Osvaldo Víctor Caliri: “En primera persona”
BÁSQUET

Osvaldo Víctor Caliri: “En primera persona”

La historia del Club Atlético Argentino rumbo a la Liga Nacional.

Nací en Junín el 14 de septiembre de 1954. Hasta los 12 años viví en 20 de septiembre y Roque Vázquez. Luego nos mudamos a calle Alberdi, entre Francia y Malvinas Argentina.

Empecé la primaria en la escuela 24, luego fui al Padre Respuela y me fui a La Plata a estudiar abogacía. De chico en la escuela se hacían todos los deportes: fútbol, natación, básquet, vóley. 

El tema de la dirigencia se fue dando solo. No era del barrio, pero cuando me casé me fui a vivir a la casa de mi suegra en Guido Spano y Ameghino. Los chicos comenzaron a ir al club Argentino a la escuelita de básquet, que en ese entonces estaba a cargo de Quique Biurrun, y comencé a colaborar. Se armó un grupo de padres y ayudaba en lo que podía.

Después, en 1990, Nené Pagano con Quique, Pelusa Quintanal y otro grupo de gente me llaman para tener una participación más activa. Se forma la comisión y quedé como vicepresidente. Nené se enfermó al poco tiempo y me pidió que continúe. Y a los dos años se fue Nené y me pidió que agarrara la presidencia. Hablé con Dady Dimarco, Daniel, un grupo de muchachos y comenzamos a trabajar en el club.

Argentino tenía historia de regionales, de alguna participación en Liga “B” de la CAB, donde yo iba como mero espectador. Pero nosotros comenzamos a ver que una participación en los torneos regionales era posible.

El primer año que lo intentamos, deportivamente no nos fue bien. Pero nos hizo ver que era viable. Ya al otro año contratamos a Cristian Márquez como entrenador y nos hizo ver algunas cosas que teníamos que cambiar. Era todo muy amateur, de entrecasa. Y comenzamos a gestar la idea de lo que iba a ser un proyecto de equipo. Se fue dando. Trajimos a Gastón Carra, vino Farol Sartor, estaba Gastón Zagrodny, y fuimos formando un plantel para el torneo local –donde estaba Ciclista con un equipo de Liga B-. Jugamos el regional de 1997 donde nos fue bien. Pasamos a la etapa provincial y tuvimos la suerte de salir campeones. Accedimos a lo que iba a ser la Liga Nacional “C”, que no se sabía cuándo era ni con quién nos tocaba. Ahí nos ayudó mucho un dirigente de la Federación de Provincia. Un hombre que no era de Argentino, pero lo quería mucho: el Gordo Lombardi.

Se armó la Liga “C” con los dos equipos de provincia, Argentino y Sportivo Escobar, más los dos de capital que eran Ateneo Popular Versailles y River Plate. De golpe y porrazo jugar contra River para Argentino era todo un acontecimiento. Argentino llevaba, y lleva, gente a todos lados. Y a River le metimos 500 personas y ascendimos a la Liga “B”.

Otro problema: para jugar la “B” había que tener piso flotante y no lo teníamos. Se arrimó más gente. Vino Fito Dimarco, entre otros, para colaborar con el piso. Y se hizo. Las plateas se armaron con cajones que nos daba Monti y los tablones que nos daba Milanese. Y la popular era donde hoy está la platea.  Y atrás del aro que daba contra la cantina teníamos todavía el alero.

Comenzamos a jugar la “B” y perdimos los primeros tres partidos. Una locura la gente contra San Miguel el día del debut. Habíamos incorporado a Aldo Yódice, Alfredo Vaccarezza estaba de vuelta, César Pastorino ya estaba, más Gastón Carra, más Juan Antonio Abdala, Palito Gil, Federico Pollio, etc.  Y al tomar rodaje el equipo comenzó a ganar. Llegamos a los play off sin tener localía. Ganamos en San Miguel, en Vélez y, en el tramo final con seis equipos, llegamos a la final y ascendimos tras ganar la zona sur.

Es decir, desde 1997 a 1999 que tomamos la conducción pasamos cuatro categorías. Ganamos el local, el regional, provincial, la “C” y la “B”. La “B” para Argentino fue meramente una categoría de tránsito, necesaria para poder llegar al T.N.A. Estuvimos una sola temporada. 

Acá siguió Cristian y nos pidió incorporar a Adrián Capelli para que le diera una mano. Porque, aparte de eso, habíamos comenzado a jugar Liga de Juveniles. Teníamos un equipazo con Juanchi, Martínez, Ferrara, Sofía. Salimos campeones y llegaron a la instancia nacional, donde nos chocamos con Ferro que tenía nada menos que a Scola y Sorciari.

El ganar deportivamente hacía que se tuviera que preparar la cancha para una nueva categoría. Recuerdo que Ángel Pagano encaró una obra monstruosa como levantar el techo en un extremo, que es donde está hoy la tribuna popular. Para el armado del equipo nos dio una mano Nino Burgan, que habló con jugadores él para que vinieran, como, por ejemplo, Josi Gil. Llegó Dubois, Sureda, volvió Vaccarezza, estaba Carra. Incorporamos como extranjero a Fergusson, que venía de jugar en la Unión de Colón. Un día empecé a charlar con Delasoie en la AdC y lo convencí para que me lo diera, lógicamente pagando la reserva. Y ese año no ascendimos de casualidad. Nos agarró en la final Gimnasia de La Plata con Horvath, Storani, Muñoz, el Bebe López, el Chino Benítez. Eran equipos que tranquilamente en la Liga de hoy jugarían de memoria.

Seguimos incorporando gente para colaborar en la comisión y se fue formando un grupo importante hasta que llegamos a ascender. Al día de hoy seguimos viéndonos como peña, reuniéndonos dos veces al mes. Cuando tomé el club dije que Argentino era un gigante que estaba dormido. Competíamos a nivel local y nada más. En la Liga estaban Ciclista y Los Indios.

Volviendo, se fue Cristian para seguir con su actividad profesional y continuó Adrián Capelli. Y ese año, en el 2003, logramos el ascenso. Fue una cosa preciosa. Se fue dando todo paso a paso. Tal vez si hubiese salido el primer año, no hubiese tenido el sabor que tuvo después.

Los únicos que no éramos profesionales en ese proceso fuimos los directivos. Cada uno tenía su trabajo, su familia, sus compromisos y además el club.

Para la “A” armamos un equipo con la base de los ascendidos. Ramiro Carulla, Gerardo Barrera, Torres, Beigier, Gil, Vaccarezza, Di Biaggio, Juanchi, Martínez, Gastón García. Se mantuvo la categoría y al segundo año armamos un plantel un poco mejor, donde peleamos más arriba. 

Ya después con la comisión decidimos dar un paso al costado, eran muchos años y teníamos el ciclo cumplido. Pero fue maravilloso.<
 

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