mal de la vaca loca
PROFUNDO PESAR

"El mal de la vaca loca" Murió el vecino de Rojas que padecía la enfermedad

Juan Carlos Aquino falleció en el mes de julio, al cumplirse un año desde que comenzó a cursar la enfermedad.

Juan Carlos Aquino (65), vecino de Rojas, falleció al cumplirse un año a partir de que empezó a cursar indicios de la extraña patología "El mal de la vaca loca".

Meses atrás, en diálogo con Democracia, sus hermanos habían destacado el valor de dar a conocer información acerca de esta enfermedad -que perjudica a una persona entre un millón y que no posee procedimiento específico- para que se desarrollen más grandes estudios científicos.

El inicio del padecimiento de El mal de la Vaca Loca

 “En julio de 2019 mi hermano comenzó a confundir los nombres de los sobrinos, de los individuos generalmente, y nosotros mismos lo tomábamos como una broma, le mencionábamos en chiste que le pasaba por la edad que poseía, empero aquello seguía sucediendo y, con el correr de las semanas, comenzó a perder la memoria, hubo un episodio bastante claro: él estuvo en el velorio de mi suegro y a los veinte días preguntó si estaba durmiendo la siesta”, contó Miguel Aquino, su hermano, a Democracia.

Y añadió: “Después de aquello hablé con mi hermana y empezamos a hacer las consultas con expertos: primero en Rojas, luego en Pergamino, allá le hicieron tomografía, radiografía, resonancia y no salía nada; pasaron 2 meses y, en octubre, él seguía desmejorando, perdía la memoria, la igualdad, se mareaba y se caía, aquellos eran los indicios que tenía”.

 En el mes de noviembre de 2019 han realizado la consulta en el Sanatorio Junín, donde le hicieron más estudios y el doctor les mencionó: “Yo no le veo nada sin embargo él algo tiene, no entendemos qué puede ser” y los derivaron al Fleni. Del Fleni fueron a la clínica Milstein y de allí al Sanatorio Güemes donde, al final, lo diagnosticaron. “El 22 de enero llegaron al Güemes, allí vieron todo, analizaron los estudios, pasaron los días y, en una resonancia, encontraron algo que no sabían exactamente qué era, los doctores mencionaron ‘hasta que no sepamos qué es, no se lo podrán llevar de acá’. Le hicieron varios estudios, tuvimos bastante buena atención, para ellos era bastante novedoso la situación, han estado una semana estudiándolo”. 

 Los hermanos del paciente facilitaron a Democracia el informe doctor y ahí se puede leer el diagnóstico primordial: demencia no especificada con variación del comportamiento. El informe además detalla que “el caso ha sido dicho en ateneo interpretando cuadro clínico a partir de los hallazgos de resonancia, la evolución de la patología, más los hallazgos al examen neurológico, siendo compatibles con patología por priones tipo Creutzfeldt Jakob”, patología popular como “El mal de la vaca loca”.

 “Los doctores de Buenos Aires mencionaron que era ‘la patología de la vaca loca’ y que se transmite del animal al hombre por el consumo de la carne contaminada”, describió Miguel a Democracia y detalló: “Nos mencionaron que no se puede curar, que no existe medicamento ni procedimiento, que se puede alargar entre 6 meses y un año, que es mortal, ha sido un golpe bastante profundo para nosotros mismos, mi hermano no fumaba, no tomaba, andaba en bicicleta, sin embargo, le tocó justamente a él”. 

Carne Contaminada que provoca el Mal de la Vaca Loca

 Consultado por el consumo de la carne contaminada y la ocasional participación de autoridades sanitarias, Miguel Aquino comentó: “Mi hermano compraba en una carnicería bastante buena de Rojas, el asunto es que no entendemos en qué instante ocurrió, es complicado saber si ha sido por el consumo de los meses anteriores a la aparición de la sintomatología o mucho antes”. 

 Encefalopatías espongiformes

 En la obra “Biología”, Helena Curtis detalla que “las patologías causadas por priones a menudo se denominan encefalopatías espongiformes gracias a la aspecto que muestra el cerebro de los animales dañados. Aun cuando las proteínas que producen priones se hallan en cada una de las células del organismo, se concentran mayoritariamente en el tejido nervioso, el cual se perjudica primordial o exclusivamente a lo largo de el desarrollo de la patología. Este es la situación de la encefalopatía espongiforme bovina o patología de la vaca loca”.

 En el material de consulta Curtis además especifica que “es posible que la mayoría de las especies de mamíferos logren desarrollar patologías de esta clase. En humanos, se han descrito diversas patologías causadas por priones: en algunas ocasiones hereditarias, como la patología de Creutzfeldt-Jakob, el insomnio fatal familiar y la patología de Gerstmann-Sträussler-Scheinker. En otras ocasiones, la patología es adquirida, como la variante de la patología de Creutzfeldt-Jakob generada por el consumo de carne de animales con la Patología de la vaca loca y el Kuru, detectada en tribus de Nueva Guinea, transmitida gracias a ceremonias caníbales. Esta última patología, con el desamparo de la práctica del canibalismo, se estima casi desaparecida”. 

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