La posibilidad de que casi un centenar de prófugos bolsonaristas sean asilados en el país, llena de tensión la antesala del primer encuentro entre le presidente Javier Milei y su par de Brasil, Lula da Silva.
A días de que los mandatarios se crucen por primera vez en la cumbre del G7 en Italia, entre sesenta y cien seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, acusados de participar del asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, le solicitaron a la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) ser recibidos como refugiados políticos en Argentina.
La solicitud de los ciudadanos brasileros, que ya residen en el país, llegó luego de que se conociera la noticia de que la justicia brasilera pediría su captura internacional. Son 143 los prófugos buscados por la justicia, listado de nombres que fue entregado por el Supremo Tribunal de Brasil a través de la embajada de su país en Buenos Aires al Gobierno argentino, con la intención de que se informe si alguna de esas personas ingresaron al país.
Ahora la justicia brasilera buscará adelantarse a la resolución de la CONARE por lo que se estima que el pedido de extradición no demoraría más que unas cuantas horas. De todos modos, a pesar de que aún no se les haya concedido el carácter de refugiados, especialistas aseguraron que con el simple hecho de haber presentado la solicitud ante la CONARE la extradición podría correr peligro.
Los avances de la causa
La investigación por el asalto a la Plaza de los Tres Poderes, que tuvo lugar apenas una semana después de que asumiera Lula da Silva a la presidencia, marcha a paso firme en Brasil. El pasado jueves, el juez Alexandre Moraes ordenó la detención de 208 personas que están siendo investigadas y algunas que ya fueron condenadas por el episodio.
Las autoridades policiales brasileras confirmaron que ya tienen localizados a 49 de los 208 atacantes, pero el resto siguen prófugos.
Las líneas investigativas apuntan a que la mayoría burlaron las medidas cautelares y huyeron del país. Incluso aquellos que tenían tobillera electrónica rompieron los artefactos y cruzaron la frontera para esconderse en Argentina y -en menor medida- en Uruguay y Paraguay.
En ese sentido, la Policía de Brasil estimó que serían 65 los brasileros buscados por la justicia que habrían entrado a la Argentina, pero las autoridades locales no descartan que el número ascienda a 100. Su paradero y lugar de residencia es desconocido.
Ahora la preocupación en el país vecino radica en la posibilidad de que el Gobierno de Milei otorgue el estatus de refugiados a los acusados por el simple hecho de satisfacer a Jair Bolsonaro. Vale señalar que su relación con el actual presidente Lula da Silva es prácticamente nula, mientras que con el exmandatario y su hijo Eduardo Bolsonaro supo establecer un lazo de amistad que terminó de sellarse en su asunción al gobierno el pasado 10 de diciembre.
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