García junto a jóvenes que entrena en su gimnasio.
García junto a jóvenes que entrena en su gimnasio.
REFERENTE DEPORTIVO

Norberto “Canilla” García: “Deporte, salud y educación van de la mano”

Propio de su bagaje como deportista, se posicionó como una "palabra autorizada" en el mundo de los púgiles. Tuvo más de 90 peleas como amateur y una docena como profesional. Hace años que se dedica a preparar jóvenes en su propio gimnasio ubicado en la intersección de Primera Junta y Jean Jaures.

Tanto a nivel deportivo, en general, como en el caso del boxeo, Norberto Mario García se posicionó como una referencia. Conocido popularmente como “Canilla”, por la delgadez de sus piernas, es una personalidad destacada entre los púgiles. 

Acerca de su apodo, compartió en diálogo con Democracia: “Mi problema eran las piernas. Canilla de tero me cargaban. Pero pegaba fuerte”.

Nacido en nuestra ciudad y crecido en Narbondo 228, García supo ser vecino de Castor Conde, Oscar Sharry, Navarro, Tuso y otras personalidades que jugaban al fútbol en dicho barrio y con las cuales compartió mucho tiempo.

En lo que hace a su formación, y porque queda cerca de su casa, García fue a la Escuela Primaria Nº 24, sobre lo que recordó: “Me acuerdo siempre de mi maestra de primero inferior y superior, que se llamaba María Inés Peratta. Y tuve también como docente a la esposa de Eusebio Marcilla. Muy linda época”.

Tras ello, continuó con su formación en el Colegio Industrial y, aún sin concluir los estudios, comenzó a trabajar en la farmacia Del Águila, donde conoció a Walter García, referencia que lo aconsejó sobre boxeo.

Hace más de cincuenta años que Norberto “Canilla” García está en el ambiente del boxeo y sabe bien que esta actividad es mucho más que un deporte. Por eso lo toma con una gran responsabilidad y compromiso.

En tal sentido, es consciente de que allí suelen ir los pibes de los sectores más vulnerables. Los que la pelean tanto en el gimnasio como en la vida.

Para ello, tuvo su gimnasio en distintos lugares hasta que recaló en Primera Junta casi Jean Jaures, donde está desde hace varios años.

“Estamos trabajando hace años en el trabajo deportivo y social, siempre tratando de mantener a los chicos juntos acá. Pienso que es el gimnasio, el deporte en general, la salud y la educación van de la misma mano”, resaltó. 

Además de la gran sabiduría que va cosechando producto de los años, también va distinguiendo las cosas que le gustan, que quiere y las que valora. “Es un amor que siente uno.

Ya cuando es grande siente lo importante que es el boxeo. Es bueno si hacemos las cosas bien y es muy malo si hacemos las cosas mal: los golpes dejan mella en la persona, indicó.

Vale destacar que, lo que lo interpele y mueve a la acción a García no son los flashes de las cámaras ni del dinero, sino el compromiso y la convicción de contribuir a tener una sociedad mejor: en su caso más inmediato, la vida de sus entrenados con quienes comparte día a día.

Evolución

De las siete décadas de vida, puede afirmarse, que Canilla García lleva vividas seis de ellas junto al boxeo. Y lo hizo desde distintas perspectivas: boxeador, espectador y entrenador. Según reconoce, pueden verse variaciones en la disciplina.

Sobre los cambios vivenciados describió: “Antes era más bruto, podría decirse que, no era el adecuado: no se hablaba mucho con los boxeadores, no se cuidaba tanto al boxeador como se hace ahora”.

Y resaltó que en la actualidad “se conoce más a los rivales, se le presta más atención, hay más bolsas en los lugares de entreno, se trabaja con pesas, los preparadores físicos han cobrado un mayor lugar también. Es distinto, ya sea en la velocidad y resistencia”. 

En la comparativa, ahora, además de los cambios propios de la dinámica, se registraron modificaciones en la forma de ver al boxeador: de una manera integral.

Al momento de tomar posición, García manifestó: “A mí me gusta como es ahora. Hay muchas cosas que se puedan agregar, muchas herramientas inclusivas, pero a veces no está a nuestro alcance por el tema de la adquisición de materiales y los costos”.  

Visión sobre boxeo

El deporte en general, y el boxeo en particular, son herramientas de transformación social en el mundo de García. Así lo pregona y lo trabaja de esa manera para con sus dirigidos día a día.

“A mí me importa que aprendan el deporte, pero siempre con respeto y educación. Es necesario que aprendan las reglas del boxeo”, señaló. 

Y también incluyó entre sus exigencias un buen rendimiento escolar: “Esto hay que tomarlo en serio. Si no va a la escuela, que no vengan. Ahora se puede hacer a la mañana, a la tarde, a la noche, no hay excusas. Yo a los 50 años hice la capacitación como gasista”.

