Ucrania recordó ayer el 26 aniversario de la catástrofe nuclear de Chernóbil con la construcción de un nuevo sarcófago que debe garantizar durante el próximo siglo la seguridad del averiado reactor número 4 de la central.
La central nuclear de Chernóbil, escenario de la mayor catástrofe atómica de la historia, sigue constituyendo un grave problema 26 años después. El sarcófago construido tras la catástrofe por cientos de 'liquidadores', que sufrieron graves secuelas por su trabajo no ha aguantado el paso del tiempo y, lleno de grietas, deja escapar la radioactividad.
26 años después
"En nombre de Ucrania expreso mi profundo agradecimiento a todos los países donantes por su comprensión y su respaldo a Ucrania para superar la mayor catástrofe de la historia de humanidad", afirmó Víctor Yanukóvich, presidente de Ucrania. Yanukóvich y los representantes de los 21 países donantes se desplazaron ayer a las inmediaciones de la fatídica planta con ocasión del 26 aniversario del accidente para poner la primera piedra del proyecto, a 180 metros del cuarto reactor.
"Chernóbil sigue siendo una tragedia y aún se deja sentir. Por eso, no dejamos de preocuparnos de la seguridad del sarcófago sobre el destruido cuarto reactor", reza el mensaje a la población dirigido por el presidente ucraniano.
Las obras de construcción del mecanismo que debe garantizar la seguridad del reactor durante el próximo siglo se prolongarán hasta 2015, aseguró Víctor Baloga, titular de Emergencias.
Sarcófago de 40.000 m2
Con todo, el actual sarcófago no será desmantelado por el momento por motivos de seguridad, ya que existe el temor de que se produzcan fugas.
El nuevo sarcófago será de metal, tendrá forma de arco, una longitud de 257 metros, una anchura de 150 y una altura de 108. Las autoridades han habilitado y desactivado una zona a unos 180 metros de la central para construir el arco, que después será empujado sobre unos rieles hasta situarlo justo encima del bloque que cubre actualmente el cuarto reactor.
Chernóbil en números
Más de 600.000 "liquidadores", entre bomberos, soldados, funcionarios y voluntarios soviéticos -aunque algunos informes dicen que no fueron más de 100.000-, combatieron durante semanas contra la radiación en condiciones precarias, sin trajes ignífugos ni cascos, arriesgando su propia salud.
En Ucrania, más de 2.300 localidades sufrieron los efectos de la contaminación radiactiva, que obligó a evacuar del territorio afectado a 164.000 habitantes y a establecer una zona de exclusión en un radio de 30 kilómetros alrededor de la planta.
Sobre las poblaciones, se registraron entre 4.000 y 5.000 casos de cáncer de tiroides en niños -fundamentalmente en Bielorrusia-, de los cuales sólo 15 fueron mortales hasta el momento.
Mientras, en Bielorrusia, un 23 por ciento del territorio fue contaminado por la lluvia radiactiva y algunos informes indican que más de 1,7 millones de personas (entre ellos 360.000 niños), cerca del 20 por ciento de la población del país, aún sufre las consecuencias de la radiación.
Los efectos de la catástrofe de Chernóbil lejos de haber terminado siguen dejando huellas en la salud y la vida de todos los habitantes que viven en el lugar o en sus alrededores.
Chernóbil: A 26 años de la catástrofe
En Ucrania se recordó el aniversario con la construcción de un nuevo sarcófago con la intención de garantizar la seguridad del famoso reactor número 4 de la central.
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