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Crecen los interrogantes por el impacto de la crisis

Por Osvaldo Granados

El jardín de los senderos que se bifurcan, es un cuento de Jorge Luis Borges.

Entre Cristina Kirchner y Vilma Rousseff se perciben caminos diferentes que comienzan a ampliarse cada día más. La presidenta de Brasil, anunció un ajuste fiscal que representa un recorte cercano a los 6.500 millones de dólares.

¿Por qué?

Su ministro dijo que el impacto negativo de la crisis internacional afectará su economía y consideró que había que subir la meta del superávit fiscal. “No seremos inmunes a la crisis global” explicó.

Del otro lado, el ministro de Economía Amado Boudou explicó que Argentina está blindada y que nada nos afectará.

Brasil eleva el nivel de ahorro y limita su margen de acción. Recorta gastos y le pide a los sindicalistas que deben moderar los reclamos de aumento salarial.

Argentina pone toda su confianza en el dinero de la Anses y las reservas del Banco Central. La idea es poner fe y entusiasmo y ni siquiera construir un fondo anticíclico.

Los estudios revelan que el volumen de intercambio depende mucho más del crecimiento de los países que del tipo de cambio real bilateral. Las exportaciones de Argentina, aumentan más cuando Brasil crece sin importar la diferencia entre el peso y el real. Se caen cuando Brasil declina en su producción.

El dato es el siguiente: Por cada 1% de crecimiento o caída del PBI brasileño, las exportaciones argentinas aumentan o caen un 2,3%.

En las conversaciones con los sindicalistas, el gobierno de Brasil, les adelantó un análisis sobre la posibilidad de aumentar la edad de la jubilación. Al principio llevarla de 52 a 65 años parecía traumático pero se considera que modificar la cantidad de años de aportes y pasarla de 35 a 42 años será más digerible.

En Argentina, el Estado volvió a ser el gran generador de puestos de trabajo desde el 2007. En cambio el sector privado lo limitó.

Aparecen en las planillas desde becas y subsidios del Conicet hasta trabajos temporarios en municipio y provincias. Además contratos en Aerolíneas Argentinas y otras empresas. Los jóvenes visualizan que hoy lo único seguro es el sector público. Otros cuentan con la asignación universal por hijo.

Mientras tanto, la discusión entre los funcionarios argentinos, apuntó al futuro.

En un rincón se ubicaron los economistas de La Cámpora, en el otro los asesores de Julio De Vido.

Se cuestionó la política energética.

De un lado se preguntó: ¿Qué hicieron en estos 8 años? Teníamos superávit energético de 5.000 millones de dólares y ahora un déficit de 3.000 millones de dólares.

Los asesores de Planificación le recordaron a Ivan Heyn economista de La Cámpora que se intentó varias veces descongelar las tarifas, pero en su momento Néstor Kirchner no lo aceptó porque “tendría consecuencias políticas”.

Los críticos apuntaron: “no podemos seguir creciendo a tasas altas por el déficit energético”.

¿Cómo se sale?

El plan es reducir los subsidios en forma selectiva. Sólo quedarán con tarifas bajas los que reciben planes sociales. El resto después de las elecciones tendrá un fuerte aumento en las tarifas de luz y gas. La clase media no irá al paraíso.

Como ven los titulares con la palabra “tarifazo” todo se concentra en la forma de comunicarlo y el léxico que se va a utilizar.

El crecimiento para el 2012 está en una nebulosa. Depende de muchos factores, varios de ellos, externos.

Apuntarán al consumo y a la inversión.

Para la Presidenta, cuentan, Moyano seguirá siendo un aliado fundamental. Las próximas paritarias estarán con números muy acotados, como las del aumento del salario mínimo.

”No conviene que hablen todos, sino uno solo”.

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