FÚTBOL

Mario Daniel “El Cachi” Capogrosso

Gran defensor de BAP en los ´70, donde ganó varios títulos. Jugó dos regionales con Jorge Newbery se desempeñó en la zona.

Nací en el barrio El Picaflor, Avenida San Martín y Tedín. Ya estaba el asfalto, pero el tránsito era muy tranquilo.

Fui a la escuela número dos con Gustavo Oros, Hugo Balestrasse, Gustavo Lacarbonaro, Luis Lorio.

Nos juntábamos a jugar en La Raza Irlandesa, donde en ese entonces vivía la familia de Daniel Falabella. Hacíamos partidos ahí, armábamos los grupos de intercolegiales, había mucha libertad para jugar en cualquier lado.

Mis hermanos, antes que naciera yo, me habían puesto el sobrenombre de Cachi.

Al secundario fui hasta tercer año del Nacional y los dos restantes en el Normal. Fui con Claudio Carini, Daniel Lordi, Gustavo Oros, Alfredo Morbelli. Habíamos logrado formar un buen equipo de vóley y fútbol en una escuela donde había pocos varones, como el Normal. Fue para competir en los intercolegiales. En 1974 fuimos campeones en vóley.

En 1965 comencé a jugar al básquet en Los Indios. Estaba Polo Cárdenas de entrenador. Éramos cebollitas y jugábamos campeonatos internos. No había minibásquet y cuando fuimos subiendo de edad arrancamos en Cadetes Menores.  Ahí nos tomó Darío Racero y nos sacó campeones invictos. La figura fue Luis Lorio, una máquina de meter goles. El resto acompañábamos. Estaban José Luis Arlotta, Walter Collo, Aldo Gianelli, Hugo Balestrasse, Cristian Tomassone. Era un grupo que se había tomado las cosas muy en serio.

En ese entonces te prendías en todo. Hasta que me dediqué solamente al fútbol. Pero hacía las cosas a la vez y además natación  en el Newbery, inclusive compitiendo en el equipo del club.

En BAP empecé en la octava en 1969, reclutado por don Juan Torelli. Fue uno de los pioneros en el scouting de jugadores. Te espiaba y si más o menos te veía condiciones, te invitaba a ir a BAP. En ese entonces estaba el Liebre Flores, Daniel Falabella, Walter Destéfani, Pichi Rizzo, Hugo Basso, Claudio Carini, Olmedo, Signorelli. Fueron  los inicios en un club que a todos nos marcó para siempre.

Nunca salimos campeones en inferiores. Cuando llegamos a reserva estaba como técnico el Lobo Roberto Contreras. La primera la dirigía Taliche Lombardi. Se armó un buen grupo, intercaló jugadores y salimos campeones en 1973. Jugaban Falabella, Destéfani, Pastorino, Basso, Carini, Castro, Calderón, Pichi Rizzo.

En primera debuté en diciembre de 1973, en un nocturno, había entrado en el banco y le ganamos a Rivadavia por penales. A partir de ahí formé parte del equipo de primera. Me sentí muy respetado y cuidado en BAP. De hecho el Lobo me había confiado la cinta de capitán del equipo. Fuimos campeones del nocturno de 1975-76 donde le ganamos la final a Newbery que venía ganando todo.

Habíamos quedado en la ronda de ganadores y chocamos con Newbery que nos metió 7 goles. Fuimos a la segunda final en cancha de Sarmiento, donde Newbery era número puesto. Le ganamos 3 a 1. Fue un partido histórico y muy festejado para el club. Jugaban los dos Frías, el Vasco Guruceaga, Falabella, Castro, el Negro Rodríguez. Ese año atajó Ferrari, que venía de Sarmiento.

Seguí jugando hasta los 35 años. Después de ese campeonato me invitaron en 1979 a conformar el equipo de Newbery para el regional. Estuve en dos torneos donde compartí un grupo fantástico. Nos tocó llegar a la final con Cipolletti que definía el ingreso al Nacional y lo perdimos en la cancha de Sarmiento. Le habíamos ganado a Olimpo en cancha de ellos la final de la provincia.
Jugué un año en Rivadavia de Junín. Luego me fui a estudiar con Daniel Falabella a Rosario y ambos estuvimos viajando a Ben Hur de Rufino para jugar allí.

Hice el profesorado de Educación física en Rosario y cuando termino me doy cuenta que me gustaba la parte de rehabilitación deportiva. Me fui a estudiar kinesiología a Buenos Aires porque en Rosario no había en 1980. Estando en Capital conseguí trabajo como profesor del hockey del club de Gimnasia y Esgrima. Me dio una mano el profesor Jorge Elías, que era de Junín.

La falta de jugadores hoy en día obedece a que se le hace mucho más hincapié a la actividad física –que de hecho debe ser así- pero se ha perdido el atrevimiento, la picardía que existió siempre en el campito. Lamentablemente y por cuestiones de seguridad los chicos no están tanto en la calle, entonces no tienen la posibilidad que teníamos nosotros. Antes salías del colegio, agarrabas la pelota y volvías al anochecer.

También la tecnología ha invadido los hogares y limitó todo un poco. Hay mucha gente que aun así trabaja en los clubes y hace un esfuerzo por darle una mano a los chicos. Pero lamentablemente es cada vez menos el desarrollo de habilidades que se ve.

¿Maradona o Messi? Las comparaciones no son buenas. Demos gracias a Dios que tuvimos estos dos monstruos en nuestro país vistiendo la celeste y blanca, y que aún hoy son referentes mundiales.

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