Arturo Frondizi

¿Qué es ganar la elección legislativa?

Una elección presidencial tiene una interpretación clara en el resultado, un ganador indiscutible. Pero en una elección legislativa de medio mandato, la interpretación de quién ganó es más compleja. Las circunstancias hacen que la Provincia de Buenos Aires juegue un rol central. Atrás en el tiempo, el golpe contra Arturo Frondizi se decanta por la situación política que crea un triunfo peronista en la Provincia de Buenos Aires, aunque la UCRI -el oficialismo- ganara en la suma nacional de votos.
Más cerca en el tiempo, en 2005, la batalla electoral central se libró, como suele suceder, en la Provincia. Este distrito realizó elección de senadores nacionales además de la de diputados. La lista del oficialismo nacional presentó la candidatura a senadora de Cristina Kirchner, y la del peronismo disidente la de Hilda “Chiche” Duhalde. Se impuso la primera con el 45,7 por ciento de los votos frente al 20,4 por ciento de la segunda. En el plano nacional, la victoria kirchnerista fue contundente.
En la elección legislativa de junio de 2009, el kirchnerismo había adelantado la elección 4 meses previendo que ello lo favorecería en términos económicos, aunque no fue así. Entonces, en la Provincia de Buenos Aires, ganó la lista que encabezaba Francisco de Narváez, que se nutría de disidentes peronistas bonaerenses y votantes de Macri, que en ese entonces gobernaba la Ciudad de Buenos Aires. Se impuso con 34,6 por ciento, pero el efecto político fue muy grande, porque el primer candidato del oficialismo nacional -Frente para la Victoria- era nada menos que el ex presidente Néstor Kirchner, que fue derrotado con el 32,18 por ciento de los votos. Si bien a nivel nacional Unión PRO obtuvo el 19 por ciento de los votos, contra el 29,5 por ciento del Acuerdo Cívico y Social y el 28,7 por ciento del Frente para la Victoria -es decir que quedó en tercer lugar-, la foto política de aquella noche que todavía hoy perdura es la de De Narváez derrotando a Kirchner en la Provincia. La elección legislativa que tiene lugar 4 años después, en octubre de 2013, dio la victoria a la lista del peronismo disidente que se presentó con el partido Frente Renovador, que en ese momento encabezaba Sergio Massa como intendente de Tigre. Éste se impuso con el 43,9 por ciento frente a la lista del kirchnerismo, que llevó a Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, y que obtuvo el 32,3 por ciento de los votos. En 2017, en la elección legislativa en la Provincia de Buenos Aires vuelven a votarse senadores nacionales. Se impuso la lista de Cambiemos, que llevó como primer candidato a senador a Esteban Bullrich, contra la lista del Frente para la Victoria, que encabezaba la entonces ex presidente Cristina Kirchner.
El primero se impuso con el 41,3 por ciento de los votos frente al 37,3 por ciento de la segunda. Además de Unidad Ciudadana (la encarnación elegida por el kirchnerismo para esa elección), el peronismo tuvo dos divisiones más en el territorio bonaerense: la Coalición 1Pais encabezada por Massa y Margarita Stolbizer, y el Frente Justicialista Cumplir, del ex ministro de Transporte del kirchnerismo, Florencio Randazzo.
Hasta acá surge claramente que el “efecto ganador” en una elección legislativa de medio mandato lo determina la elección bonaerense y no tanto la suma total de votos a nivel nacional. También es claro que en la Provincia, la suma del peronismo unido bajo una misma lista termina dando algo más de la mitad de los votos e inclusive, en alguna oportunidad, más de dos tercios. La Argentina ha tenido siempre un sistema presidencialista, con lo cual el resultado electoral se evalúa en cuanto a efectos políticos más que por la cantidad de votos. La Provincia de Buenos Aires tiene 70 de los 257 diputados nacionales y renueva la mitad (35) cada dos años. Si las dos primeras fuerzas obtuvieran por ejemplo 15 bancas cada una, el efecto no es de un empate, sino de que el ganador es el que obtuvo un voto más que el otro. Con estos antecedentes, la elección bonaerense de 2021 será decisiva en cuanto a su efecto político. Si una derrota del oficialismo nacional se da en la Provincia de Buenos Aires, aunque no en la suma nacional de votos, el efecto ganador favorecería a la oposición, pese a ello.
El peronismo unido en la Provincia de Buenos Aires da claramente más oportunidades de triunfo al oficialismo. En este contexto, adquiere relevancia la intención, en la cual coinciden la Vicepresidente y el Presidente, de que Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, sea presidente del Partido Justicialista, precipitando la acefalía de las actuales autoridades, cuyo mandato vence en diciembre de 2021. La Cámpora ha jugado un rol decisivo en forzar la realización -aunque postergadas un mes- de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que los gobernadores y la Casa Rosada preferían suspender por la situación excepcional que creó la pandemia. Una oposición dividida en la Provincia de Buenos Aires -como hoy parece ser el caso- aumenta las chances del oficialismo.
En conclusión, la Provincia de Buenos Aires, que representa el 38 por ciento del padrón nacional, define el efecto político de la elección: quien se impone en este distrito es percibido como el ganador. Pero el grado de unidad del peronismo y la división de la oposición son dos cuestiones clave que incidirán en el resultado.

* Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

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