ANÁLISIS

Demoras en una de las paritarias más grandes

El Gobierno nacional tiene la expectativa de que esta semana se puedan cerrar algunas de las paritarias más relevantes del escenario sindical, como las de Uocra y UPCN, pero las trabas de último momento surgidas en Comercio, una negociación que se llegó a dar por cerrada, representan un desafío para la necesidad de pacificar el escenario sindical ante otra huelga inminente.
La diferencia de última hora aparecida en esa siempre difícil negociación tiene números grandes: los más cautos la ubican en 500 millones de pesos anuales, pero otros sostienen que puede llegar a superar los 1.000 millones, según como se hagan los números.
Es la cantidad de plata adicional que las empresas de comercio deberían destinar a la obra social del histórico Armando Cavalieri, según la pretensión esgrimida en la última reunión donde terminó cayéndose todo, aunque en el mundo de las paritarias las rupturas nunca son definitivas.
El cacique sindical, incombustible y figura omnipresente entre los gremios denominados históricamente "gordos", por su volumen de afiliados, sorprendió al solicitar $100 extra mensuales para destinarlos a una obra social cada vez más desfinanciada.
Si se tomaran sólo los 500 mil afiliados que tiene el gremio, serían unos 600 millones anuales, pero si la cuenta se amplifica al millón de trabajadores del sector en el país, puede rozar los 1.200 millones.
Enfrente lo escuchaban dos hombres de larga experiencia: Carlos De la Vega (Cámara de Comercio) y Osvaldo Cornide (CAME), quienes  rechazaron de plano la pretensión.   
Un par de días antes de ese encuentro ocurrido el jueves por la tarde, Cavalieri se había reunido con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y -sostienen algunas fuentes cercanas- con la propia presidenta Cristina Fernández.
Allí se acordó que el aumento salarial sería del 27%, lo cual fue bien recibido por el sector patronal, ya que en el arranque de las conversaciones se llegó a hablar de 31%, lo cual fue vetado por el Poder Ejecutivo.
Además, el acuerdo final era en dos pagos (17% retroactivo a abril y otro 10% en noviembre), más 1.500 pesos no remunerativos en mes a convenir.
El sector privado parecía aliviado, a tal punto que un día antes de que todo volviera a fojas cero, el propio De la Vega dio una entrevista radial en la que sorprendió al afirmar que los aumentos de salario no eran inflacionarios, una frase poco frecuente en boca de los empresarios.
"La disparada inflacionaria de ninguna manera depende del nivel de sueldos. Por supuesto, tiene su influencia en el conjunto de las circunstancias, pero las causantes son el déficit fiscal, la emisión monetaria y los subsidios a la energía", había dicho el miércoles por la noche el empresario en el programa Asteriscos, que se emite por Concepto FM.
A las pocas horas, y tras escuchar que Cavalieri buscaba correr varios metros el arco, hubo desazón.   
No era la primera vez que el gremio de Comercio buscaba financiar con esta estrategia la obra social.   
Cavalieri propuso en la reunión que los 100 pesos mensuales se descontaran de la planilla salarial, pero el sector patronal se opuso consciente de que sólo traería malestar entre los empleados y al final esa suma tendrían que ponerla las empresas.
Las obras sociales vienen reclamando una deuda, que los gremios más duros, como el que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo, ubican en 28.000 millones de pesos.
Incluso el reclamo formó parte del último paro nacional, que tendría su segunda parte en fecha a determinar entre el 10 y el 12 de junio próximo.
Una parte de esa deuda sería con el gremio de Comercio y Cavalieri necesita financiamiento, por lo que sumó presión a las empresas. Esta semana deberían verse las caras otra vez.

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