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CAMBIOS EN EL MERCADO DE COMBUSTIBLES

YPF sólo vende naftas súper y premium en Junín

La principal petrolera, que mantenía la nafta común en algunos surtidores de la zona, aunque había desaparecido hace tiempo de las estaciones de servicio juninenses, ahora dejará de producirla de manera definitiva. La decisión responde al cambio tecnológico de los vehículos y por estrategia de negocios, ya que actualmente se vende un 75% de súper y 25% de premium en promedio.

YPF dejará de vender definitivamente la nafta común en las estaciones de servicio que operan la marca de la petrolera más importante del país y desde el próximo fin de semana sólo se podrá cargar nafta especial y premiun, medida que afectará en mayor medida a los consumidores de la zona, porque los juninenses hace rato que no conseguían este tipo de combustible.
De acuerdo con la información suministrada por fuentes de la empresa, se trata de una decisión estratégica que la petrolera número uno había tomado ya a fines del año pasado, cuando dejó de refinar este tipo de combustible y en los últimos meses la siguió despachando, hasta agotar las reservas que quedaban en los depósitos. “Se trata de una decisión basada en la evolución tecnológica de los motores y porque ya casi no hay demanda de nafta común”, dijeron voceros de la compañía que controla la española Repsol pero que es gerenciada por su socio minoritario, el grupo Eskenazi.

Cómo impacta en el mercado juninense

La decisión de la petrolera prácticamente no tiene impacto entre los automovilistas juninenses, porque la  nafta común hace tiempo que dejó de venderse en las estaciones locales de YPF. En ese sentido, Carlos Alciati, titular de la tradicional estación de servicio ubicada en calle Benito de Miguel, explicó que “hace mucho que la nafta común no se vende en la ciudad, porque la petrolera dejó de distribuir este combustible a nivel local, aunque seguramente en algunas estaciones de la zona siguieron recibiendo”.
Del mismo modo se expresaron Pablo, de la administración de la estación de Santa Rita Combustibles S.A., que funciona en avenida República; y desde el sector de expendio de Amado Di Marco, comercio que desde hace décadas vende combustibles de la ex petrolera estatal. Las fuentes consultadas en estas compañías coincidieron en destacar que la nafta común desapareció de los surtidores desde mucho tiempo atrás.

Mucha súper y poca premium

Carlos Alciati destacó que “en la estación se vende un 75 por ciento de nafta súper y un 25% de premium, pero como existe mucha demanda de súper, porque es la más barata del mercado y la cuestión económica incide, los cupos que nos entregan se agotan rápidamente”. El comerciante advirtió que a raíz de esa situación, “la gente no tiene otra alternativa que recurrir a las marcas de la competencia, que tienen precios mucho más altos, a veces hasta 80 centavos más por litro”.
También Pablo, de Santa Rita, aseguró que “en la playa de la estación se expende un 80 por ciento de súper y un 20 por ciento de premiun y por la fuerte demanda que tenemos, la súper se suele terminar, porque la petrolera entrega combustible por cupos”.

Cómo incide cada tipo de nafta

Las calidades de las naftas están directamente relacionadas con la tecnología de los motores. Lo primero que hay que decir, entonces, es que una nafta común, con un índice promedio de 85 octanos, era compatible con motores que hace ya aproximadamente 20 años no se fabrican. Aquellos motores tenían una característica por la que con naftas comunes funcionaban bien: una muy baja relación de compresión, de 7:1 en promedio; mientras que los motores actuales no bajan de una compresión de 10:1.
El octanaje de una nafta indica su capacidad de antidetonación: cuanto mayor sea el índice de octanos, menos detonará y más progresiva y completa será la explosión dentro de la cámara de combustión del motor. Por lo tanto, si usamos una nafta común en un motor moderno, notaremos ese clásico pistoneo , producto de una detonación anticipada (antes de que la bujía produzca la chispa con la que hace explotar la mezcla aire-nafta), que nos está avisando que el motor está funcionando mal y que su vida útil está en riesgo . Por otro lado, si la combustión es incompleta, en el momento de la expulsión de los gases del motor, se estará mezclando combustible sin quemar, muy contaminante para el medio ambiente.

