Marcela Repetto repasó su historia de vida con Democracia.
Marcela Repetto repasó su historia de vida con Democracia.
DOCENTE Y DELEGADA

Marcela María Repetto: “En la docencia encontré la vocación que tenía”

Ejerció durante casi 25 años y se volvió una referencia en Baigorrita, Morse y Junín. Logró consolidar su propia familia y hoy sueña con ser abuela. Es la primera mujer delegada de Baigorrita. Además de su relación con el municipio, actualmente cursa la Licenciatura en Educación en la Unnoba.

Nacida, criada y desarrollada en la localidad de Baigorrita. De tal manera, puede afirmarse, que Marcela Repetto es una persona que conoce en detalle la historia y presente de dicha localidad. No obstante, también trabaja por su futuro en su rol como delegada municipal.

Fue su devenir como docente lo que potenció su vocación: escuchar, aprender y enseñar. Precisamente, durante casi 25 años ejerció como docentes en diversas instituciones de Junín, Morse e Irala, entre otras localidades. Y el pasado 10 de diciembre fue cuando se retiró de la docencia para lanzarse netamente a la gestión pública.

En diálogo con Democracia, Repetto recordó su infancia en Baigorrita; contó por qué eligió la docencia para desarrollarse; brindó su mirada sobre el escenario de la educación actual; y compartió vivencias relacionadas a su experiencia en el sector público.

Infancia

Al hacer una mirada retrospectiva compartió: “Los recuerdos todos los mejores. Mi papá trabajó en el campo y luego muchísimos años en una empresa donde se preparaban todos los postes de luz, que eran vigas de madera. Mi mamá era ama de casa y siempre bordó y coció. Nos criaron a mí y mi hermana”.

“Todo era distinto a lo que viví con mis hijos como así también con los chicos de ahora. Nosotros de tecnología no teníamos nada, ya que, antes había un solo teléfono que estaba, sobre todo, en las cooperativas. Luego, con el tiempo, hubo una red de 25 teléfonos para todo el pueblo”, rememoró. 

Y comparó: “Nosotros esperábamos el fin de semana para salir a jugar con los juegos de plaza o los cumpleaños de nuestros compañeritos. De hecho, las tortas eran caseras hechas por mamás o tías”. 

“Nuestros pícnic eran desde las 10 hasta las 19. Juntábamos dinero para poder viajar a Bariloche, estábamos con amigas y nos acompañábamos y crecimos a la par porque nuestros padres trabajaban”, valoró.

Precisamente, Repetto realizó las distintas etapas formativas como son jardín, escuela primaria y secundaria en el mismo lugar: Baigorrita. Al respecto, expresó: “Tengo los mejores recuerdos de maestras, todas ellas mujeres y con quienes sigo en contacto al día de hoy”.

“Siempre digo que todas las etapas fueron lindas y sobre todo la secundaria porque cada uno emprende un rumbo donde algunos empiezan a trabajar o proyectar algo para su vida”, comentó. 

Docencia

Siguiendo con el último ítem señalado, Repetto comentó que, al finalizar la escuela secundaria, “tenía pensado irme a estudiar medicina y las condiciones económicas no se daban como así tampoco estaban las posibilidades de hoy que hay más acceso”.

De tal manera, al no poder abocarse al desarrollo de la medicina, al llegar a la edad de 18 años, Repetto optó por otra profesión que consiste en el ejercicio de la vocación hacia otro: la docencia.

En torno al por qué de tal decisión expuso: “Lo hice porque ya a los 11 años ya daba particular en casa y era una forma para poder comprar algo más de lo que me daban en casa”.

Sobre lo que representa el ejercicio de la docencia la definió como la “adquisición de conocimiento constante y una forma de compartir y generar conocimiento. Es un aprendizaje entre docente y alumnos. Yo de ellos también aprendía mucho. Siempre es un ida y vuelta, y es fundamental no tener miedo”.

Tras la elección sobre la carrera a seguir, y la correspondiente formación en el área, Repetto vivenció vaivenes propios de la inserción laboral hasta hacerse de un lugar de referencia. Por eso, hasta poder desarrollar clases, también supo trabajar en la estación de servicio de Baigorrita, lo que significó tener una fuente laboral en aquel momento.

“Primeramente, como eran épocas donde no había mucho trabajo, me anotaba en listados oficiales y no oficiales. Iba a Irala, que salía a las 5 de la mañana; también a Junín y Morse. Quizás todo eso era por cuatro horas de inglés, pero después, durante el resto del día, seguía con alumnos particulares en casa tanto de inglés u otra materia”, narró. 

Como figura de referencia en el área, al ser consultado acerca del escenario estudiantil del presente, opinó: “Tenemos muchos frentes provenientes de la tecnología que nos avasalla. Hoy apretás un botón y se tiene toda la información; hoy hay que enseñar ese placer por la escritura y la lectura. El maestro tiene que estar frente al alumno y esa retroalimentación que es la enseñanza y aprendizaje”. 

“Cuando un alumno egresa de una escuela secundaria no sabe qué seguir porque el abanico es grande o quizás no lo proyectó antes. La exigencia también es algo que se redujo y lo vemos en que, al rendir, quizás, dicen ´total tenemos un recuperatorio”, describió.

