La Selección argentina debutará este lunes en el Mundial, frente a la Selección de Italia, un equipo fuerte y con mayor experiencia.
La Selección argentina debutará este lunes en el Mundial, frente a la Selección de Italia, un equipo fuerte y con mayor experiencia.
MUNDIAL FEMENINO

El fútbol, un espacio de diversidades

Lejos de la concepción machista de otros tiempos, la actividad venció prejuicios de género y en la actualidad no solo incorporó jugadoras, sino que en una plausible apertura también sumó a árbitros, jueces de línea, relatoras y comentaristas de todas las identidades.

La pelota está en juego y tres referentes futbolísticas del colectivo LGBTIQ+ coincidieron en que el Mundial Femenino de Fútbol -que comenzó el último jueves- es "una vidriera" para visibilizar la diversidad sexual que, si bien está presente en todas las disciplinas deportivas, encontró en esta "un espacio más ameno" para expresarse y para "hablar de todas las identidades que pueda haber en una cancha, porque en realidad eso mejora al fútbol, no lo atrasa".

Así, en el caso de la Selección argentina, varias de sus jugadoras son abiertamente lesbianas e incluso han tenido hijos en el marco de esta conformación familiar. Y si bien el equipo albiceleste no incluye a jugadoras trans en el plantel -como tampoco el resto de los seleccionados que disputan la Copa-, ya son tres las futbolistas transgénero federadas en un país que profesionalizó el fútbol femenino en 2019.

Además, en 2020 admitió en la liga profesional a la primera jugadora trans, Mara Gómez, a quien después seguirían Tiziana Lescano y Jezabel Carranza. Las tres jugaron en el campeonato de primera división de AFA.

En cambio, en el fútbol profesional argentino se registra un solo caso de un jugador que haya hecho pública su homosexualidad: el de Nicolás Fernández, arquero de General Belgrano de Santa Rosa La Pampa, un equipo de Quinta división.

La vidriera del Mundial

"Siempre los mundiales son una vidriera importante y una caja de resonancia, por eso creo que así como en el de 2019 en Francia (anterior sede de la Copa Femenina) se escuchó bien claro el reclamo 'Igual trabajo, igual salario', quizás este sea un buen momento para hablar de todas las identidades que pueda haber en una cancha, porque en realidad eso mejora al fútbol, no lo atrasa", dijo Mónica Santino, histórica futbolista, lesbiana, militante feminista y DT del equipo "La Nuestra" de la Villa 31.

A su turno, la jugadora de Estudiantes de La Plata Mara Gómez aseguró que el fútbol femenino "constantemente utiliza la cancha como escenario para visibilizar no solamente las desigualdades y la precarización" en relación con la variante masculina, sino también las existencias LGBTIQ+ que allí encuentran un espacio para "hacerse ver y escuchar"; un potencial que se ve magnificado durante el campeonato mundial.

"Incluso muestran su apoyo muchas de las que no pertenecen al colectivo (de la diversidad sexual), lo que es superimportante y no se ve. En cambio, en el fútbol masculino hay como un miedo de que los crean gays y después les canten en la cancha", aportó por su parte Macarena Sánchez.

Sánchez fue la primera futbolista en firmar un contrato profesional en el fútbol, y es actual subsecretaria en el Ministerio de Turismo y Deportes. Para ella el fútbol femenino "siempre ha sido un ambiente muy ameno para quienes somos lesbianas y por lo menos a mí me resultó un ambiente muy corrido de todo tipo de ataque o discriminación".

"En el fútbol femenino somos bienvenidas todas, todes, y nadie está a la expectativa de ver quién es lesbiana, bisexual, trans o no binarie; sobre cuál es su autopercepción o quién le gusta a quién, que es algo que sí pasa en el fútbol masculino en el que el jugador tiene que demostrar que es macho y que le gustan las mujeres", aseguró Mara Gómez.

Estos mandatos determinan que "muchos futbolistas gays no salgan del closet", con lo cual el deporte que los apasiona a su vez "los limita" en la libertad con la que viven su sexualidad, "como no ocurre en el fútbol femenino donde una futbolista que se autopercibe lesbiana o bisexual no llama la atención".

