¿Qué representa para la Unnoba la confirmación de que habrá un fuerte incremento en el presupuesto para el año que viene?
- Hay dos cuestiones: por un lado nos han consolidado por primera vez, después de muchos años, un conjunto de programas presupuestarios que cada año dependían del buen humor de los funcionarios y formábamos parte de esas convocatorias o no. O sea que esto nos despeja varias de las cosas que estábamos haciendo; y por otra parte, el aumento reconoce objetivamente cuál es el tamaño de la universidad, la complejidad de su tarea, y nos brinda una perspectiva para seguir desarrollando la institución.
- ¿Es prematuro hablar sobre cómo se van a volcar esos recursos al campo académico?
- No, la Unnoba tiene su plan de desarrollo, lo que nos permite poseer certidumbre en cuanto al crecimiento y también nos va a posibilitar adelantar alguna discusión. Particularmente, a fines de este año o principios del que viene vamos a abordar la posibilidad de incorporar nuevas ofertas académicas y con un presupuesto que despeja el horizonte esto es más factible de hacer.
- ¿Cuáles serían esas carreras que se podrían sumar a la oferta académica?
- No quiero adelantar ninguna porque después uno termina preso de estas cuestiones, pero tienen que ver naturalmente con el perfil de la universidad dentro de lo que son los temas del complejo agroalimentario y, por otro lado, otras opciones que tienen que ver con el terreno de las humanidades, un campo en el cual la entidad está desbalanceada más allá de que ya hemos empezado a introducirle variantes, como el Profesorado en Historia. Estas últimas no necesariamente van a ser propuestas permanentes, pueden ser a ciclo cerrado.
- ¿Algunas de esas opciones podrían ser sociología y filosofía?
- Podrían ser. Hoy lo que nos cuesta es imaginarnos qué carreras de las humanidades pueden estar en forma permanente, porque si, por ejemplo, armamos la carrera de filosofía la pregunta es cuántos filósofos pueden desarrollarse y no solo obtener el título sino llevar adelante sus actividades. Por eso nos parece más apropiado pensar en carreras a ciclo cerrado, quizás en convenios que tienen una larga trayectoria y que nos permitan que la oferta sea sostenible en el tiempo.
- Cada cierre de matrícula sigue indicando una fuerte primacía de las carreras de Derecho y Contaduría en el gusto de los ingresantes de la Unnoba. ¿Buscan revertir esa matriz?
- Nosotros trabajamos y mucho al respecto. Por ejemplo, el sistema de becas e incentivos está en dirección a jerarquizar carreras prioritarias, es decir a aquellos alumnos que optan por estudiar ingenierías, genética, alimentos e informáticas. Lentamente, no por ahí en los términos que nosotros esperamos, esas tendencias van cambiando. Todavía hay una fuerte adhesión a las carreras tradicionales, pero también observamos que informática se está estatuyendo como una oferta más masiva, las ingenierías empezaron a ganar un reconocimiento que antes no tenían y genética y alimentos también han avanzado mucho.
- En cuanto a obras de infraestructura, ¿cuántos de los recursos que se garantiza la universidad en el presupuesto van a ser volcados a proyectos que ya están en marcha o a otros sin iniciar?
- Este año vamos a inaugurar el Auditorio “Manuel Belgrano” en nuestra escuela de ciencias agrarias, naturales y ambientales, en Pergamino; este mes de octubre vamos a presentar la sede en Rojas, un viejo anhelo que está muy próximo a concretarse, y para mediados o fines de noviembre estamos programando la inauguración del comedor universitario sobre Newbery y Sarmiento. Además le estamos haciendo algunos planteos al Ministerio de Educación para contar con obras de mayor envergadura tanto en Junín como en Pergamino, a la vez que nos planteamos agregar otro centro de actividades universitarias, que podría funcionar en Chacabuco, para el año que viene.
- Hay dos cuestiones: por un lado nos han consolidado por primera vez, después de muchos años, un conjunto de programas presupuestarios que cada año dependían del buen humor de los funcionarios y formábamos parte de esas convocatorias o no. O sea que esto nos despeja varias de las cosas que estábamos haciendo; y por otra parte, el aumento reconoce objetivamente cuál es el tamaño de la universidad, la complejidad de su tarea, y nos brinda una perspectiva para seguir desarrollando la institución.
- ¿Es prematuro hablar sobre cómo se van a volcar esos recursos al campo académico?
- No, la Unnoba tiene su plan de desarrollo, lo que nos permite poseer certidumbre en cuanto al crecimiento y también nos va a posibilitar adelantar alguna discusión. Particularmente, a fines de este año o principios del que viene vamos a abordar la posibilidad de incorporar nuevas ofertas académicas y con un presupuesto que despeja el horizonte esto es más factible de hacer.
- ¿Cuáles serían esas carreras que se podrían sumar a la oferta académica?
- No quiero adelantar ninguna porque después uno termina preso de estas cuestiones, pero tienen que ver naturalmente con el perfil de la universidad dentro de lo que son los temas del complejo agroalimentario y, por otro lado, otras opciones que tienen que ver con el terreno de las humanidades, un campo en el cual la entidad está desbalanceada más allá de que ya hemos empezado a introducirle variantes, como el Profesorado en Historia. Estas últimas no necesariamente van a ser propuestas permanentes, pueden ser a ciclo cerrado.
- ¿Algunas de esas opciones podrían ser sociología y filosofía?
- Podrían ser. Hoy lo que nos cuesta es imaginarnos qué carreras de las humanidades pueden estar en forma permanente, porque si, por ejemplo, armamos la carrera de filosofía la pregunta es cuántos filósofos pueden desarrollarse y no solo obtener el título sino llevar adelante sus actividades. Por eso nos parece más apropiado pensar en carreras a ciclo cerrado, quizás en convenios que tienen una larga trayectoria y que nos permitan que la oferta sea sostenible en el tiempo.
- Cada cierre de matrícula sigue indicando una fuerte primacía de las carreras de Derecho y Contaduría en el gusto de los ingresantes de la Unnoba. ¿Buscan revertir esa matriz?
- Nosotros trabajamos y mucho al respecto. Por ejemplo, el sistema de becas e incentivos está en dirección a jerarquizar carreras prioritarias, es decir a aquellos alumnos que optan por estudiar ingenierías, genética, alimentos e informáticas. Lentamente, no por ahí en los términos que nosotros esperamos, esas tendencias van cambiando. Todavía hay una fuerte adhesión a las carreras tradicionales, pero también observamos que informática se está estatuyendo como una oferta más masiva, las ingenierías empezaron a ganar un reconocimiento que antes no tenían y genética y alimentos también han avanzado mucho.
- En cuanto a obras de infraestructura, ¿cuántos de los recursos que se garantiza la universidad en el presupuesto van a ser volcados a proyectos que ya están en marcha o a otros sin iniciar?
- Este año vamos a inaugurar el Auditorio “Manuel Belgrano” en nuestra escuela de ciencias agrarias, naturales y ambientales, en Pergamino; este mes de octubre vamos a presentar la sede en Rojas, un viejo anhelo que está muy próximo a concretarse, y para mediados o fines de noviembre estamos programando la inauguración del comedor universitario sobre Newbery y Sarmiento. Además le estamos haciendo algunos planteos al Ministerio de Educación para contar con obras de mayor envergadura tanto en Junín como en Pergamino, a la vez que nos planteamos agregar otro centro de actividades universitarias, que podría funcionar en Chacabuco, para el año que viene.
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