La nueva subida del dólar volvió a causar preocupación. Es que, si bien se trata de un tema estructural, el fuerte incremento influye a la macroeconomía, pero también en la vida diaria de los argentinos. Al respecto, Marcelo Storani, contador y profesor de la Unnoba, dialogó con Democracia sobre este abrupto cambio de la moneda estadounidense en comparación con el peso.
En lo que se refiere al dólar oficial, “lo usa el gobierno para pagar las exportaciones y para liquidar en pesos las divisas que ingresan al país oficialmente”, indicó Storani. Ahora bien, ese dólar oficial no puede ser adquirido para ahorrar, salvo una pequeña porción del llamado “dólar ahorro”. Por eso, la mayoría de los ahorristas y argentinos que viajan al extranjero acuden al mercado paralelo llamado blue.
Ante ello, actúa la oferta y la demanda de dólares. Un operador cambiario de la City porteña explicó que el blue está operando “sin techo” con una plaza absolutamente rota de liquidez y con cambistas que no venden “lo que no hay”. Además, señaló que el principal problema para las cuevas surgió con el dólar tarjeta para turistas, ya que “el turismo generaba liquidez permanente y eso se perdió”.
Ante ello, tuvo que intervenir el Estado, con dólares generados por las exportaciones agropecuarias. “El Gobierno saca políticas transitorias, tratando de mejorar ese dólar campo -en septiembre ya pasó con el dólar soja-. Ofreciendo mejoras en el dólar para ese sector, tratando de que liquiden sus productos y así de esa forma el país puede exportar e ingresar dólares”, explicó el contador.
Esos dólares que ingresan de la exportación, se atesoran y el Estado nacional vende cuando el dólar blue se “dispara”. Así, ayer el Banco Central realizó compras por alrededor de US$ 239 millones, superando el monto ingresado por el complejo sojero por primera vez desde que se implementó el programa del dólar soja. Fue la mayor compra diaria efectuada por el BCRA desde la última rueda de septiembre pasado y en los últimos dos días compró cerca de US$ 383 millones.
Las empresas
Diciembre es un mes donde el dólar usualmente “está tranquilo” o tiende a la baja, ya que, como explicó Storani, la mayoría de las empresas tienen compromisos, como por ejemplo el pago del aguinaldo, el pago de premios o el pago de fondo de fin de año. Y si atesoraron dólares para ahorro ahora los tienen que vender para obtener pesos y cumplir con esos compromisos.
Pero ante la falta de dólares esto no ocurrió, se “esfumó” muy rápido y ahora, “la presión sobre un dólar alcista es cada vez mayor y los niveles de inflación se van tragando los precios y el dólar va copiando ese incremento de precios”, argumentó el profesor de la Unnoba.
Si no hay oferta de dólar billete en el mercado paralelo y la demanda continúa, el precio aumenta considerablemente. La demanda sigue “firme” porque hay exceso de pesos provocados por la emisión monetaria para solventar el gasto público excesivo. “Y a medida que más planes se pagan, más bonos se otorgan, todo se hace emitiendo pesos que luego terminan metiendo presión en el dólar blue por exceso de demanda de billete”, finalizó Storani.
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