Pocas horas después de conocerse la salida de Estados Unidos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), un nuevo país se sumó a los norteamericanos, tomando la misma decisión: Israel. Así lo anunció en un comunicado la oficina del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien "pidió al Ministerio de Relaciones Exteriores que prepare la retirada de Israel de la organización en paralelo a Estados Unidos".
Así, el Gobierno israelí recalcó que "la Unesco se ha convertido en el teatro del absurdo donde se deforma la historia en lugar de preservarla". Del mismo modo, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, ya había celebrado la decisión estadounidense, asegurando que "estamos entrando en una nueva era en las Naciones Unidas, donde, cuando practicamos la discriminación contra Israel, tenemos que pagar el precio". "La decisión de hoy es un punto de inflexión para la Unesco. Las absurdas y vergonzosas resoluciones de la organización contra Israel tienen consecuencias", afirmó.
Las diferencias entre EE.UU. e Israel con la Unesco tuvieron un punto alto en 2011, año en que Palestina se unió como miembro permanente de la organización, generando el rechazo de estos dos países. De hecho, desde entonces la Casa Blanca canceló su financiamiento. Asimismo, decisiones como declarar la ciudad de Hebrón, en la Cisjordania ocupada, como "Patrimonio Mundial en peligro" tras la propuesta hecha por Palestina, también molestaron al Gobierno de Netanyahu, que también había criticado algunas resoluciones de la organización, como textos que omiten la vinculación judía a la denominada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.
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