"De todas formas no debe ser una obligatoriedad salir del clóset para quienes estamos dentro del colectivo porque hacerlo muchas veces resulta bastante violento, sobre todo en el fútbol masculino, por la cultura propia de ese deporte que asocia la homosexualidad con la debilidad", resaltó Sánchez.

Sin embargo, para las personas LGBTIQ+ "es importante tener un referente" en el deporte que practican "porque es como un pedal para que se animen a abrirse", porque "les motiva a pensar 'si la otra persona pudo enfrentarse a todos esos prejuicios, yo también voy a poder'".

Tiempo de quiebre

Para Santino, en Argentina fue decisivo el encuentro entre "el feminismo popular y el fútbol" producido a partir de 2015 inicio del movimiento Ni Una Menos, en la medida en que este vínculo puso sobre el tapete "la importancia del derecho de las mujeres y disidencias a jugar" como otra forma más de decidir sobre sus cuerpos, pero también como una vía para la problematización de la feminización de las tareas de cuidado que no deja tiempo para la práctica deportiva.

"Las mujeres y diversidades jugamos en edad escolar y después de eso, excepto para quienes pertenecen al deporte de alto rendimiento, dejamos de hacerlo y el juego pasa a ser una propiedad del varón que sí tiene tiempo para jugar a la pelota con los amigos y no por eso es considerado mal padre. Este aprendizaje fue muy importante para nosotras en la Villa 31, donde las compañeras asumen tareas de cuidado desde muy chiquitas y la cancha, que es el espacio público más importante en el barrio, prácticamente no lo podían usar", contó Santino.

En cuanto a los prejuicios que afectan a las jugadoras de fútbol, las tres coinciden en la persistencia de aquel que indica que "todas las futbolistas son lesbianas", o que si practican este deporte y además les gustan las mujeres "es porque quieren ser hombres", que las mejores jugadoras lo pueden hacer "casi tan bien como un varón" o que "las jugadoras trans dan una ventaja deportiva" a su equipo.

Más apertura

Por otro lado, las tres referentes del fútbol se pronunciaron a favor de la incorporación de personas trans en los seleccionados nacionales en igualdad de condiciones que las cisgénero. "Yo estoy 100% de acuerdo con que debería haber jugadoras trans (en las selecciones de fútbol) porque todas las personas deberíamos tener el derecho de poder competir en alto rendimiento según nuestra identidad y discutir hoy eso me parece muy primitivo", opinó Sánchez.

En ese sentido, mencionó la contradicción entre los estrictos requisitos de dosaje de testosterona que se les exige a las futbolistas trans para jugar y el hecho de que a las jugadoras cisgénero "no nos hacen ningún tipo de estudio hormonal" para habilitar la participación, pero tampoco a los varones cisgénero que juegan en la categoría masculina.
Gómez contó que para poder federarse tuvo que iniciar una "contrahormonización" de acuerdo a "las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional para la participación de deportistas trans", lo cual "tiene consecuencias negativas sobre la resistencia física, la densidad (ósea) o la exposición a las lesiones".

"Yo hace tres años que estoy en el fútbol profesional y me ha pasado que por el tratamiento me acalambraba, me mareaba, no podía aguantar los 45 minutos y eso me hacía comer banco; es decir que yo no estuve ni siquiera en igualdad con mis compañeras o rivales. Es el costo a pagar pero fue un paso muy importante y poco a poco, iremos tratando de cambiarlo", añadió.

El 20 de julio comenzó la novena edición de la Copa del Mundo Femenina de la FIFA 2023 en Oceanía, con sedes en Australia y Nueva Zelanda, una invitación para ver buen fútbol, alentar a las futbolistas argentinas, y tal como hicimos en el proceso que consagró campeón mundial a Argentina en Qatar, una oportunidad para hablar de derechos a sostener y de los que faltan.

Guerra a los pantalones blancos

Jugadoras de varios clubes y selecciones alrededor del mundo piden que se cambie el color de los uniformes para evitar molestias cuando tienen la regla

En el primer partido del Mundial de fútbol femenino, las anfitrionas neozelandesas debutaron ante Noruega utilizando un pantalón verde azulado. Se trata de una variación con respecto al uniforme masculino, que tiene pantalón blanco. Este aparentemente nimio cambio, en realidad representa una victoria de las jugadoras en un debate que lleva tiempo vivo en todo el deporte femenino: cambiar el color del pantalón para evitar molestias al jugar con la menstruación. Y esta revolución va mucho más allá de Nueva Zelanda. En el tercer día del Mundial, las jugadoras de Inglaterra salieron al campo con pantalón azul porque este año también pidieron deshacerse del blanco por exactamente la misma razón.

