Julio Alberto Rapisardi: “El Negro”
FÚTBOL

Julio Alberto Rapisardi: “El Negro”

Bicampeón nocturno con Defensa Argentina. Luego tuvo un paso como entrenador del Celeste.

Nací en Junín, pero vivíamos en un campo ubicado entre La Agraria y La Oriental. Enseguida mis viejos se mudaron a Junín. Soy el más chico de cinco hermanos.

Nos instalamos en el barrio “El Chingolo”, hoy padre Gregorio González. Viví 40 años en calle Sampayo, a la vuelta de lo Alciati. Era medio descampado en ese entonces. Enfrente de casa había un campito grande donde de chico vi jugar figuras como Félix Tobalina, el Negro Esper, los Tablada, Horacio Molina, leyendas del fútbol juninense. 

Se juntaban todos los que trabajaban en el ferrocarril. Y en el barrio había un equipo lindo. Para mí era un placer mirarlos jugar.

Fui a la Escuela N° 1. Era venir de la escuela a jugar al fútbol. No había otra cosa. Aparte de la cancha grande enfrente de casa, por Mayor López y Juez Pérez estaba el potrero. Era una cancha de reducidas dimensiones que se le decía “el campito de Pipo” porque al costado vivía un hombre solo, que me acuerdo tenía un caballo.  Entonces para que nuestros padres supieran donde estábamos le decíamos que íbamos al campito de Pipo.

Fiché en Defensa Argentina. Siempre había algún vecino que te tenía visto por como jugabas.  Tito Trunse me llevó a practicar a Defensa como a los once años. Estaba el Mago Chiaravino. 

Hice todas las inferiores donde fui varias veces campeón. Además en primera estuve en los títulos del nocturno 1976/77 que le ganamos la final a River Plate y 1977/78 que se le ganó a BAP por penales.

En 1974 nos vino a buscar Carlos Perelli –que había jugado en Chacabuco-, a Marcelo Varesco y  a mí, para que fuéramos a probarnos a Huracán de Chacabuco. Jugamos el preparación y cuando vinieron a buscar el pase Defensa les pidió un disparate. Era normal en esa época.

De ahí en más me comenzaron a tener en cuenta. Debuté en primera en la cancha de Moreno y me tocó sufrir el Newbery del ´74 con Gironacci, Vílchez y todos esos monstruos. Ellos jugaban los miércoles porque los domingos tenían el compromiso de AFA. Nos comimos 4 goles. Nuestro técnico era Víctor Oyarzábal y el que me promovió fue el Aldo  Rodríguez, más conocido como “El comisario”. Un tipazo. La tenía clara con el fútbol. Estuvo pocos meses y se fue.

A los 8 años me llevaron por primera vez a la cancha de Sarmiento. Fui con un vecino, en 1963, y Sarmiento perdió 1-0 con Unión de Santa Fe con gol de Orlando Ruiz, “El Fantasma”, jugando por el ascenso. En Sarmiento jugaban Pedro Cambareri, Pérez, Hernández, Medina, Visón, el zurdo López (que luego jugó con Pancho Sá en Independiente y posteriormente fue técnico), Oyarzábal, Tomino, Suárez, Orol, Ulrich. Después jugué junto con Oyarzábal, contra Horacio Medina, contra Tomino. Las vueltas de la vida. Antes si estaba bien físicamente, jugaba cualquiera y era figura.

Me retiré joven, en el año 1981. Ya no podía practicar bien, estaba trabajando que pasó a ser mi prioridad. Tenía 26 años y antes de los 29 me dan la oportunidad de dirigir la primera de Defensa. Me encontré con jugadores que eran mayores y tengo que resaltar el respeto que tenía esa gente (Marinello-Solis-el Vasco Oviedo). Salimos detrás de Rivadavia de Lincoln que tenía un equipazo con Cillo, Digilio y Diósquez. En realidad a los 22 años me dieron una suspensión de dos años y para seguir ligado al club Defensa me dieron para dirigir las inferiores, la reserva y la quinta. Tuve una alegría grandísima porque con la séptima salimos campeones invictos, con once partidos y 44 goles a favor con 8 en contra. Trabajábamos bien porque había tiempo para juntarse y preparar los partidos. Con la reserva llegamos a la final contra Mariano Moreno y perdimos uno a cero.

El problema de la falta de jugadores habilidosos es la desaparición del campito. El potrero era todo. Aparte hoy todos los padres le compran al chico la camiseta número 10. Pero cuando van al club el técnico de la escuela de futbol tiene que armar el equipo y no se puede con todos 10.

Antes había más libertad para jugar. Hoy es todo físico. Se perdió el respeto por el habilidoso.

Viendo el otro día cómo lo sacaban con el cuerpo a Messi, antes eso eran todos foules. No puede ser que uno va corriendo con la pelota, viene otro y te pega un topetazo para quitártela. No sé qué hicieron con el reglamento del fútbol.

¿Maradona o Messi? Los dos, grandísimos. Son distintas épocas.  Quiero mencionar otras glorias del fútbol como Pelé, Alfredo Di Stéfano, Zinedine Zindane, Johan Cruyff, Michel Platiní.<

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