Metaverso
MARKETING APLICADO

Metaverso

La otra realidad.

Debo ser uno de los pocos publicistas que en reiteradas oportunidades señala las truchadas marketineras de algunas empresas que prometen mucho en su discurso y cumplen poco en la realidad. Una incongruencia que, más allá de hacerle mucho daño al posicionamiento de la profesión, genera perjuicios para el negocio del cliente. 

Muchos hablan del “Metaverso”, un planteo tecnológico que promete una nueva realidad (virtual) donde podremos relacionarnos para aprender, ir de compras, trabajar y muchas otras cosas. En esta columna quiero usar la expresión para los que “meten” el verso. Dale, dale con el verso, como la marca que en su nombre promete una veloz (rapi) solución para pagar (pago) las facturas, pero la fila llega hasta la puerta de entrada, o un poco más allá. Una ruptura entre la perspectiva y el resultado final ¿Por qué no le cambian el nombre? Lenti-pago sugiere Federico, quien envía una foto al grupo de whatsapp como prueba irrefutable de su pesar matutino. 

Ejemplos hay de sobra y se presentan incluso mientras escribo esta columna en un cafetín-franquicia de la Av. Santa Fé y Suipacha. Una propuesta que en su discurso promete una perspectiva cool de la vida, pero no respeta el horario de apertura, cuando vas al baño te encontrás con la mugre que te dice buen día y, como si esto fuera poco, no hay “tostadas”, paradójicamente. Llamativo. 

¿En qué momento perdimos la conexión entre “la publicidad” y el producto o servicio? Quizá sea por la proliferación de recursos creativos para “crear promesas” y dversificación de medios, los digitales sobre todo. Seguramente tenga que ver con la falta de vínculo entre empresarios y consultores de marketing, si es que quedan. Acaso con la falta de un espacio de diálogo para que el mensaje condicione la realidad o que la realidad sea fuente de inspiración para el mensaje. 

No sé si es el huevo o la gallina, pero de algo estoy seguro: la publicidad no debe ser un planteo alocado, sino partir de una estrategia donde, al final de cuentas, lo que debe sostener la estructura es la realidad. Solo de esa forma podremos recuperar la credibilidad de quienes hoy a veces compran “espejitos de colores”.

¡Cortala con el verso!

COMENTARIOS