PANORAMA PROVINCIAL

Temores que presagian al menos dos semanas de más restricciones

Si la decisión pasara exclusivamente por el Gobierno bonaerense, si Axel Kicillof fuera depositario único de la potestad de dictar un decreto para establecer cómo sigue el manejo de la pandemia luego del 30 de abril, existirían pocas dudas respecto de que al menos el Gran Buenos Aires, Capital Federal y La Plata se encaminarían a transitar por lo menos dos semanas de fuertes restricciones a la circulación, aún mayores a las que dispuso la Casa Rosada.
Desde hace varios días los responsables de la cartera sanitaria bonaerense insisten en la necesidad de aplicar políticas más duras para frenar la escalada de contagios. Significa poner freno a más actividades. También, a prorrogar por algún tiempo más la suspensión de las clases presenciales en las zonas más complicadas por los contagios.
Los datos asoman críticos. En las últimas dos semanas se viene ocupando un promedio de 40 camas de terapia por día en el Gran Buenos Aires. En el gobierno bonaerense dicen que quedaban hasta ayer 731 plazas. El margen, si se mantiene con ese nivel de utilización, es bien estrecho.
Esa compleja situación pone en un dilema al oficialismo. El consejo que emana de infectólogos y sectores de la política de ir hacia restricciones más duras gana terreno, pero también acumula dudas porque se expone al riesgo de encontrar un límite que haría estéril cualquier anuncio de esas características y es el que sea desafiado por diversos sectores de la población. Puede que desde el punto de vista epidemiológico, por el altísimo número de contagios y de muertos por la segunda ola, corresponda ir hacia cierres de actividades más severos. La cuestión es que esa eventual medida afronta un problema de factibilidad.

Pandemia y tensiones
De una u otra forma, lo que parece seguro es que las medidas de restricción continuarán más allá del 30 de este mes, el plazo establecido en el decreto que dictó el presidente Alberto Fernández.
En medio de ese escenario aparecen las tensiones políticas fundamentalmente entre el Gobierno nacional y el porteño que por ahora impiden ir hacia una estrategia coordinada para después del viernes 30. Existen, sin embargo, diálogos subterráneos, como los que mantuvo en los últimos días Kicillof con el ministro de Salud de la ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós. Hablaron de la saturación de las terapias intensivas que se registra en las clínicas privadas de uno y otro lado de la General Paz.
Se sabe además que el vicejefe de Gobierno de Capital Federal, Diego Santilli, trabaja en despejar el camino para que se produzca en los próximos días un nuevo encuentro entre Horacio Rodríguez Larreta y el Presidente, al que podría sumarse el mandatario bonaerense.
Entre miércoles y jueves, en función de la evolución de los contagios y del nivel de ocupación de las terapias intensivas, la Casa Rosada deberá comenzar a redondear una decisión respecto de cómo continuar con el manejo de la pandemia. El escenario actual no hace presagiar que se vengan permisos para relajarse.

COMENTARIOS