Las futbolistas profesionales están ya más que acostumbradas a tener que librar batallas para dignificar su trabajo. Este nuevo frente de los pantalones blancos y la menstruación surgió hace algunos meses cuando jugadoras de varios clubes y selecciones alrededor del mundo comenzaron a pedir este cambio en sus uniformes. El Manchester City fue el primer club grande que escuchó a sus jugadoras y buscó un acuerdo con Puma, su patrocinador, para que las deportistas cambiaran el blanco por uno rojo a partir de la temporada 2023-2024. En los meses posteriores, clubes como el West Bromwich Albion y el Stoke City (ambos de la tercera división inglesa) o el Orlando Pride (primera división estadounidense) hicieron el mismo cambio. La delantera de la selección inglesa Beth Mead ha sido una de las figuras más visibles en la lucha por el cambio en los uniformes.

El debate, por supuesto, no es único del fútbol. Se ha dado también en el rugby —la selección irlandesa pidió que se elimine el pantalón blanco— o en el tenis —la jugadora Rebecca Marino dijo que la peor pesadilla de todas las tenistas era tener la regla en Wimbledon, aunque el torneo finalmente flexibilizó su reglamento de vestimenta este año, permitiendo culotes oscuros siempre que no sean más largos que los pantalones o las faldas—. “Es fundamental que tengamos en cuenta que las mujeres pueden tener la regla cuando compiten y es necesario un pantalón que no haga de la experiencia algo degradable”, señala Gutiérrez.

Un estudio realizado por Puma en 2022 reveló que una de cada dos adolescentes deja de practicar deporte por causas relacionadas con la menstruación. Para muchas jóvenes, de acuerdo con la investigación, hacer deporte con la regla es algo vergonzoso.

El fixture de la Argentina en el Mundial

Vs. Italia - Lunes 24 de julio a las 3 (hora argentina) - Eden Park de Auckland, Nueva Zelanda.
Vs. Sudáfrica - Jueves 27 de julio a las 21 (hora argentina) - Forsyth Barr Stadium at University Plaza de Dunedin, Nueva Zelanda.
Vs. Suecia - Miércoles 2 de agosto a las 4 (hora argentina) - Estadio Waikato de Hamilton, Nueva Zelanda.

Germán Portanova, el gran DT 

Fin de año. Las jugadoras de la Selección se preparaban para recibir el 2023 cuando llegó un mensaje al grupo de WhatsApp. Era de Germán Portanova. ¿Felices Fiestas? Sí, después. Antes, información precisa sobre las jugadoras italianas, primer rival de las argentinas en el Mundial que arrancó el jueves.

El entrenador del Seleccionado femenino, de 49 años, está hace meses enfocado en el Mundial que se juega en Australia y Nueva Zelanda, estudiando minuciosamente a todos los equipos. “Pobre Dalila (Ippolito, la única del plantel en el fútbol italiano) la volvió loca”, bromean las jugadoras.

Portanova habla tranquilo y en primera persona del plural en femenino: “Nosotras vamos a jugar los tres partidos de nuestras vidas. No marcamos mucho el resultado porque si ganamos no vamos a ser mejores, pero hay que competir de la mejor manera, seguir el proceso y, si Dios quiere, quedar en la historia”.

Además, el 'Flaco' se emociona por lo que están por vivir sus jugadoras. “Cuando me enteré de que cada una iba a cobrar 30.000 dólares por participar se me llenaron los ojos de lágrimas, porque se lo merecen. Cada chica, cada mujer que está acá tiene una historia de vida que no fue fácil. Atravesaron mucho con una perseverancia y profesionalismo admirables. Que suceda esto es muy bueno y lo celebro”, cuenta el DT de Argentina desde mediados de 2021.

¿Qué significa para vos dirigir a la Selección femenina?

