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CAMPAÑA AGRÍCOLA

La siembra del maíz va lenta y será menor

En los campos de la región se implantó menos de un 50% de la superficie destinada al cultivo, que además, poco a poco pierde espacio en la zona rural juninense, donde se expande la soja.

La falta de lluvias durante buena parte de septiembre y la escasa humedad de los suelos provocaron sustanciales atrasos en la siembra del maíz, con una implantación inferior al cincuenta por ciento de la superficie destinada al cultivo.
Y si bien las precipitaciones de los últimos días favorecieron las tareas de los productores, la demora existe y las tareas se terminarán, siempre que el tiempo acompañe, antes de la primera quincena de noviembre.
 La situación descripta no es exclusiva de la zona rural juninense, sino que se replica en varios puntos de la zona norte bonaerense, el más desfavorecido con las precipitaciones en comparación con el cono sur provincial.
 En general, hasta el momento se ha cubierto con el cultivo el 26,8 por ciento del área prevista de 3.46 millones de hectáreas para la campaña 2013-2014. Así lo indicó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en el último Panorama Agrícola Semanal (PAS) al manifestar que el  retraso respecto del año pasado en las labores de siembra se mantiene en el 10 por ciento.
“Se puede decir que hoy por hoy, tan sólo se ha logrado incorporar el 50 % del área intencionada a sembrar con maíz en fecha temprana”, ratificaron los analistas. En tanto, señalaron que la zona Núcleo Sur denotó un fuerte avance semanal en las labores de cobertura, “apalancado por las precipitaciones recibidas durante las últimas semanas”.
  “Si bien éstas no logran revertir el 100 % del déficit hídrico, ayudan a recomponer la humedad superficial para que el productor logre incorporar la superficie destinada al cereal”, explicaron.
 Expresaron que “distinto panorama presenta el Núcleo Norte, en donde las lluvias no logran aportar humedad suficiente en el perfil y las labores de siembra continúan retrasadas”. En esta zona se ha logrado incorporar el 45 % de la superficie destinada al maíz, mientras que el Núcleo Sur ya superó el 50 % del área.
 Mientras que la provincia de Córdoba “continúa soportando la sequía invernal que se ha extendido a lo largo de los meses primaverales, la mayor fluidez en las labores de siembra se releva hacia el sur, en donde las precipitaciones han aportado algo de humedad y el productor pudo incorporar mayor cantidad de cuadros con este cereal”.
  “Otras zonas en donde los productores retomaron con fluidez las tareas de cobertura con maíz fueron el Norte de La Pampa-Oeste y Centro de Buenos Aires. Las lluvias que se registraron aportaron humedad al perfil y por lo cual aprovecharon para incorporar una mayor cantidad de hectáreas en los últimos días”, manifestaron.
  A su vez, “el hecho de haberse liberado campos que estaban anegados la campaña pasada ayuda a posibilitar una mejora en la superficie proyectada durante la pre-campaña”, dijeron.

En Junín, pierde terreno

En Junín, la siembra de maíz fue perdiendo terreno entre las últimas semanas de agosto y todo septiembre. Consultado por este medio, el ingeniero Jorge Elustondo describió los tres factores que conspiraron contra las aspiraciones de los chacareros inclinados hacia el maíz: las bajas temperaturas, la restricción hídrica y una tercera causa que es más sostenida en el tiempo y que tiene que ver con las políticas del Gobierno, que “genera muy pocas certezas y mucha incertidumbre”.
El especialista focalizó en el último de esos tres puntos, al señalar que “eso se da sobre todo porque no hay un programa claro acerca de las condiciones para comercializar la cosecha, entonces las expectativas no son buenas”.
“Por eso, si hay que tomar una decisión ante un panorama como este, quienes tienen la alternativa de hacer sólo soja se van a inclinar por esa variante sin dudarlo. Incluso, en aquellos sectores que tenían pensado cultivar maíz para cumplir con la rotación se ha dejado esa posibilidad de lado”, continuó.
 Elustondo indicó que hoy en día una fuerte oferta tecnológica tiene la capacidad de  sobrellevar las adversidades climatológicas, con soluciones como semillas con una determinada composición genética. Por ello, la importancia de la ciencia para contrarrestar vicisitudes como las que se presentaron en esta campaña.
“Es por esa razón que, a mi entender, la voluntad de los decisores de incorporar mejores rotaciones y de hacer una mayor apuesta al maíz chocó con la irracionalidad de un gobierno que no logra generar las condiciones mínimas para una toma de decisión correcta”.
De este modo, se cumple la profecía de Los analistas de las Bolsas de Cereales de Buenos Aires y de Comercio de Rosario, quienes adelantaron hace un mes que la intención de siembra del maíz se reduciría entre un 10 a 20 por ciento, que se iría a la implantación de soja.
“La falta de lluvia y sobre todo, los altos costos y los bajos precios a futuro, siguen tirando abajo la intencionalidad de siembra. Al principio de año, se preveía que sería ‘el año del maíz’ y ahora, por el contrario, está planteado como un año en el que el maíz se sembrará sólo para cumplir con la rotación”, subrayan los especialistas de ambas instituciones.
 Entre los puntos que más pesan a la hora de decidir los planes de siembra se destacan el costo de producción de maíz -que es el doble que el de la soja- y la alta inmovilización de dinero. “En algunas localidades la baja de la superficie intencionada con maíz es del 30% respecto al año anterior”, remarcaron.
 El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Rafael Torello, por su parte, puntualizó que “la soja tiene en la actualidad un valor de 280 dólares y el maíz ronda los 110 dólares, entonces estamos hablando de una relación ilógica entre los dividendos que deja uno y otro cultivo”.
El dirigente sostuvo que por eso, y por la incidencia relativa de la escasez de precipitaciones, “siendo optimistas” se puede pensar que la cantidad de hectáreas de maíz va a ser igual a la de la campaña 2012/2013. “No están ni el clima ni los precios a favor”, remarcó. 

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