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MARKETING APLICADO

La venta

¿Vo qué vende?”, me dijo un señor mientras cambiaba la batería de mi auto. Ante la sorpresa y extendiéndome la mano, me arrimó una precisión: “soy Jorge, digo ¿de qué laburas flaquito? No supe qué responder y fue el principio de esta columna. 

¿Para qué hacemos lo que hacemos? 
Creo que las preguntas más simples son las que permiten develar las cuestiones más complejas y eso fue lo que logró Jorge ¿qué vendes? 
Desde mi punto de vista, de una u otra forma, todos somos vendedores. Cualquiera sea la profesión, ofrecemos productos y servicios a cambio de un papel que tiene un valor: el dinero. Hasta acá, mi comentario parece una obviedad, sin embargo si profundizamos, hay personas que se dedican a “vender” y se hacen llamar “vendedores” y otros que no se qué hacen, porque no venden o al menos dicen que “lo de ellos” es otra cosa, casi con escozor y molestia se alejan de la palabra, incluso llegan a usar la palabra “comerciante” con tono despectivo. 
Por otro lado están los vendedores, esos que se cuelgan el título. De los buenos y de los malos. Estos últimos creen que la actividad se reduce a la insistencia olvidando que a la gente no le gusta que le vendan. ¿Cuántas veces dije la palabra venta? Todos somos vendedores, en todo momento. No se espanten, no siempre es por dinero, otras es por amor, lo damos y queremos algo a cambio, recibirlo de igual manera, entiendo. 
Por si hace falta aclararlo, quienes estamos en marketing o publicidad somos vendedores. Simples comerciantes con herramientas diferentes, quizá no sea el maletín plagado de catálogos, sino el pensamiento y la construcción de valor para un determinado grupo de personas. No se trata de construir falacias, sino destacar “algo”, hacerlo visible ante una marea de alternativas similares y esto viene de la necesidad de identificar un producto para diferenciarlo de otro. Simple. Sin vueltas, somos vendedores y el resto de los adjetivos son vanidades. Nos dedicamos a vender o a ayudar a que nuestros clientes puedan hacerlo. 

¿Sentido literal o metafórico?
Hoy más que nunca no hay chance de concretar una venta si no es con un mecanismo de seducción. Nadie quiere escuchar lo que tenemos para decir, tampoco la gente camina por la calle expectante a las propuestas que tenemos para arrimar. Es el fin del sentido literal, surge la metáfora como recurso que abraza, protege y acerca el verdadero sentido de la publicidad, esa palabra que mencioné en esta columna unas cuantas veces: vender.

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