Sin embargo, más allá de tales lecturas sobre el presente, ponderó: “Estoy de acuerdo con la tecnología porque he aprendido. Los jóvenes tienen mucho potencial, pero es clave seguir despertándolo”.

Y criticó: “Veo que cuesta la expresión oral o la comprensión de texto; se está perdiendo la práctica de la escritura y la oralidad, y no porque los docentes no exijan, sino que quizás son las bajadas que se realizan”. 

Trayectoria

“El primer lugar donde ejercí fue en el hogar San Miguel que está ubicado entre Baigorrita y Junín. Empecé con el primer ciclo porque es una escuela rural y tiene tres grados en uno. Notaba que estar en la escuela era mi lugar. 

Para complementar tal desarrollo, por las tardes, comenzó a dar clases en el colegio San Jorge de nuestra ciudad. “Fue un cambio considerable al pasar a un plurigrado, es decir, con Cuarto, Quinto y Sexto fue algo considerable. Siempre atendiendo a la diversidad y me capacitaba en todo”.

Sin embargo, producto del fallecimiento de su hermana, tal como indicó a este medio, tomó la decisión de radicarse pedagógicamente en su localidad natal. “Empecé a ejercer en Baigorrita con un primer grado. Estaba ansiosa ya el primer día quería que los chicos leyeran y escriban”, narró. 

En tal sentido, compartió una significativa anécdota: “Encontré una lámina en el pizarrón que tenía escrita cuatro rimas y empecé a jugar con eso para enseñar a leer y escribir. De 40 alumnos, a fin de año, tuvimos 35 que estaban alfabetizados”.

“Por la dinámica que se dio y cómo les gustó el tema de las rimas surgió la idea de que armemos un libro. Hicimos una recopilación durante varios años de algunas producciones y llegamos a armar cuatro libros, con derecho de autor inclusive, llegando a 18 provincias y a otros países como Colombia y España”, añadió sobre un hecho trascendental para nuestra región.

En torno a lo aprendido de aquel proceso comentó: “Participaron todos alumnos de primer grado, cada uno a su forma y tiempo. Fuimos tres veces a la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires a mostrar ese trabajo. No lo podían creer”.

“Cuando uno tiene ganas y con recursos mínimos, todo se dispara de una lámina en el pizarrón, todo lo que se generó”, reflexionó. 

Delegación

Un sueño cumplido en la vida de Repetto fue el hecho de ser la nueva delegada de su ciudad natal. Acerca de su devenir en la gestión pública señaló: “Empecé en el 2021 como concejal. Tuve la suerte de ser elegida con muchos votos en Baigorrita. Estuve dos años trabajando en el consejo deliberante y de afuera ves todo mucho más fácil”.

“Tuve la mejor experiencia, pero no era mi lugar o lo que yo quería. Me gusta la calle: recorrer, hablar con la gente, ver lo que se necesita, que se acerquen a la delegación y no me vean como una mera autoridad. Soy la misma Marcela de siempre y que vive en el mismo lugar. Recibí mucho apoyo y es una gran responsabilidad con todas las áreas que tiene un municipio”, dijo. 

Además de sus sensaciones, una realidad es la importancia de Repetto respecto a la delegación, ya que, es la primera mujer delegada en la historia que tiene Baigorrita. Al respecto, expuso: “No fue menor eso porque tuve mis pro y contras. Pasé muchas barreras de prejuicios y fue un impacto para el pueblo. Hoy no hay tal diferencia, pero costó porque siempre hubo hombres”. 

“Recibo mucho apoyo del pueblo y de las instituciones. Baigorrita es un pueblo hermoso y hay que trabajar mucho porque siempre queremos más superación en todo”, afirmó y ejemplificó: “Como puede ser brindar herramientas para que los jóvenes se queden y que sea con un trabajo. De hecho, el año pasado empezamos a trabajar y generar un micro emprendimiento de costura y vamos a tener una propia marca a nivel local”.

Cierre

Finalmente, al mirar en retrospectiva su desarrollo profesional, Repetto, consideró: “Si volviera a nacer volvería a elegir la docencia. Encontré la vocación que yo tenía. Hoy estoy satisfecha. Me faltaron pocos meses para cumplir 25 años en la docencia y me retiré porque se abrió la puerta en la delegación. Lo quise toda la vida y se medió en 2021”. 

Acerca de su faceta social manifestó: “Valores sobraron en mi casa y siempre digo que tuve los mejores padres posible. Soy lo que soy gracias a esos papás que me condujeron de esa forma”. 

“Tengo tres hijos grandes que estudian y trabajan. Junto a mi esposo vivimos juntos desde hace 33 años y con ellos soy feliz”, resaltó.

Más allá de todo lo logrado, Repetto sabe que siempre se puede ir por más. Por eso, sumado a la delegación, en simultáneo, continúa capacitándose y aprendiendo. “Empecé la Licenciatura en Educación en la Unnoba. Lo hago como un hobby los sábados a la mañana yendo a Los Toldos. Hoy con 55 años estoy estudiando a la par de mis hijos”, concluyó.

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