Los juninenses buscan precios para las Fiestas.
Los juninenses buscan precios para las Fiestas.
FIESTAS MÁS CARAS

La canasta navideña llegó con subas de hasta el 100% a las góndolas de Junín

El incremento de un año a otro se da principalmente en vinos, sidra y ananá fizz, pero también en los panes dulces, postres de maní, turrones y garrapiñadas, y el porcentaje de aumento varía según cada producto.

A menos de un mes de la celebración de la Navidad y el Año Nuevo, los precios de la canasta navideña llegaron a las góndolas juninenses con subas de hasta un ciento por ciento interanual como consecuencia de la elevada inflación, según se desprende de un relevamiento de precios realizado ayer por Democracia en supermercados y comercios de barrio. 

Supermercados y almacenes de nuestra ciudad ya comercializan los productos característicos para estas fechas, como pan dulce, sidra, turrones, garrapiñadas y budines. Sin embargo, las compras por ahora son medidas, ya que el fin de mes golpea a la mayoría de las familias y son días de bolsillos flacos. 

Como se dijo, en la comparación de un año a otro hay incrementos de precios que alcanzan el ciento por ciento. 

Por ejemplo, el postre de maní por 250 gramos que el año pasado costaba $191, hoy se comercializa a $299; el maní con chocolate por 80 gramos que en 2020 salía $150, se consigue hoy a $165; el turrón de almendras por 80 gramos que en las Fiestas pasadas costaba entre $260 y $400 -según la marca-, hoy cuesta entre $300 y $800. 

En el caso del pan dulce, el producto más buscado en estas fechas, uno de primera marca el año pasado se conseguía desde $100 (segunda marca). Tras el relevamiento de precios realizado ayer, este diario recabó que el producto de primera marca ronda los $1000 y el de segunda marca, los $150.

Con respecto a las cajas navideñas, por ejemplo, la que se consigue a $500 incluye una sidra, pan dulce, garrapiñada y budín. Una de $1000 está compuesta por una sidra, un vino, un pan dulce, un turrón y un budín marmolado. También se ofrecen cajas a $1699 que cuentan con una sidra, vino tinto, ananá fizz, dos budines, un durazno natural, dos garrapiñadas, un caramelo, un pan dulce, un turrón con maní y dos turrones. Además, hay comercios que ofrecen cajas premium a $6000.

Los aumentos más significativos se encuentran en las bebidas alcohólicas. En efecto, una sidra económica que el año pasado se conseguía a $100, hoy cuesta en oferta $185; y el ananá fizz que en 2020 costaba $140, hoy sale $268. El vino Viñas de Balbo que el año pasado costaba $104, hoy se consigue por $229.
Sondeo callejero

En un sondeo informal, realizado con clientes que se acercaron ayer a realizar las compras, Democracia recabó testimonios coincidentes en relación al precio elevado de los productos, que, para la mayoría, suben semanalmente. Algunos vecinos plantearon la posibilidad de buscar segundas marcas, recortar cantidades y productos, pagar con tarjeta de crédito o dividir gastos. 

Tamara Rovira (22), empleada de comercio, vecina del barrio Los Almendros, afirmó en diálogo con Democracia: “Busco precios, no marcas y reduzco la cantidad de productos que compro, porque ya no se puede”. Y amplió: “Los sueldos aumentan, pero los precios están por las nubes”. 

En la misma vereda, Ricardo Bevilacqua (32), agente de tránsito municipal, vecino del barrio Bicentenario, afirmó a este diario: “Hay un ajuste importante. Compro lo justo y necesario y utilizo mucho la tarjeta”.  

Sergio Tedesco (55), empleado de la Universidad, que vive en el barrio El Molino, afirmó: “Compro lo justo y necesario. Los precios algo más van a aumentar. Para las Fiestas el asado es una debilidad, así que vamos a hacer el esfuerzo”. 
“Busco calidad y precio, recorto gastos, compro lo justo y necesario, porque los aumentos son semanales. Para las Fiestas pensamos dividir los gastos, la realidad es que cada año hay menos productos en la mesa navideña”, admitió Nahuel Balduzzi (19), estudiante de Ingeniería Agrónoma de la Unnoba, vecino de la zona céntrica de la ciudad. 

“Los precios están altos. Busco segundas marcas, a menos que sea un producto muy rico, pero en general compro segundas marcas o nada”, señaló Victoria Piña (43), médica, vecina de Pueblo Nuevo.

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