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Uriel junto a su familia, en el Barrio Capilla de Loreto. De izquierda a derecha: Franco Umaño (hermano), Pablo Muñoz (padre), Abigail Muñoz (hermana), Carlos Umaño (abuelo), Lionel Umaño (primo), Estella Pérez (abuela) y Alfredo Umaño (tío).
FAMILIA Y DEPORTE; ESFUERZO Y SUPERACIÓN

Uriel Muñoz, la historia del atleta de oro que sueña con correr en un Sudamericano

Tiene 14 años y viene de consagrarse en los Juegos Bonaerenses y en los Evita. Festejó en lo más alto del podio y con tiempos sorprendentes. En diálogo con Democracia, habló de sus inicios, del apoyo de su familia y de los objetivos por cumplir.

Uriel Muñoz tiene 14 años y viene de lograr la medalla de oro en los Juegos Bonaerenses y también en los Juegos Evita. Integra la Agrupación "Galas de Junín" que coordina el entrenador Gerardo González y los reconocimientos obtenidos lo motivan a soñar con estar presente en un Sudamericano. Ese es su gran anhelo. 
En diálogo con Democracia, Uriel recordó sus inicios, habló del presente y se refirió a los próximos objetivos. En esta historia también ocupa un lugar central su familia, quienes en base a mucho esfuerzo y amor siempre lo respaldaron. Siempre lo motivaron a seguir.
Familia y deporte. Esfuerzo y superación. Así es como este joven atleta construyó un presente repleto de sueños. 

- ¿Cómo arrancaste en el atletismo?
- Por mi hermano mayor y por mi papá. A ellos les gustó siempre correr y fue gracias a ellos que arranqué. Al principio solo los acompañaba, después empecé a trotar hasta que un día mi papá me propuso directamente si quería entrenar. Mi papá conocía a Gerardo (González) y él me vio un día hacer una pasada en velocidad y se sorprendió el tiempo que hice porque yo estaba sin entrenar. Después conocí al resto de los chicos de la agrupación y la verdad que me hicieron sentir muy bien. 

- ¿Qué recordás de los primeros entrenamientos?
- Que mi papá me ayudó mucho. Me compró las zapatillas, el pantalón y me acompañó siempre. También me acuerdo mucho de los primeros torneos. Debuté en una carrera muy chiquita y de ahí pasé al Provincial de Cross donde salí primero. Me acuerdo que en ese Provincial fue la primera vez que dormí en otra ciudad, solo y por dos días. Dormimos en una escuela de campo y eso me sirvió para conocer mucho más a los chicos de la agrupación. En la trafic, cuando volvíamos, veníamos charlando y riéndonos. Me acuerdo que era de noche y no sé por qué veníamos contando cuentos de terror. Un lindo grupo. 

- ¿Cómo vivís este momento de tanto reconocimiento?
- En los Bonaerenses tenía mucha ilusión y, por suerte, se me dio. El año pasado había salido cuarto porque había tenido una mala salida en la final y este año fui más preparado. Y en los Juegos Evita logré una medalla de oro, en los 2000 metros que sinceramente me sorprendió. Nunca se me había pasado por la cabeza estar en un Evita y mucho menos ganar una medalla de oro. Fueron muchas cosas juntas. 

- ¿Qué más te dejó haber participado en los Evita?
- Es un nivel un poquito más alto. Yo corro con un pantalón que prácticamente lo tengo desde que arranqué. Y en los Evita tenía que andar con la ropa de la delegación de la Provincia de Buenos Aires. Es un detalle, pero marca que es otro nivel. La verdad lo disfruté mucho. 

- ¿Qué lugar ocupa tu familia en todo esto?
- Es muy importante. Estoy mucho con mis abuelos. Mis padres están separados. Mi mamá (Mara Umaño) no vive en Junín y mi papá trabaja de sereno y a veces hace changas de día, entonces mucho no lo veo. Sé que hace lo imposible para que no nos falte nada. Entonces estoy mucho tiempo con mis abuelos, que son los papás de mi mamá, se llaman Stella y Carlos; y ellos me ayudan mucho.

"Nunca se me había pasado por la cabeza estar en un Evita y mucho menos ganar una medalla de oro".

- Imagino la alegría que deben tener por estos días.
- Sí, increíble. El día que volví me acuerdo que llovía y era tarde. Y mi abuela me fue a esperar, tenía una alegría tremenda, estaba loca, nunca la había visto así (risas). 

- Vayamos a la acción, cómo describirías la sensación de correr, de competir.
- Es algo difícil de explicar. Uno entrena y sabe de sus tiempos, pero cuando corre en una carrera es distinto. Corrés más fuerte y te superás a vos mismo. Por ahí hay momentos que vas muerto, que no das más, pero hay algo que te hace seguir. En ese momento se te pasan muchas cosas por la cabeza y cuando llegás a la meta es otra sensación muy especial. 

- Tenés algún objetivo, un sueño que quieras contar.
- Sí, correr un Sudamericano, representando a la Argentina. Tengo que trabajar más en hacer buenos tiempos y para eso sé que tengo que entrenar mucho más fuerte y también tengo que tener más competencias. Ahora voy a tener la posibilidad de competir en un Nacional. Eso también es importante. 

- ¿Cómo te manejás con los gastos?
- La agrupación hace su esfuerzo y, en mi caso, mi papá también hace un esfuerzo muy grande para que yo compita. A mi papá le gusta mucho el atletismo y mucho no lo puede disfrutar porque tiene una lesión en la rodilla. Entonces él quiere que a mí me vaya bien y por eso me apoya en todo. Lo ideal sería tener un sponsor, pero por el momento nos manejamos como podemos. 
De esta manera, Uriel va escribiendo su historia, la de un pibe de barrio que con mucho esfuerzo y trabajo hoy está en la elite del atletismo provincial.

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