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SECTORES PASADOS POR AGUA

La lluvia causó nuevamente estragos en las calles de la Ciudad y en caminos rurales

Poco más de 60 milímetros fueron suficientes para que un montón de vecinos volvieran a quedar presos del aislamiento en numerosos barrios. La tormenta también acentuó los graves problemas hídricos que venían afectando a varios puntos de la zona campestre.

Tres horas de lluvia persistente fueron suficientes para que cientos de vecinos revivieran el drama que sufren cada vez que se desata una tormenta de  agua más o menos fuerte sobre Junín.
Entre las 7.30 y las 10.30 cayeron 62,5 milímetros (según el registro de la estación meteorológica local), marca que alcanzó para dejar a numerosos barrios plagados de inmensas lagunas, fangos inmensos y en condiciones integrales que impedían el tránsito en bicicleta, moto o automóvil.
No menos traumático resultó el panorama para los habitantes del sector rural, quienes ya venían lidiando con lo que les habían dejado los 150 milímetros de mediados de abril, complementados por precipitaciones posteriores que nunca permitieron la normalización de la superficie.  
“Si no encuentran una solución de fondo, nos vamos a tener que mudar a otro lado porque cada vez que hay una lluvia fuerte ni mi mujer ni yo podemos ir a trabajar”, dijo Armando Benavidez, habitante del barrio Ricardo Rojas y padre de dos hijos que tampoco pudieron concurrir a la escuela por el estado de las calles.  
A ese testimonio se lo puede multiplicar al menos por el de otros mil vecinos que siempre quedan varados en su propia casa. “Asomarte a la ventana te deprime, resumió Ángela, del barrio Bicentenario, mientras que Carmelo, de Villa del Parque, ironizó: “Seguramente, de nosotros ni se acordarán porque para las autoridades estamos afuera del casco urbano, siendo que vivimos a veinte cuadras del Municipio”.
Días atrás, el secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Junín, Agustín Pinedo, expresó que  “así tenga diez máquinas” no puede “salir a destruir Junín porque después cuesta el doble”.
“Con humedad óptima se hace una pasada y queda bien. En la situación de ahora es imposible”, se excusó.

Caminos rurales, a la miseria

A la crecida hídrica que se había formado desde los primeros días de abril en los caminos rurales, las periódicas lluvias que se abatieron después sobre la superficie le agregaron sendas cuotas de dramatismo para quienes habitan tales lugares.  
Zonas como Laplacette o “La Agraria” son hoy el reflejo del aislamiento más grave que se pueda imaginar. Luisa Labarde, habitante del primero de esos dos parajes, dijo casi resignada: “Ya ni ganas de quejarte te dan. Estamos cansados de plantear nuestro problema a las autoridades del Municipio y no pasa nada, es como si habláramos otro idioma”, reclamó la mujer en diálogo telefónico con este diario. 

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