Sinner ganó su primer título de Grand Slam en una final para el infarto.
Sinner ganó su primer título de Grand Slam en una final para el infarto.

Jannik Sinner se coronó en el Abierto de Australia y ganó su primer Grand Slam

El italiano se quedó con el título, ayer, luego de revertir una final de cinco sets ante el ruso Daniil Medvédev con un marcador de 3-6, 3-6, 6-4, 6-4, 6-3 al cabo de tres horas y 44 minutos en el Rod Laver Arena de Melbourne Park.

El italiano Jannik Sinner ganó, ayer, su primer título de Grand Slam en el Abierto de Australia, tras revertir una final de cinco sets ante el ruso Daniil Medvédev con un marcador de 3-6, 3-6, 6-4, 6-4, 6-3 al cabo de tres horas y 44 minutos en el Rod Laver Arena de Melbourne Park.

El italiano, de 22 años, cuarto favorito del torneo y verdugo en semifinales del número uno del mundo, Novak Djokovic, se convirtió en el primer tenista de su país en coronar el Us Open, un torneo dominado por el "Big Three" (Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal) desde la consagración del suizo Stanislas Wawrinka, en 2014.

Medvédev, tercer preclasificado, falló en su tercer intento de coronar el primer Grand Slam del año, algo que ya le había pasado en las finales de 2021, ante Djokovic, y de 2022, frente a Nadal.

El moscovita permanece con un torneo grande en su haber (US Open 2021) y ahora cinco definiciones perdidas: tres en Melbourne y otras dos en Nueva York.

"Gracias a mi equipo. A todos los que están en el box, a quienes están siguiendo el torneo desde casa, a quienes trabajan conmigo. Intentamos mejorar cada día e incluso durante el torneo. Tratamos de ser más fuertes y comprender algo mejor la situación. No es sencillo, todavía soy algo joven, pero se lo agradezco a todos", declaró el jugador de la localidad de San Cándido, después de protagonizar la mejor actuación de su carrera.

La final en Melbourne reunió a los dos tenistas de mejor presente, ya que desde el inicio de la temporada 2023 nadie ganó más partidos que Medvédev y Sinner en el circuito, una inercia que se mantuvo en Australia ante rivales de fuste.

Después de convertirse en el primer jugador capaz de batir a Djokovic en Melbourne desde 2018, Sinner encaró su primera final en un "major" dispuesto a hacer historia ante un rival que acumulaba el mejor registro de quiebres con 33 breaks en todo el torneo.

Haber conservado el saque en su primer servicio fue una demostración de confianza, pero no lo suficiente para que el partido comenzara a complicarse por mérito del ruso, sólido desde el fondo de la pista australiana.

Con decisión y un mejor ritmo de juego, Medvédev cerró el primer set y quedó rápidamente 5-1 en el segundo, lo que parecía una tendencia hacia su negada victoria en el mayor torneo de Oceanía.

Sin embargo, la reacción sobre el final del segundo parcial le dio a Sinner el combustible necesario para encarar el resto del partido con una mentalidad fuerte, empeñado en competir con el alma hasta el último punto.

Así, el italiano ajustó su juego y exigió a su rival con intercambios que superaron los 30 golpes. Sinner forzó una cuarta manga ya caída la noche en Melbourne y los fantasmas se dispararon en el ruso.

Con el recuerdo de la épica final entregada en 2022 ante Nadal, tras abrochar también los dos primeros sets, Medvédev marchó a su banco con la certeza de tener un adversario revivido y convencido de poder lograr la epopeya.

Sinner endurecía su derecha cuanto más se alargaba el juego y el partido con una sensación de suspenso que demolió psicológicamente al moscovita, cuyo camino a la final demandó un esfuerzo físico mayor al del italiano.

En la quinta manga, cuando las piernas ya pesaban, la juventud de Sinner fue decisiva y también su lucidez para conectar golpes certeros en los momentos más tensos de la final.

Sin fallas en su saque, Sinner no entregó un solo servicio en las últimas tres mangas y finalmente pudo festejar el Abierto de Australia, que dedicó a sus padres.

"Ojalá todos pudieran tener unos padres como los míos, que me dejaron elegir qué hacer cuando era más joven. Practiqué otros deportes y jamás me pusieron bajo presión. Ojalá esta libertad fuese posible para todos los niños, me siento muy agradecido a mis padres", reconoció.

El jugador de Bolzano se convirtió en el tercer hombre italiano que conquista un torneo individual de Grand Slam tras Nicola Pietrangeli (Roland Garros 1959-60) y Adriano Panatta (Roland Garros 1976).

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