En su declaración llevada a cabo en la cuarta jornada de este juicio, la ex jueza Mary Mitchell dio detalles de un caso de torturas a menores que se produjo en la Comisaría Primera de Junín en el año 1976.
Ayer, uno de los protagonistas de ese hecho testificó y en su descripción de los hechos ratificó el relato de Mitchell.
Oscar Rolando prestó declaración por videoconferencia desde Viedma, y señaló que en agosto de 1976 él tenía entre 16 y 17 años y fue detenido en Junín: “Estaba en una confitería y me detuvieron entre las 10 y 11 de la noche, entraron unos policías armados y pidiendo documentos, en una de las típicas racias de la época. Me sacaron, me encapucharon, me subieron a una camioneta, me golpearon y me llevaron a la Comisaría Primera. Ahí me desnudaron, me quedé en calzoncillos, me llevaron a una habitación donde había un colchón, me ataron de pies y manos, me pusieron un cable en el pie y me pasaron una picana eléctrica”.
Según contó, lo picanearon “dos o tres veces más”, mientras le preguntaban qué hacía en Junín, ya que no era oriundo de nuestra ciudad.
También sufrió golpes y patadas.
Encuentro con la jueza
Rolando recordó que estuvo detenido en la comisaría “unos 10 ó 15 días”, hasta que alguien le pidió sus datos para hacer la denuncia en el juzgado de menores.
Una vez que esto sucedió, lo visitó un policía en su celda. “No sé quién fue a alcahuetarle a la jueza, pero no hablés pavadas”, le advirtió.
Luego, lo llevaron al despacho del comisario, le sacaron las esposas bajo la responsabilidad de la jueza, y después lo llevaron a Tribunales, donde declaró lo que sucedió.
“Después que me blanquearon estuve 10 ó 15 días más, hasta que me retiró mi padre”, concluyó. <
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