El sacerdote afronta otras tres denuncias por casos similares cometidos en el mismo colegio.
El sacerdote afronta otras tres denuncias por casos similares cometidos en el mismo colegio.
ACUSADO DE ABUSAR DE UNA ALUMNA

Piden una pena de 20 años de prisión para un sacerdote

Desde la querella y la fiscalía reclamaron la condena contra el religioso Carlos Eduardo José por los delitos cometidos en un colegio católico.

La querella y la fiscalía del juicio oral y público contra el sacerdote Carlos Eduardo José, de 62 años, imputado de "abuso sexual gravemente ultrajante triplemente agravado" contra una alumna, pidió una pena de 20 años para el religioso.
Los cargos contra José fueron por el abuso cometido a una alumna del colegio parroquial que dirigía en Caseros, a quien según la acusación agredió sexualmente entre sus 12 y 21 años, pidieron una pena de 20 años.
Ricardo Romero, fiscal de la causa, expuso durante "más de dos horas y quedó demostrado que la prueba es abundante y que el delito se ha cometido", explicó Héctor Silveira, abogado de Mailin Gobbo, la denunciante.
Pena máxima
Luego de calificar de "impecable" la tarea del fiscal, el letrado enfatizó en que "tanto el particular damnificado, es decir la querella, como la fiscalía pedimos la pena máxima que es de 20 años de prisión" para el acusado.
Tanto el letrado como su socio, Alejandro Stipangic, destacaron que la defensa "no negó los hechos". En ese sentido, indicaron que el equipo legal que defiende al exsacerdote "pidió nuevamente la prescripción del delito, los hechos no son negados, solo piden la prescripción y subsidiariamente piden la absolución en el pedido de cambio de tipificación del delito a abuso deshonesto", afirmó Silveira.

El hecho
El exsacerdote llegó a juicio por "un hecho que sucedió en un período de tiempo comprendido entre 1999 y 2008", cuya denunciante, de ahora 33 años, concurrió a la institución educativa que José dirigía -el Instituto San José Obrero- hasta el segundo año de Secundaria, cuando decidió cambiarse de colegio pero sin poder perder contacto con el sacerdote, que seguía concurriendo a su casa como amigo de la familia.
El sacerdote la sacaba del aula de la escuela de Caseros casi diariamente para confesarla sentada en su falda, momento que aprovechaba para manosearla, también, según contó la joven, el religioso iba a su casa, ya que era de confianza de la familia y cometía el delito en su habitación.
Silveira explicó que estos hechos son coincidentes con los denunciados por abuso por otras tres jóvenes que "tienen diferentes edades" pero que "no eran compañeras ni de grado ni de aula". Las otras tres denunciantes, de la misma escuela de Caseros, que fueron testigos en el juicio iniciado por Gobbo, esperan la resolución de la Suprema Corte de la Provincia.

COMENTARIOS