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Los Danieles frente a frente. Belvedere enfrenta a Clavell, esa noche en el Coliseo del Boulevard.
BÁSQUET

La noche que Ciclista derrotó a Ricardo Gutiérrez para liderar en soledad la “B”

Fue el 12 de noviembre de 1997 en el Coliseo del Boulevard, con un marcador final de 79 a 70.

Ciclista Juninense recibía hacia fines de 1997 la visita de Ricardo Gutiérrez de Arrecifes. El quinteto visitante, en ese entonces, era uno de los principales animadores de los torneos de ascenso. Armaba muy buenos equipos producto del buen aporte comercial de la zona de influencia, básicamente de las empresas relacionadas con el campo. Hasta que, como sucede cíclicamente, se terminó la plata y Ricardo Gutiérrez no participó más de los torneos de la AdC.
La cuestión es que un equipo muy competitivo –y con uno de los mejores entrenadores del país, el “Colorado” Narvarte- en ese momento vino a Junín (con Casesi, Clavell, Latorre, Chijanowski, García) a sabiendas de que Ciclista quedaba solo en la punta del campeonato, si conseguía la victoria. Y eso lo iba a complicar a futuro.
Ricardo Gutiérrez no se la hizo fácil, pero el Verdirrojo impuso la localía en el segundo tiempo y dio vuelta el resultado adverso del primer tramo de la contienda (se jugaban dos tiempos de veinte minutos cada uno).

El partido
El primer tiempo no se le presentó favorable a Ciclista Juninense, ya que le costó tomar las marcas de su adversario de turno.
La presencia del pívot Chijanowski trajo aparejados varios cambios posicionales para defender la pintura y paralelamente arrastró las marcas habilitando a Latorre, que se encontró liberado para lanzar desde afuera.
Horacio Bosco –que venía de una gran campaña en Estudiantes de Olavarría- fue quien se destapó con el gol tirando lejos de la canasta y, hacia el primer tiempo, pudo emparejar las acciones para que Ciclista no quedara tan lejos en el marcador.
Néstor Ibarra encontró más espacios en el segundo tiempo y comenzó a gravitar dentro de la llave, y así logró quebrar el marcador a favor del quinteto juninense.
Una gran tarea de Diego Belvedere en el medio juego y los simples finales en manos de Mario Caporaletti (no erró ninguno) fueron determinantes para una memorable victoria Verdirroja que se aseguró la punta del campeonato en soledad.
Caporaletti había estado la mayor parte del segundo tiempo en el banco de sustitutos, dado que se había cargado rápidamente con cinco faltas personales.

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