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GUARDAMETA DE UNA EXTENSA TRAYECTORIA

Christian Muñoz: “Siempre me gustó atajar, nací con esa pasión por el arco”

A sus 42 años, “El Tigre” sigue más vigente que nunca como portero en la Primera División de Chile. En diálogo con Democracia repasa sus inicios en Sarmiento, y su paso por la selección, Boca y el fútbol trasandino.

Christian Muñoz tiene grabado a fuego en su memoria el día que salió por primera vez como titular en un equipo profesional de fútbol: su debut defendiendo el arco de Sarmiento, en la temporada 1995 de la Primera B Metropolitana, fue en un triunfo por 2 a 1 ante El Porvenir.
Ahí comenzó una extraordinaria carrera deportiva que, 24 años más tarde, tiene a este juninense absolutamente vigente como portero en la máxima categoría en Chile.
En el medio, fue campeón del mundo con la selección nacional, atajó en grandes equipos sudamericanos, como Boca y Colo-Colo, y ganó muchísimos títulos, entre ellos, tres copas Libertadores.
Hoy, cerca del retiro –aunque sin fecha definida– “El Tigre” repasa con Democracia los momentos más importantes de su destacada carrera.

Arquero
Muñoz se crió en el barrio Capilla de Loreto, en el seno de una familia a la que él define como “muy futbolera”. Y él también tuvo siempre esa inclinación. “Siempre me gustó atajar, se ve que nací con esa pasión por el arco”, comenta.
Arrancó en Sarmiento a sus nueve años y allí hizo las inferiores, con entrenadores como Horacio “Taqueta” Barrionuevo, el “Bocha” Boianelli y Carpanetto. Y Luciano Polo fue el que lo hizo debutar en Primera.

Consagración
El nivel del “Tigre” era tan extraordinario que, aun cuando atajaba en un equipo de la B Metropolitana, el entrenador José Pekerman lo convocó a la Selección Nacional juvenil, formando parte del equipo que se consagró campeón mundial en 1997.
Por ese entonces, Boca Juniors se fijó en él y compró su pase. “Era todo nuevo, yo venía del ascenso y llegaba a un club que era un mundo gigantesco, con un plantel repleto de figuras, desde Maradona y Caniggia, hasta Fabbri, Giunta, ‘Manteca’ Martínez y un montón más. Fue algo emocionante estar ahí”.
Debutó al poco tiempo de haber llegado, en un partido contra Newell’s en el que Óscar Córdoba no pudo atajar porque estaba lesionado y su reemplazo natural, Roberto Abbondanzieri se lastimó el hombro en el segundo tiempo. “Fue todo muy rápido”, señala.
No obstante, siguió como suplente y al año siguiente, ya con Carlos Bianchi como técnico, tuvo una enorme actuación en un clásico contra River en el que también Abbondanzieri se fue lesionado: “Fue un momento inolvidable en mi carrera, que me ha marcado mucho, y que me lo recuerdan permanentemente”.
Lo cierto es que “El Tigre” no pudo hacer pie en el arco de Boca, donde permaneció varios años, con pasos por Los Andes y Talleres en el medio, y decidió buscar nuevos caminos.

En Chile
Podría decirse que –más allá de JunínChile fue su lugar en el mundo. Llegó en el año 2005 para jugar en Huachipato y enseguida fue ídolo. Después pasó a Colo-Colo, el equipo más grande del país, en el que salió campeón tres veces. A finales de 2009 regresó a Huachipato y en esa vuelta también fue campeón, en un club que hacía 32 años que había obtenido su única copa hasta entonces. Finalmente, pasó a Universidad de Concepción, un club muy joven al que llevó a ascender a la primera división y, con el que luego ganó la Copa Chile y clasificó a torneos internacionales.
Muñoz se nacionalizó chileno, no solo porque le sirve para no ocupar lugar de extranjero, sino porque cree que es un país que lo trató “de maravillas” desde que llegó. “La gente me muestra mucho afecto y con mi familia nos sentimos muy a gusto”, asevera.

Balance
Hace rato que Christian viene pensando en un posible retiro. “Sé que está cada vez más cerca”, afirma, aunque no quiere poner fecha. Lo que sí está decidido es que, cuando lo haga, regresará a la Argentina.
Para Muñoz, el hecho de no haber podido volver a jugar en el Verde no es una cuenta pendiente: “El recuerdo que tengo de Sarmiento es muy lindo, es el club donde comencé y del cual soy hincha y el que me dio la posibilidad de debutar en Primera. No se dio la posibilidad de retirarme ahí, Sarmiento quiso que yo vuelva en algún momento, pero yo tenía contrato en Chile y se hacía imposible ir. No obstante, no es una deuda porque ahí viví momentos gloriosos, participé de un ascenso y solo tengo palabras de agradecimiento, estaré a disposición del club para lo que me necesiten”.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Es muy positivo porque pude cumplir muchísimos sueños de los que me propuse de chico, a pesar de las dificultades que tengo con mi físico porque soy relativamente bajo y en este puesto se necesita ser más grande, pero pude luchar y cumplir mis sueños. Yo me cuidé para poder llegar a atajar a esta edad y pude cumplir lo que me propuse siempre sabiendo de mis limitaciones. Me esforcé al máximo para poder hacerlo así que me queda una tranquilidad absoluta. El fútbol es una pasión, es el deporte más lindo y rescato mucho que te da la posibilidad de compartir y de hacer muchos amigos”.

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