Sarmiento logró ayer, en el Nuevo Gasómetro, su mejor producción en el campo de juego, desde la llegada de Martín Funes como DT interino, tras la salida de Mario Sciacqua.
Luego de un arranque con sabor a poco en La Bombonera y un empate en cero ante Banfield en el Eva Perón, la actuación del equipo juninense frente al Ciclón fue la más convincente en varias fechas del inagotable Torneo de la Liga Profesional.
Encuadrada en el contexto de un rival que arrastra profundas dificultades para encontrar un rendimiento que le asegure, al menos, algunas mínimas garantías, la performance del Verde ameritó haber convertido al menos un gol -o, tal vez, varios- en cualquiera de los arcos del Bajo Flores.
La derrota por la mínima confirmó que a Sarmiento no le sienta bien enfrentar a los equipos del fondo de la tabla: como contra Arsenal y Central Córdoba, se fue del estadio Pedro Bidegain con las manos vacías.
El dato menos alentador es que el equipo aún no ha marcado goles en la Era Funes, pese a que el DT pregona la elaboración en ofensiva como uno de los principios fundamentales de su propuesta futbolística.
El equipo mejora, pero a Funes se le acaba el tiempo: necesita sumar y convencer, si acaso su meta es iniciar la pretemporada 2022 al frente del plantel profesional de Sarmiento, de cara a un año en el que el Verde se jugará la permanencia en Primera División.
El fixture indica que solo restan dos partidos para el cierre de la Liga: el próximo sábado, en el Eva Perón, ante Talleres; y luego en La Paternal, frente a Argentinos Juniors. Dos oportunidades más para que el equipo de Funes plasme en el resultado lo que desde el comienzo de su gestión insinúa desde el juego.
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