El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, admitió ayer que no hay "forma de parar el fuego" que arrasó con miles de hectáreas de vegetación y provocó cientos de evacuados, y consideró "imposible pensar en detener" las llamas "hasta que llegue la lluvia". Aclaró que en la provincia "no necesitamos colectas de ningún tipo".
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