Autos nuevos con mayor y menor tecnología

Dentro de los autos actuales, los más caros cuentan con unos sensores que le indican a la central electrónica que regula la gestión del motor, que hay detonación en los cilindros o que la combustión es imperfecta, y entonces la misma central se ocupa de proteger al motor limitándolo en su funcionamiento para que no se rompa. Pero los autos más económicos y más vendidos no cuentan con estos dispositivos y el único aviso que tienen es el pistoneo o la pérdida de potencia.
La nafta adecuada para los motores modernos es la súper, que como mínimo tiene un índice de octanos de 95. Con esta nafta es suficiente para que un auto de última generación funcione bien. Pero si uno buscara mayor performance, podrá utilizar una nafta premium de 98 octanos. Un motor, por supuesto, siempre admite una nafta superior, pero no una inferior. Por eso, un Ford Falcon de los 70 podrá funcionar a la perfección con una nafta común, pero también con una súper o una premium, aunque claro, son más caras.
Otro elemento de un auto moderno que puede perjudicarse si se utiliza una nafta no adecuada es el catalizador, un dispositivo que está ubicado antes del final del caño de escape para convertir a los gases provenientes del motor, en otros menos nocivos para el medio ambiente. Un exceso de nafta sin quemar o elementos químicos inadecuados (como el azufre, que existe en mayor porcentaje en las naftas comunes) le acortan su vida útil.

Cuestión de mercado

La salida de circulación de las naftas comunes seguramente responderá a una cuestión de mercado, pero también es innegable que cada vez se venden más autos en la Argentina -este año se cree que se superarán las 700 mil unidades- y que esos autos no pueden utilizar nafta común. Se puede pensar en el bolsillo del consumidor que tiene un Falcon o un Renault 12, y que deberá pagar más para hacer los mismos kilómetros, pero desde la fría perspectiva de la técnica y el progreso tecnológico, parece una evolución natural.
 Sobre un parque de 14,4 millones de vehículos que estima la Cámara de Comercio Automotor, de los cuales unos 2 millones funcionan a GNC, las ventas de nafta común durante 2010 representaron apenas 4,4% del despacho total de naftas. Si a esa cuenta se le agregan los millones de vehículos de motor diesel, las unidades que usan nafta común no llegarían a 400.000.
Pero para esos cientos de miles de usuarios, habitantes en su mayor parte de las franjas de menores ingresos, la salida de YPF les agregará una dificultad importante para abastecerse de la nafta más barata. En YPF, la nafta común cuesta 3,15 pesos por litro contra 4,11 pesos de la súper, la variedad que sigue. Como ocurre con las otras naftas, la “común” de Shell, Esso y Petrobras es más cara que la de YPF.
Con la liberación del precio de los combustibles por parte de la Secretaría de Comercio, el precio en dólares ya superó el de la convertibilidad. Aun así, siguen siendo los más baratos de la región, por debajo de Uruguay, Chile y Brasil. Manuel García, titular de la Asociación de Estaciones de Servicio Independiente (AESI), señaló que la conversión a GNC pasó de unos 40.000 vehículos por mes a principios de 2010 a unas 90.000 unidades. “Mientras los combustibles líquidos tuvieron el precio planchado, convertir el vehículo a GNC no era negocio. Ahora que los precios aumentaron, la ecuación cambió. Aun para los autos más viejos, con estos precios vale la pena pasarse al GNC”, agregó García.
En 1994, la nafta común tenía un 34% del mercado de naftas. Eran los últimos años de “común o súper”, cantito que los playeros comenzaron a cambiar en 2001, con la irrupción de la nafta “premium”, de alto octanaje. Ese año, la participación de la nafta común había caído a un 23%. En 2005, con el ingreso cada vez más masivo de autos de nueva generación, la común ya representaba sólo 9% de todas las naftas. Y el año pasado, con apenas 280 millones de litros despachados (sobre 6.233 millones de litros de nafta), la común representó un 4,4% del volumen.

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