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EL ILICITO OCURRIO EN LAPRIDA 1372, EN NUESTRA CIUDAD

Asesinan a golpes a un anciano para robarle

La víctima fue identificada como Armando Ramos Solís, de 79 años. El hecho fue caratulado como “homicidio simple”.

Todos los domingos, Armando Ramos Solís (79), viudo, jubilado de una compañía de electricidad, se reunía con sus familiares a tomar unos mates con facturas y disfrutar de una vida hecha.
Así lo hizo durante largos años, sin que nada ni nadie perturbase esa rutina. Hasta ayer, a las 18, cuando un pariente que se dirigía a visitarlo percibió que la puerta de la finca, situada en Laprida 1372, estaba cerrada “de una forma extraña”. Se asomó por la mirilla y observó que en el interior del inmueble estaba todo desordenado, por lo que no dudó en llamar a la Policía.
Tras forzar la puerta de calle, los uniformados hallaron una escena terrorífica: Solís estaba en su habitación, ensangrentado, con síntomas de haber recibido una brutal golpiza, y en avanzado estado de descomposición, por lo que los peritos calculan que el homicidio se habría producido hace dos días, presumiblemente el viernes.
Con todo, el olor nauseabundo que emanaba el cuerpo no era el único indicio para presumir que el salvaje ataque había acontecido en la noche de ese lluvioso y fatídico día. Los rastros de barro hallados en el techo por el fiscal Angel Quidiello, que interviene en la causa, también van en esa dirección. Y no sólo eso. Una vecina declaró haber visto a Solís, por última vez ese mismo día a las 20.
Los maleantes, según confiaron fuentes con acceso al expediente, habrían entrado a la vivienda por los techos y desde allí, a un patio trasero, desde donde tras forzar la puerta ingresaron al interior de la finca, encontrándolo a Solís, presumiblemente, descansando en su habitación, ya que fue en ese lugar donde apareció el cuerpo, tendido.
Las primeras pericias arrojaron que el anciano recibió un fuerte golpe en la nariz que le produjo la fractura del tabique nasal, y, al cierre de esta edición, restaba que los médicos forenses determinaran si además había recibido otro golpe en la nuca.
El cadáver presentaba rastros de sangre producto de una golpiza, por lo que el hecho fue caratulado por los investigadores como “homicidio simple”.
Otra hipótesis abona que el abuelo habría muerto de un infarto, debido al impacto emocional, hecho que quedará elucidado tras la autopsia, cuyos primeros resultados se conocerían hoy.

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