MANO A MANO

Oscar “Gallo” Melillo: “El equipo del ´77 era una máquina y de local era imposible que perdamos”

Se inició en las inferiores de Moreno y luego tuvo su paso por San Lorenzo, Bolivia, Paraguay y Newbery hasta su llegada a Sarmiento donde vivió los hechos más importantes en la vida del club durante los años ´70. Dos ascensos, incluido el primer título profesional del club y la gran campaña del equipo en 1975 que dejó al “Verde” en las puertas de la Primer División. “Fueron momentos inolvidables”, asegura.

La década del ´70 no fue  una más en la vida     institucional y deportiva de Sarmiento. En esos años hubo varios sucesos  históricos que marcaron una época con altibajos pero que quedará en el recuerdo de todos al lograr el primer título oficial de AFA en 1977. Tres años antes, el equipo dirigido también por Héctor Silva lograría el ascenso a la “B” y un año más tarde se estuvo a las puertas del cielo cuando el desembarco a la Primera División quedó a un paso. Aunque no todas fueron cosas positivas, ya que en 1976 el “Verde” descendería a la “C” tras una campaña llena de problemas.
En todos esos acontecimientos hubo un lateral izquierdo que por seis años brindó marca, firmeza, despliegue y una entrega como pocos, por eso fue reconocido por esos años como “el gran capitán” y dejó su apodo marcado en la historia grande del club. “Gallo” Melillo fue el tres que vivió todo el crecimiento “ver-dolaga” y es uno de los juninenses que más recuerda el hincha por todo lo que vivió en el club. Protector a gritos de los jugadores locales recalca “la gente se dio cuenta de que el jugador de afuera no es mejor que el de acá”.   

- ¿Siempre jugó de marcador izquierdo?
- Comencé de cinco, las inferiores de Moreno las hice en esa posición. Luego en mi paso a San Lorenzo  Ernesto Duchini me dijo un día si me animaba a jugar de tres y como uno siempre quiere estar dije que sí: de ahí en más siempre jugué en la defensa. Fue uno de los mejores entrenadores que tuve, un tipo simple que con pocas palabras te llegaba.

- ¿Su paso por Bolivia lo toma como positivo?
- Seguro, toda experiencia siempre sirve de algo, cada día se aprende algo nuevo. Jugué seis meses en Primera División cuando era muy chico y me ayudó a madurar. Mis padres me tuvieron que autorizar a viajar porque era menor de edad.

Su regreso a Junín

San Lorenzo lo dejó libre y llegó a Jorge Newbery donde disputó la famosa final frente a Rivadavia en la que la definición por penales estaba a cargo de un jugador por equipo: “Peteco” Molina pateó para Newbery y el “Brujo” Frías en Ri-vadavia: concluyó 13 a 12 para el equipo de barrio Belgrano. Allí recibió el llamado de  “Cacho” Villafañe quien quería que Sarmiento juegue con muchos jugadores de Junín: “armó una muy buena base que sirvió para poner a Sarmiento en lo más alto”, dice el “Gallo”.

- Una anécdota famosa dice que Pasarella era suplente suyo cuando llegó a Sarmiento, ¿es verdad?
- (Risas) Siempre lo cargo por eso. Lo cierto es que Daniel tuvo un paso fugaz por el banco porque yo estaba jugando de seis. Después Eber Pérez hizo unos cambios y me puso de tres a mí y de seis a Pasarella. Me acuerdo que “Taqueta” me dijo: “Anda buscándote un puesto” (risas). Desde el primer día nos dimos cuenta que era distinto.  Es un muy buen amigo y cuando está con nosotros es uno más.

- En el ´74 llegó el primer ascenso, ¿qué recuerda?
- Era un equipazo, fue una gran campaña. En esos años la “C” era una categoría complicada por la seguridad en la canchas y no era un torneo fácil. Además viajábamos ese mismo día a jugar, nada que ver con lo que es hoy. La gente también apoyó mucho y nos acompañaba a todos lados.

- ¿La base qué usted dice que se formó ayudó a quedar a un paso de lograr el ascenso a Primera en el ´75?
- Claro, nos conocíamos demasiado. Llegamos luego de una gran temporada al hexagonal final con San Telmo, Lanús, Central Córdoba, Platense y Almirante: estuvimos cerca. A lo mejor en el reducido no nos fue como esperábamos y bajamos un poco el nivel, quedamos a un paso de hacer historia. Recuerdo que los hinchas fueron a Rosario en tren por un ramal que no se usaba más, increíble. 

- ¿Qué pasó al año siguiente que les tocó descender?
- No sé, fue un periodo raro. Creo que después de haber estado tan cerca de la “A” y no haber lograr el objetivo terminó siendo un golpe duro. El club no andaba bien, se cambiaron muchos técnicos, no teníamos recambio, algo de desorganización y contra eso no hay nada que hacer. Fue muy feo: el descenso lo sufrís mucho.

Gritó campeón

Luego de 15 años en el profesionalismo, Sarmiento ganaba el torneo de la Primera “C” de 1977 y lograba su primer título de AFA. Terminó invicto de local y marcó 111 goles todo un record en el fútbol nacional.  Más de 20.000 personas llenaron el “Eva Perón” en la última fecha frente a Berazategui para festejar el ansiado campeonato.

- Por suerte para ustedes vino la resurrección y lograron el primer título oficial del club…
- Sí, las cosas volvieron a la normalidad. Se armó un muy buen plantel y pudimos volver a la “B”. Ese equipo era una máquina, estaba muy aceitado. La gente nos apoyaba muchísimo por eso de local era imposible que perdamos. Lo sabíamos antes de entrar a la cancha que en Junín no íbamos a dejar puntos. Definíamos los partidos en seguida, metíamos un gol y seguíamos atacando, no como ahora que ganas uno a cero y se van todos para atrás (risas).  El “Negro” Atondo metía goles de todos lados y la defensa era muy aguerrida. Los hinchas viajaban mucho a alentarnos afuera, salían trenes o colectivos llenos, los chicos que estudiaban en Buenos Aires o en La Plata también iban o a la vuelta nos esperaban en La Agraria para saludarnos. Un año hermoso.

- ¿Por qué se alejó del club?
- Vino una nueva comisión y no quisieron que siga. Lo tuve que tomar con calma aunque me dolió. Volví a Moreno y después me retiré campeón en Newbery en 1979. 

- Desde su experiencia, ¿el hincha suele ser más impaciente con el jugador local que con el de afuera?
- Sí, pero ahora las cosas están cambiando: lo están aceptando más. El que viene de afuera se tiene que ganar el puesto, antes venía y jugaba directamente y a veces traían a cada uno (risas). En mi tiempo la gente estaba convencida que el jugador de afuera era mejor que el de Junín y al primer error te lo remarcaban. Por suerte, se dieron cuenta de que no es así. 

- Usted que estuvo en dos ascensos, ¿le ve a este equipo la pasta para lograrlo?
- Totalmente. En un torneo muy parejo supo mantenerse arriba que no es nada sencillo: ese es un mérito muy importante. Creo que ahora lo primordial va a ser no perder puntos con los equipos que están abajo en la tabla. Esos partidos, sea como sea, los tenés que ganar y por supuesto seguir teniendo una localía fuerte. Tiene muy buen plantel, un equipo largo que saben suplirse uno con otro, está firme y Sergio lo supo llevar muy bien.

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