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El incendio en CAECO encendió luces de alarma en el predio.
SIN AGUA

El incendio de una industria desnudó graves falencias en el Parque Industrial

El propietario de CAECO aseguró que en el Parque Industrial no había toma de agua para que los bomberos puedan parar el incendio. “Se quedaron sin agua. El incendio lo terminamos apagando con un camión regador, con una manguera”, destacó Guillermo Cabeza.

Guillermo Cabeza, propietario de CAECO, en diálogo con Democracia, explicó lo que había pasado en su empresa radicada en el Parque Industrial de Junín, afectada por un incendio importante, que la destruyó totalmente el sábado pasado.
Confirmó que los daños fueron totales y que la empresa no tenía seguro porque estaba en una situación económica comprometida.
“Todavía es incierto cuál fue el motivo del incendio. Ese día se había hecho un mantenimiento para poder arrancar la semana en mejores condiciones. Terminado eso, la gente se fue. Suponemos que después se produjo una chispa en algún momento y eso, sin que se vea, paulatinamente fue combustionando”, relató.
“Como el sábado a la tarde no hay gente en el Parque y nadie lo vio, no sabemos quién dio aviso. Aparentemente alguien que andaba en parapente ha visto humo, todo ese tiempo que pasó hizo que no se haya apagado a tiempo el incendio”, dijo.

Grave falencia
Según lo manifestado por el empresario, el Parque no cuenta con red de incendios. “Los bomberos hicieron hasta donde pudieron y se quedaron sin agua. Ahí volvió a combustionar y terminó de quemarse la mitad de lo que quedaba”, lamentó el empresario.
Contó que en los últimos días estaban reanudando actividades, después de un tiempo importante de complicaciones por el aumento de los costos de energía y varias otras cuestiones que les hacía difícil competir. Afirmó que el plantel que trabajaba últimamente era pequeño, unas cinco personas.
“Tras esta eventualidad, estamos en una tarea de limpieza, pensando qué podemos hacer a futuro”, acotó.
Respecto al tema de la falta de seguro, Cabeza dijo que “lamentablemente cuando las cosas van mal o no están bien económicamente, uno prioriza seguir en marcha y parte de lo que se ha dejado de lado o de pagar son los seguros”.

Sin agua
Sobre lo que había pasado en el Parque Industrial, el entrevistado afirmó que no había ninguna toma de agua como para que bomberos pudieran sacar agua durante ese siniestro.
“Fue un accidente y ahora estamos pagando las consecuencias. Tratando de ver qué se hace, si se sigue o no. Si se vuelve a reconstruir o no. La situación económica no es del todo buena. Se nos quemó la totalidad de la maquinaria. La nave que se prendió fuego es la de la Producción, allí estaban todas las maquinarias. Los daños superan los 20 millones de pesos”, manifestó.
“Hemos tenido auditoria de Medio Ambiente, a cargo de Perla Casella, y de Policía Ecológica, que estuvieron en el siniestro. Nuestra empresa estaba totalmente habilitada, con todas las normas que correspondían de seguridad para evitar este tipo de accidente”, afirmó.
“La mitad de la planta se podría haber salvado si hubiéramos tenido agua disponible. Se acercaron vecinos con posibilidad de extraer agua pero no tenían las bridas que correspondían para que las unidades pudieran aspirar el agua. Vinieron camiones regadores, tampoco tenían bridas o acoples para que puedan acceder a la aspiración de agua. La verdad que el incendio lo terminamos apagando con un camión regador con una manguera”, dijo.

La industria
Respecto a la actividad de CAECO, el empresario Guillermo Cabeza describió: “Lo que hacemos es solucionar un problema ambiental: recolectamos y tratamos los envases vacíos que han contenido agroquímicos, con todas las certificaciones como indica la ley. Mientras estuvo la planta funcionando, hemos sacado más de 10 millones de kilos, que de otra forma hubieran estado incinerados o enterrados en los campos o basurales. Los transformamos en materia prima de uso industrial. Con el tratamiento que nosotros le dábamos, terminaban como subproductos: caños para fibra óptica, guardabarros de camiones, postes para redes eléctricas, postes para carteles viales, etc.”.
“Teníamos tecnología, habilitada y auditada por el organismo de control para lavarlos, chispearlos o molerlos, derretirlos y transformarlos en pellets, materia prima para usos industriales. El proyecto era transformar esa materia prima en madera plástica y tuvimos buena respuesta. Después por cuestiones del dólar y aumentos energéticos no nos permitió seguir avanzando y terminamos desistiéndolos porque no era viable económicamente. No hemos tenido apoyo del gobierno ni de ninguna entidad como para poder afianzarnos e invertir en maquinaria. Hicimos prototipos que funcionaron perfectamente, están auditados e instalados en muchas señalizaciones de colegios rurales y accesos a pueblos”, detalló.
Aclaró que originalmente se dedicaban a fabricar envases plásticos por soplado. “Hoy funciona esa planta en el pueblo de Ferré. En Junín la actividad estaba encarada de otra manera, en base a nuestro proyecto. Somos una de las cuatro empresas habilitadas en todo el país y una de las dos que está funcionando”, aclaró.

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