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EL CANTANTE QUE ES UN REFERENTE EN LA MÚSICA MELÓDICA EN JUNÍN

Javier Sidotti: “En los últimos años maduré mucho como artista”

A los 28 años debutó en un escenario y en menos de dos se dedicó de lleno a la música. Hizo grandes shows y grabó dos discos. También tiene una ONG que trabaja por los chicos con capacidades diferentes.

A los 28 años, Javier Sidotti estaba casado, trabajaba en un reparto de lácteos y su última actuación como cantante había sido dos décadas antes.
Una noche fue con su esposa y otros dos matrimonios a la inauguración de un café concert que se llamaba Piel Canela. Acompañada por un pianista, actuó la cantante Berenice, que “tenía una voz impresionante”, según él mismo recuerda. Cuando el público le pidió a la joven que cantara Vivo Per Lei, ella respondió que no tenía quién la acompañara. Sin pensarlo y sin decirle nada a sus compañeros de mesa, Javier se paró, se acercó a la artista y le ofreció a hacer la canción a dúo.
“Fue una cosa hermosa, salió como si lo hubiésemos ensayado mil veces, fue una ovación”, evoca ahora Sidotti.
Desde entonces, su vida dio un vuelco: en menos de dos años dejó su trabajo como repartidor de lácteos y se dedicó de lleno a la canción, forjando una carrera de éxitos y aplausos.

Primeros pasos
Sidotti empezó a cantar con su padre, que era folclorista y formó parte del grupo Los Llaneros de Junín.
“Cerca de mi casa –cuenta– vivía un muchacho que tenía un grupo que se llamaba Agrupación Rambler, y él me escuchó y me convocó para cantar con ellos en los bailes de carnaval”.
Con solo seis años, Javier era la atracción mayor de la Agrupación Rambler y con ellos permaneció dos años, presentándose en numerosos eventos de Junín y la zona.

Cantante

Sus padres quisieron que dejara el grupo porque era muy chico para hacer esa vida, y desde entonces no volvió a dedicarse a la música.
Volvió 20 años más tarde. Después de su debut inesperado en Piel Canela, Berenice y su pianista lo invitaron a cantar con ellos en Unicenter: “Fui un domingo que el shopping estaba lleno de gente e hicimos lo mismo: ella pidió el tema, yo me paré de entre el público y cantamos juntos”.
A partir de ahí estuvo haciendo presentaciones periódicas junto a Berenice en Buenos Aires.

Su propio camino
“Al año decidí que no quería viajar más, estaba cansado y empecé a ver cómo armarme solo”, cuenta Sidotti.
Por consejo de una amiga, se reunió con el destacado pianista local Armando Álvarez. Enseguida se pusieron de acuerdo y empezaron a hacer presentaciones en conjunto.
“Yo necesitaba alguien que me ayudara a darle forma a los shows –explica– porque me daba cuenta de que tienen que tener un principio, un desarrollo y un final, y no sabía cómo hacerlo. En ese sentido, Armandito fue el que me acompañó en el inicio y el que me hizo crecer a nivel artístico. Fue el que me hizo escuchar otra música y gracias a él empecé a hacer canciones de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat”.
Había pasado menos de un año de la primera reunión con Álvarez cuando dejó su trabajo en el reparto de lácteos y apostó todo a su carrera artística.
Según dice, Urbano y Homero fueron los dos lugares que le dieron “un gran espaldarazo” a su carrera. “Fuimos los primeros en hacer shows en los bares en esa época”, rememora.
Continuó con Álvarez durante siete años, hasta que el pianista “se cansó de viajar”, dado que las actuaciones eran en Junín y la región. Entonces Sidotti siguió por su lado.

El salto
Ya en 2007 había empezado a pensar la idea de hacer un gran show con buenos músicos.
Matías López, pianista juninense que dirige la orquesta Señor Tango, lo contactó con algunos músicos de Buenos Aires, como Marcelo Torres (actual bajista del Indio Solari) y Sergio Liszewski (guitarrista de Fabiana Cantilo), entre otros.
Con ellos armó el primer show, para el 6 de enero de 2008, con un escenario en la cuesta de Sáenz Peña, pero una gran tormenta impidió que se hiciera. Lo reprogramó para el 23 de febrero siguiente en la explanada de los ex colegios Normal y Nacional, y al cuarto tema también se largó a llover. Finalmente, lo hizo el 30 de abril en el cine San Carlos: “Ahí nos sorprendimos, realmente, metimos 1.600 personas, no sé si hay un artista local que pueda programar un show con tanto público”.
Ese fue un salto importante en su carrera. Volvió a hacer un espectáculo similar en 2009 (también en el San Carlos) y más adelante en San Rafael. “Fue a beneficio de los chicos especiales, a quienes yo les hice un tema y con quienes trabajo desde hace mucho”, explica.
Desde entonces, su carrera artística tomó un vuelo que lo convierte en uno de los referentes de la canción melódica en la ciudad.

De cara al futuro
Al momento de definirse, Sidotti señala: “En los últimos años he madurado mucho como artista. Creo que yo no soy un ‘gran’ cantante, pero sí digo que Dios me dio un estilo y una voz que a la gente le gusta mucho”.
Y de cara al futuro, Javier no posterga sus anhelos artísticos y personales: “Uno lucha por la popularidad pero no pretendo hacerme millonario, quiero vivir tranquilo, envejecer bien y laburar mucho con los chicos especiales. Más allá de ser reconocido como cantante, quisiera serlo por ayudar a los pibes, es lo que más me interesa”.

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