VARIOS OPERATIVOS POLITICOS EN MARCHA

Tercios y reelección, estrategias del felipismo

Sectores de la Gobernación ponen en marcha cruzadas apuestas electorales

La etapa de los reacomodamientos, ya con la mira inamovible en las elecciones del 2007, arrancó con fuerza en los sectores nucleados en lo que podría denominarse genéricamente «la Gobernación» bonaerense. Los operativos en marcha son varios y no necesariamente compatibles, aunque el objetivo es el mismo: «posicionarse», como grupo y/o como individualidades, para «ser tenidos en cuenta» cuando «el gran elector» del oficialismo -el presidente Kirchner- defina las listas de candidatos de la Provincia. Y en ese contexto sobresalen dos apuestas: el regreso de «la teoría de los tercios» y «el juego de la reelección».Una de las estrategias es impulsada por un grupo de funcionarios del gobierno, legisladores e intendentes afines a «la Gobernación». Ya está en los paredones del Conurbano. «Kirchner-Solá», anuncia, con una firma poco conocida, pero que busca, justamente, instalarse: «Hacer por Buenos Aires». Es éste un operativo directamente relacionado con el objetivo de la Casa Rosada de que, para el 2007, el PJ y el Frente para la Victoria bonaerenses coincidan en un mismo armado electoral. En esa previsión, el grupo arriba mencionado reivindica al «felipismo original» como el «auténtico FpV», pero siente que, en rigor, ese espacio está conformado por tantos grupos -kirchneristas puros, neokirchneristas, «hombres del Presidente», entre tantos-, que el propio quedaría diluido.

La teoría de los tercios

«Hacer por Buenos Aires» fue la agrupación que los peronistas que, liderados por el gobernador Solá, habían roto relaciones a comienzos del 2005 con el duhaldismo, inscribieron para nuclear lo que entonces se definía como «el felipismo». Eran los días en que todavía se preveía un acuerdo electoral entre Kirchner y Duhalde, y el felipismo propiciaba que los lugares de las presuntas listas únicas de candidatos se repartieran «por tercios»: uno para el kirchnerismo puro, uno para el PJ duhaldista y otro para el «felipismo».Después, como se sabe, no hubo acuerdo Kirchner-Duhalde y la tropa que había juntado el Gobernador fue la base de las listas para cargos provinciales del FpV, mientras que la «fórmula» al Senado y la nómina de diputados nacionales las elaboró el Presidente con «gente propia».Ahora, entonces, que vuelven a soplar vientos de confluencia como una única fuerza entre el PJ ya exduhaldista y el resto de los sectores oficialistas, un sector de «la Gobernación» propicia instalar al «felipismo» como un nucleamiento con identidad definida -utilizando la agrupación «Hacer por Buenos Aires»-, y apostar nuevamente al reparto «por tercios»: uno para el PJ, otro para el «felipismo» y otro para «el resto del kirchnerismo».

La reelección

Pero en forma paralela, otro grupo de funcionarios de la Provincia y legisladores afines -otro sector de «la Gobernación»- impulsa una estrategia diferente de «instalación», para la pelea que se viene dentro del vasto universo oficialista bonaerense en la búsqueda de ser tenidos en cuenta por el Presidente a la hora de las definiciones electorales. Es la que se propone mantener abierta la posibilidad de una reelección de Solá.

La intención es «conservar viva» esa alternativa. Para eso sus impulsores dicen haber encontrado un par de constitucionalistas que, sobre una particular interpretación del artículo de la Carta Magna que establece límites a la reelección del gobernador, sostendrían que la Suprema Corte podría hacer lugar a un planteo de admisión de una candidatura de Solá para autosucederse en el 2007.Este grupo sostiene que la consolidación de la tropa afín al Gobernador, como un segmento diferenciado del resto del kirchnerismo y con fortaleza suficiente para «discutir» espacios electorales, no se podría alcanzar con la existencia de varios postulantes a gobernador dentro del propio entramado, o con más de uno de sus integrantes apostando, inclusive, a candidatos «de afuera». Sostienen que ésa es la situación actual del propio espacio. Y para revertirla, entonces -concluyen-, la única candidatura (enarbolada al menos como «posibilidad») excluyente de cualquier otra dentro del sector es la del propio Solá.Este sector también sabe que será Kirchner quien defina el candidato a gobernador y reconoce que, por lo tanto, la jugada que proponen es riesgosa. Admiten que de esta forma se está ubicando a Solá en la situación de ser «elegido» o desechado por el Presidente para esa postulación. Porque, según admiten sus impulsores, el planteo presunto ante la Corte sobre la habilitación o no del actual mandatario para ser reelecto sólo se elevaría luego de que, eventualmente, Kirchner «eligiera» a Solá. Pero dicen «tenerse fe» con su «candidato». Por lo demás, Solá estaría avalando el desarrollo, en principio, de las dos estrategias. Pero, se dice en fuentes del gobierno, las jugadas no serían «compatibles» para los sectores que las impulsan y en algún momento podrían generar muy altas tensiones dentro del espacio que actualmente comparten.

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