Adiós a Mario Meoni
SEMBLANZA

Adiós a Mario Meoni

Consternada, como todos los juninenses y como todos los que lo conocieron, supe anoche, a la una de la madrugada, del accidente y la muerte de Mario Meoni en la ruta 7. A la incredulidad, que todavía siento, siguió la tristeza, una tristeza muy grande. Quiero enviarle por este medio un abrazo enorme a Laura Oliva, su esposa, y a sus dos hijos. 
Desde mi lugar, me gusta recordar y subrayar el interés genuino que siempre expresó Mario por los temas de la cultura y por los libros. Precisamente, en noviembre de 2019, la última vez que lo vi, nos reunimos en el bar frente al Club Newbery a charlar sobre un proyecto que yo le llevaba: un libro de arte con fotografías de Alberto Haylli, que queríamos publicar con la Editorial Ampersand, de Buenos Aires. 
Mario tenía una rara cualidad: sabía escuchar.  Su adhesión y entusiasmo fueron inmediatos. Esto era antes de las elecciones y Mario estaba en el Directorio del Banco Provincia. Su respaldo para otorgarnos un auspicio nos permitió planear y empezar a trabajar en el libro: Alberto Haylli – Fotógrafo. Vino la pandemia y la cuarentena, Mario pasó a ocupar un lugar neurálgico: el Ministerio de Transporte. Desde ese lugar y a pesar de las tremendas dificultades y presiones con las que, imagino, debía lidiar cada día, no dejó nunca de contestarme un llamado o un mensaje. Su promesa siguió en pie y la cumplió cabalmente. Gracias a ese compromiso que mantuvo inamovible y también gracias al de la Unnoba pronto el libro se conocerá en Junín. En poco tiempo pensaba darle la alegría de llevarle ejemplares.
Mi relación con Mario no tuvo que ver con la política, aunque en ese contexto lo conocí cuando, con Damián Itoiz y su grupo ganaron la Intendencia de Junín, en 2003. Lo vi por primera vez en la calle poco antes de asumir. 
Íbamos con mi hermana, ella me lo presentó. Yo me animé y le dije: “Te encargo, por favor, que atiendan el Refugio de animales”. Y cumplió. Y más adelante, un mediodía luminoso, nos sentamos con él y con Damián, en el bar Urbano y entre los tres, con un entusiasmo creciente y parejo y que no decayó nunca, empezamos a darle forma a la que sería la Feria del Libro de Junín. 
Anoche miraba por YouTube algo que no había visto: su discurso de inauguración cuando la Feria cumplió 10 años. Se ve que está orgulloso. Se siente su sinceridad, su modestia (muy rara en un funcionario) frente a los hechos de la cultura, su interés auténtico por aquello que nos une y nos hace mejores: los libros y la lectura. Y su declarada celebración de esa Feria como un espacio abierto a la disidencia de las ideas, a la convivencia, a los consensos democráticos. Palabras que hoy nos suenan indispensables. 
Se fue una gran persona y es con esos gestos y con esas palabras como me gusta y me gustará siempre recordarlo.

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