Boxeo juninense

Históricamente, Junín ha sido cuna de grandes boxeadores a nivel nacional y mundial. En el siglo pasado, encontró en Luis Firpo, el “Toro de las Pampas”, una marca que caracterizó a los púgiles locales. 

Actualmente, hay varios proyectos de deportistas juninenses que tienen ese horizonte y quieren coronarse, como los casos de Néstor Pomponio o Juan Ignacio Farías, entre otros. 

Un ejemplo, el más reciente que se tuvo, es el de Andrés Sosa, nacido en el barrio de Villa Belgrano y coronándose para todo el mundo. Sobre este caso, García, expresó: “Sosa es un gran ejemplo para el boxeador juninense: trabajó, viajó solo, estuvo afuera, aguantó por amor y lo logró. Aprovechó la posibilidad y Dios quiera que le vaya bien”. 

No sólo Sosa o los mencionados anteriormente, sino que García contextualizó: “Tiene grandes valores locales, pero quizás no tiene el apoyo material porque es muy costoso: vitaminas, cabezales, los profes, los guantes, todo conlleva a que se complique”. 

“Son muchos chicos: por ejemplo, los de Burgos, actualmente Ezequiel García. Por ahí me olvido de alguno y quedo mal”, agregó.

Asimismo, dio su mirada acerca de cómo debería funcionar esta disciplina en nuestra ciudad, por lo que opinó: “Hay que crear una escuela municipal de boxeo: es ahí donde podemos tener a todos los chicos juntos y hacer muchas cosas con ellos”. 

En esa línea continuó: “Habría que aprovechar galpones libres en la ciudad para que algunos profes puedan ir sin la necesidad de que, los que entrenen, gasten en nada. 

Para cerrar esta idea, resaltó la articulación entre la municipalidad y las empresas en pos de un boxeo inclusivo al decir que “pueden apoyar al boxeo ya sea para que se logre viajar, comprar materiales, ayudar a la profesionalización. Es una gran contención social, no sólo el boxeo, sino el deporte. Lo tiene que hacer mucho más de lo que está haciendo. Falta muchísimo más, sobre todo, a quienes están empezando”.

Canilla García boxeador

Además del colegio, los gimnasios y cuadriláteros siempre fueron la principal herramienta pedagógica de García. No solo como espacio para desarrollarse físicamente, sino también laboralmente. 

Si bien en la actualidad es formador y entrenador, supo ser boxeador. En tal sentido, su carrera como profesional tuvo sin sabores. Hizo una docena de peleas y perdió tres.

Al respecto, recordó: "Debuté como profesional ante un chico de apellido Suárez. Fue en una pelea de semi fondo entre Mario ´Cirujano´ Ortíz contra Juan García, que era un chileno. Fue un miércoles en el Luna Park".

Respecto a su autopercepción, al momento de definirse, dijo: “Era un buen boxeador, pero indisciplinado. Siempre digo que no quiero otro Canilla García en el gimnasio. Nunca hice nada grave, pero defraudé a mucha gente, muchos familiares y amigos”. 

Y reflexionó: “Si hubiera hecho las cosas bien, hubiera sido un boxeador olímpico. Lo bueno lo sé, y lo malo también. Un chico que viene cansado un lunes, es porque viernes, sábado y domingo anduvo trasnochando. La verdad, ante todo. Siempre desde el lado constructivo, no destruyendo”. 

A su vez, compartió su mirada acerca de cómo se debe vivir esta disciplina. “Para practicar boxeo hay que estar lleno de boxeo, respirar boxeo y masticar boxeo. La gente espera mucho de uno y, si el que está arriba del ring, no hace lo que dice el técnico, es una forma de defraudar”. 

Al igual que Ringo Bonavena fue el autor de la frase: “Cuando suena la campana y se apagan las luces del estadio, el boxeador se queda muy solo; hasta el banquito le quitan”, García, en esa perspectiva, expuso su visión.

“Esto no termina cuando se cierra la puerta del gimnasio, es una forma de vida. Algunos no ponen almohada, sino que duermen sobre guantes de boxeo. Hay que amar lo que uno hace, como el estudio: si estudias lo que te gusta, es más fácil”, expresó.

Comentario sobre Junín

El boxeo y Junín son dos significantes que sintetizan, de una forma macro, la historia y vida de Canilla García. Salvo por el boxeo mismo, que lo llevó a competir en Buenos Aires, siempre estuvo en nuestra ciudad. 

Sobre su trayectoria contó: “Viví toda mi vida en Junín. Estuve un tiempo en Buenos Aires donde entrené en el Luna Park. Ahora tomo conciencia de haber debutado ahí que fue algo muy grande”. 

“Que un pibe como yo pasara de entrenarse a debutar en un lugar importante no es algo menor porque no era fácil llegar. Debuté con un chico de Santa Fe, creo que Herrera era el apellido”, continuó. 

Hoy en día, en su gimnasio como espacio y con las ganas de transformar la realidad de decenas de jóvenes, sigue eligiendo nuestra ciudad para hacerlo.

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