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LA PROVINCIA

Las nubes siempre están

Las dos problemáticas centrales de la Provincia -las dificultades financieras de las administraciones públicas y la pelea política en las cumbres del oficialismo- alcanzaron tal intensidad durante largas semanas, que la relativa caída de las tensiones de los últimos días significó cierto alivio para sus protagonistas. Pero en verdad, las preocupaciones no ceden. Porque la profundidad de los problemas no afloja.
En el plano político, los “partes” que llegan de Olivos hablan de fuerte malestar con los pilares de la pulseada contra Daniel Scioli, el vicegobernador Gabriel Mariotto y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, el camporista José Ottavis.
En la picota
A Mariotto le cuestionan, según los trascendidos, un “estilo” contraproducente para llevar adelante la embestida sobre Scioli. Y con Ottavis hay por estos días un fuerte enojo por el escandalete de los mensajes de texto que intercambió con su tropa legislativa hablando de presuntos sobornos a diputados de la oposición.
En rigor, esos enojos están atados a las propias internas del ultrakirchnerismo, tan inadvertidas en la superficie como profundas y duras. Ottavis, por caso, está enfrentado en la creciente puja intestina de La Cámpora con el Cuervo Larroque, que tiene mayor acceso directo a Cristina. Y en el caso de Mariotto, básicamente es la falta de “resultados” de sus embestidas -si de la imagen de Scioli y de “consecuencias” institucionales y políticas de las movidas se trata- lo que ha llevado a revisar el “estilo” del Vicegobernador y descubrir que no gusta.
Pero que los coroneles atraviesen una etapa de decaimiento y no haya escaramuzas cotidianas como había, no significa que no haya guerra. De hecho, fue la propia Cristina -luego replicada por su ministra Nilda Garré- quien salió esta semana a reclamarle públicamente a Scioli medidas contra policías que, presuntamente, mantuvieron una actitud pasiva cuando un grupo agredió a periodistas de medios oficialistas durante una protesta vecinal en tierra enemiga: el municipio de Malvinas, gobernado por el peronista disidente Jesús Cariglino.
El reclamo de la Presidenta, por lo demás, le dio aire a una movida organizada por el Movimiento Evita y sectores de La Cámpora, que marcharon para pedir justicia por el crimen cometido por un policía en Burzaco, sur del Conurbano, en la que quedó claro que, crecientemente, la dirigencia ultra K apunta a las autoridades políticas por las irregularidades -y los delitos- de miembros de la fuerza de seguridad. Un “aire” que empujó también un nuevo pedido de informes de los senadores kirchneristas a Scioli, ahora por el episodio al que se refirió la Presidenta, aún cuando el gobierno provincial haya abierto ya una investigación sobre el tema.

Bonerenses en ascenso

De este modo, con eje en la Seguridad, las tensiones políticas con derivaciones institucionales no ceden en el oficialismo, mientras el peronismo bonaerense -alineado con la Rosada pero menospreciado por los mejores amigos de la Casa- observa atentamente las “patinadas” del gobierno nacional y los movimientos de hombres y roles.
De hecho, seguramente no será totalmente inocuo para el oficialismo bonaerense el flamante pasaje, del virtual destierro al primer plano, del ministro del Interior.
Profundo conocedor de la Provincia, aún controvertido y discutido por muchos referentes territoriales -así como jefe de otros-, Florencio Randazzo incomoda, con su ascenso, mucho más al hiperkirchnerismo con pretensiones de futuro en la Provincia que a la dirigencia bonaerense con la que ha protagonizado tantas peleas como movidas compartidas.

Preocupación capital

En el capítulo económico, en tanto, el tibio sol de estos días -aportado por la reforma impositiva que posibilitará aumentos de impuestos y el compromiso del gobierno nacional de autorizar todos los endeudamientos que la Gobernación salga a buscar- no alcanza a mitigar la preocupación por las dificultades financieras de las administraciones provincial y municipales.
El pago de sueldos y medio aguinaldo a comienzos de julio sigue siendo una amenaza capital. Y la incertidumbre sobre el tránsito del segundo semestre se agiganta día a día, de la mano de datos que anticipan una fuerte caída de la actividad económica y por lo tanto de la recaudación de impuestos, y de señales de crecientes dificultades para conseguir fondos aún al costo de endeudarse, como ocurrió en la semana que pasó, cuando la oferta de capitales dispuestos a invertir en Letras de la Tesorería fue menor al monto que buscaba obtener el gobierno provincial.

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