismo, la mayor apuntada es la Gobernadora.
“Ni nos avisaron de que iban a excluirnos. Nos llamaron el viernes (un día antes del cierre del plazo para la presentación de listas) para decirnos que no nos daban nada”, se quejan en el monzonismo. Uno de los principales laderos de Monzó lanzó una humorada para describir la situación: “Nos dejaron plantados en el altar”. Y con una mirada hacia el futuro, analizan. “Vamos a esperar tranquilos. La política es amplia, no empieza ni termina en Cambiemos”.

COMENTARIOS