-Cuando me asignaron fue increíble, es lo máximo que te puede pasar. Hace 10-12 años que trabajo en el fútbol femenino y que te llamen para estar en este lugar, para representar a tu país, poder clasificar a Argentina a un Mundial. Fueron cosas inesperadas y únicas pero la carrera continúa y quiero crecer con la Selección. Todo el día pienso en cómo mejorar. Estas jugadoras quieren jugar bien desde el primer día. Fuimos de menor a mayor y estos tres partidos del Mundial son difíciles y parte del proceso. Dios quiera que podamos quedar en la historia. Heredé un grupo con una grieta muy importante que todos saben y es el día a día. Tienen personalidades fuertes, el psicólogo nos dice que no hay que forzar situaciones de querer unir, pero la convivencia es cordial y dentro de la cancha están muy unidas y vamos para adelante.

El grupo del Mundial es bastante complicado...

-Sí, Italia juega a un ritmo increíble, tiene mucho ida y vuelta, transiciones rápidas. Las sudafricanas, con su velocidad arriba, capaz que se sienten mejor de contragolpe. Y Suecia es una potencia. Nosotras queremos mostrar que no somos la Argentina que solo tiene garra, sino que también tiene talento, protagoniza y juega.

¿Hay más presión después de la tercera estrella del masculino en Qatar 2022?

-La diferencia la marcamos con el masculino porque obviamente somos argentinos, tenemos ese ADN y queremos ganar. Al masculino lo disfrutamos con la familia, fue emocionante y festejamos la tercera como hinchas. Pero el femenino nació de otra manera, estamos muchos años atrás de varias selecciones. De 100 argentinos, 99 quieren ser jugadores de fútbol. De 100 argentinas 3 quieren ser jugadoras. Mujeres a las que les gusta el fútbol hay muchas, pero jugadoras quieren ser pocas. La historia es bien diferente, pero tenemos fe de competir y de lograr lo que queremos.

¿Cómo es el nivel de las futbolistas que juegan afuera en comparación a las que lo hacen en el medio local?

-Las de afuera marcan diferencia, es una realidad. Es muy difícil que te contrate un club de afuera, vas a jerarquizar, a crecer y a pagar un derecho de piso. Acá sos protagonista y goleadora pero afuera vas al banco y tenés que adaptarte, hacer un proceso, pero muchas se mantuvieron en el profesionalismo y están jugando en Madrid, Atlético de Madrid, México...

¿Cuánto creció el fútbol femenino en la Argentina?

-Recién ahora se ven más chicas jugando al fútbol, hace pocos años atrás era raro, pero hay una apertura mental del país. En el masculino capaz que el Sub 20 tiene tres equipos buenos para armar, levantás una piedra y sale un jugador de fútbol con talento. Nosotras tenemos que seguir trabajando en edades tempranas, muchas de las jugadoras no han tenido esos procesos y estímulos desde chicas y eso a la hora de competir es una falencia. 

¿Cuáles son los candidatos en este Mundial?

-No sé si candidatos pero las que creo que mejor juegan son España y Japón, me encanta cómo juegan. Capaz que se les cierran bien y les contragolpean a ese nivel y no llegan a la final, pero me quedo horas observando esas dos selecciones.

¿Qué lugar ocupa la fe en tu vida?

-El cien por ciento, todo depende de Dios y estoy acá gracias a él, más allá de mi trabajo y de lo que me esmeré para estar acá. Para mí, los momentos adversos de la vida son su voluntad y hay que aceptarlos, y seguramente nos dejarán una enseñanza.

A Chacarita. Allí lo mandó Carlos Bianchi a Portanova cuando peleaba el puesto de defensor en Vélez con jugadores como Trotta y Sotomayor. Y allí fue el hoy DT de la Selección.

"Era limitado pero luchador", se describe. Como futbolista pasó además por Tristán Suárez, Cerro Porteño de Paraguay, Chile y equipos regionales de Italia. Cuando dirigía las inferiores en UAI Urquiza, llegó el ofrecimiento de conducir al equipo femenino, donde encontró su espacio y tuvo éxito: ganó tres campeonatos argentinos (2014, 2017/18 y 2018/19) y jugó Libertadores (2015, 2018 y 2019). Ahora, más de 20 años después de irse del Vélez del 'Virrey', está ante el desafío más grande de su carrera: su primer Mundial.

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