¿Qué balance hace de las PASO y qué es lo que viene?
-Desde el lugar en que partimos es un balance positivo y también es un punto de partida. Tenemos que crecer y somos conscientes. Lo hablábamos con Cristina en la reunión de Exaltación de la Cruz, venimos de un proceso de derrota en 2015, de descomposición de lo que era el Frente para la Victoria. Muchos intendentes se han ido y otros importantes referentes han armado otra opción electoral que es el Frente Cumplir. Caminamos toda la sección, pudimos armar todos los distritos, dimos batalla y realmente salimos segundos con 26 puntos en toda la sección, que creemos que es el piso.
-¿El resultado de Cristina en la Provincia le da un impulso a Unidad Ciudadana?
-Tenemos que decir que es una vergüenza porque es la primera vez en la historia de la Argentina que una fuerza política gana el escrutinio provisorio y es otra quien gana el definitivo. Esto está absolutamente preparado para seguir manipulando la información pública, que parezca un triunfo en el horario pico de la televisión, festejando una victoria que no había sido con un panel atrás que le daba ganador a Esteban Bullrich. También pasó lo mismo en la ciudad de Rosario y en la provincia de Santa Fe. Lo cierto es que Cristina ganó la elección, por poco, pero ganó después de dos años de que todos los canales de televisión en Comodoro Py le ponían la cabeza dentro de un balde lleno de ácido. Pensar que el 34% de los bonaerenses sigue respaldando en forma firme a la expresidenta, eso es lo importante. Lo que dijo la mayoría de la Provincia es que no está de acuerdo con el gobierno provincial ni nacional votando otra propuesta en contra del ajuste. Y dijo que quiere un espacio político que sea capaz de enfrentar este proceso de aumento de tarifas, de la caída del empleo y salario, el problema que tiene la recesión de la economía en el comercio e industrias. Esa opción está en la Unión Ciudadana, por lo que aquellos que han votado en la oposición tienen que concentrar el voto opositor en un solo puño.
La pobreza y la indigencia se redujeron a la mitad en nuestro gobierno.
-¿La grieta se ha ensanchado?
-Lo que hay es dos proyectos de país. Desde la ocupación de los españoles hasta hoy, la historia habla de dos proyectos. Nuestros movimientos independentistas tenían claras diferencias de cuál era el destino de país que apoyaban. Ni hablar de lo que fue la época de los Unitarios y Federales con Rosas, luego con Yrigoyen y esa impronta de la década infame contra el fraude electoral, lo que fue el peronismo que marca un proyecto diferente que genera una antinomia de peronismo y antiperonismo, luego la dictadura, más tarde radicales y peronistas. En nuestro gobierno, al defender nuestras posiciones y fundamentalmente disputarle la renta a los sectores concentrados -porque la grieta es la reacción de los sectores concentrados cuando un gobierno va y le disputa la hegemonía económica, tomando la recaudación para repartirla entre los argentinos.
-Sin embargo el kirchnerismo dejó una pobreza altísima en el país, que en estos dos años ha empeorado.
-La pobreza es un dato económico estadístico. Cuán pobre son los pobres dijo Rosendo Fraga y se armó un debate enorme. Lo que queremos discutir es cómo hacer para achicar la pobreza, porque cuando nosotros intentamos distribuir la riqueza tuvimos una reacción desmedida del otro lado. Nos llegaron a cortar la ruta durante cien días en función de cobrar la renta de un sector. Nosotros entendemos que dejamos una pobreza alta porque en un país como la Argentina, que tiene para darle de comer a 400 millones de personas, es un despropósito que haya personas que no puedan comer. Lo que sí tenemos claro es que la pobreza y la indigencia se redujeron a la mitad en nuestro gobierno, teniendo en cuenta que tomamos un país con más de la mitad de los argentinos bajo la línea de pobreza e indigencia, que son quienes no llegan a comer. La indigencia, luego de la Asignación Universal por Hijo, la eliminamos de la Argentina y todos tenían un nivel de nutrición importante y lo han dicho las Naciones Unidas. Es cierto que nos costó bajar la pobreza estructural y es cierto que nos costó bajarlo enormemente porque cada vez que lo intentábamos teníamos una reacción en contra, una corrida cambiaria o una especulación financiera que provocaba inflación y fuga de capitales. Este Gobierno está tomando deuda por unos 100 mil millones de dólares y para 2018 tiene proyectado 30 mil millones más que van a pagar nuestros hijos y nietos. Y ese dinero en vez de venir a financiar el desarrollo de los argentinos, financia la fuga de capitales, ya que el dinero entra por una puerta y se va por la otra.
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