El único imputado por el crimen de Rubén Cottini permanecería en libertad hasta el juicio oral y público, según afirmó a DEMOCRACIA Marta Basile, viuda de Cottini, madre de la víctima, que ayer peregrinó nuevamente por los pasillos de la Fiscalía de Junín, en Comandante Escribano entre 25 de Mayo y Pellegrini, y por el edificio de Tribunales, en Mayor López y Mitre.
Tal como estaba previsto, Marta Cottini, como se la conoce públicamente, ayer volvió a pedir una explicación a la Justicia, tras enterarse de que el presunto asesino de su hijo estaba en libertad, desde el jueves último.
Luego de una breve esperanza de que el caso finalmente llegue a esclarecerse y el o los culpables queden tras las rejas, como hizo suponer el encarcelamiento de Cristian Chávez (único acusado por el homicidio), el 9 de octubre último, todo parece marchar hacia atrás.
Aparentemente, no hay pruebas suficientes de su culpabilidad como para encarcelar a esta persona hasta el juicio, entonces, la dejaron en libertad, pero le prometieron a Marta que habrá juicio oral y público para ventilar el crimen de su hijo (cometido hace ocho años), y que Cristian sigue siendo el principal sospechoso de haber cometido ese asesinato.
“Fui a ver a la fiscal Vanina Lisazo en la Fiscalía y no estaba, tampoco me atendía el teléfono, entonces fui a Tribunales para hablar con el fiscal general, Juan Manuel Mastrorilli, pero me atendió el doctor Tomino, quien muy amablemente me dijo: ‘un momentito que ya la van a atender’. Enseguida me hicieron pasar al despacho y allí estaban reunidos Vanina Lisazo y Mastrorilli. Ambos me dijeron que Chávez seguirá en libertad hasta el juicio, que presuntamente será los primeros meses de 2013”, explicó Marta a DEMOCRACIA.
En definitiva, los funcionarios habrían manifestado a la madre de Rubén Cottini el porqué estaba en libertad el imputado, a pesar de los esfuerzos de la fiscal Vanina Lisazo, de mantenerlo encerrado hasta el juicio.
Mientras tanto, Marta ha vuelto a padecer en Tribunales los desencuentros, la falta de explicaciones, el ir y venir. Y aún no entiende lo que está pasando, mientras se le va la vida con más de 70 años a cuesta.
El caso
El 17 de septiembre de 2004, a las 23, en inmediaciones de Félix de Azara y avenida La Plata, una zona oscura y cercana a la cancha de Ambos Mundos, fue hallado Rubén Cottini, de 42 años, con profundas heridas en distintas partes del cuerpo, aún con vida. Pero falleció camino al hospital.
Sufrió el estallido de su hígado y una perforación en el pulmón derecho, de acuerdo a lo expuesto en el informe de la autopsia.
En principio, el entonces fiscal doctor Marcelo Tuñón consideró que Rubén Cottini había sido embestido por una formación ferroviaria, y tras calificar su muerte como “accidente”, resolvió cerrar la causa.
Sin embargo, la madre del occiso, Marta Basile, nunca se conformó con esta explicación, y con el apoyo del médico forense Miguel Maldonado, confirmó sus sospechas, que Rubén no había sido atropellado por un tren sino que había sido atacado por una o más personas, y logró que reabrieran la causa.
Rubén Cottini (42) trabajaba en un horno de ladrillos y bebía mucho. Tenía un hijo, Rubén Darío Cottini, con una mujer de apellido Sosa, de quien estaba separado. Por entonces este hijo tenía 18 años, y la víctima habría estado alrededor de las 21.30 en la casa de él, para llevarle la comida, momentos antes de ser atacado. A partir de ahí, no se sabe lo que pasó.
Marta sospecha de gente de mal vivir, gente cercana a su círculo familiar, que para ella ha estado vinculada con el crimen de su hijo. Ya pasados ocho años de ese suceso que la marcó para siempre, ella decidió que va a esperar hasta el juicio, con la esperanza de que la muerte de su hijo tenga una explicación y encuentren al o a los culpables.
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