Karina Milei.
Karina Milei.
EN MEDIO DE LA TENSIÓN DEL GOBIERNO CON LA IGLESIA

Karina, junto a monseñor Ojea en la Casa Rosada

El encuentro se dio mientras se retrasa la llegada del papa Francisco al país y sigue sin definirse el embajador en el Vaticano.

En medio de la tensión con la Iglesia y mientras se demora la visita del Papa Francisco al país, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, recibió ayer en Casa Rosada al titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea. En el curso de la reunión conversaron sobre “distintas cuestiones que tienen que ver con la misión de la Iglesia, la paz social y la atención a los más necesitados”, confirmaron en la CEA al cabo del encuentro que se desarrolló en horas de la mañana y sin testigos.

Invitado personalmente por la hermana del Presidente, moseñor Ojea dio además detalles sobre el “proceso de renuncia a los aportes previstos en la ley 21.950, que comenzó en el año 2018 y finalizó el 31 de diciembre pasado”, y que consistía en aportes estatales a los sueldos de los obispos, a los que la Iglesia renunció en su momento y que dejó de percibir en su totalidad el último día del año pasado.

La reunión entre la secretaria General de la Presidencia y el titular del Episcopado se concretó horas después de que trascendiera el malestar de la Iglesia por la demora del Gobierno en designar al embajador en el Vaticano y al secretario de Culto. Esa inquietud, incluso, es la que estaría retrasando la decisión del Papa Francisco de visitar el país, según dejaron transcender fuentes eclesiásticas. 

La Secretaría de Culto, que depende de la Cancillería y estuvo encabezada por Guillermo Oliveri hasta el 10 de diciembre, está hoy a cargo de Alberto Balboa Menéndez, exnúmero dos en la embajada argentina en Roma y que participó de la gestión anterior de la Secretaría. 

En cuanto al embajador en el Vaticano, el nombre elegido por la canciller Diana Mondino era el del excanciller de Fernando de la Rúa, Adalberto Rodríguez Giavarini, quien sin embargo declinó el ofrecimiento. 

En la Cancillería, en tanto, aseguran que el nombre para llegar a la Santa Sede podría estar incluido en la nómina de embajadores políticos que el Gobierno enviará al Senado en los próximos días. 

 

Una visita que se demora 

La demora en nombrar al secretario de Culto y al embajador en el Vaticano podrían retrasar, como se dijo, la llegada de Francisco a la Argentina. Pues son esos funcionarios los encargados de llevar adelante la relación con la Iglesia y coordinar una eventual visita papal. 

No es solo eso. También inquieta en Roma el tono intransigente de Milei, reacio al diálogo con la oposición y a tender puentes con los distintos sectores de la sociedad para implementar el paquete de radicales reformas que pretende. Entienden en el Vaticano que un discurso así podría redundar en un escenario de mayor conflictividad social en los próximos meses, justo cuando el Sumo Pontífice pretendía aterrizar en el país. En otras palabras, lo que la Iglesia no quiere es que el Papa quede en medio de la grieta y la feroz puja política.

Vale recordar también que, más allá de que Francisco había prometido visitar su patria en los primeros meses de este año, ya superado el proceso electoral, la relación entre el Vaticano y Milei atravesó momentos de enorme tensión aún antes de la asunción del nuevo Presidente. Entre la ristra de agresivas declaraciones que le dedicó, el ahora mandatario dijo del Papa que era el “enviado del Maligno en la Tierra”, mientras que Alberto Benegas Lynch, uno de los referentes ideológicos del jefe de Estado, directamente llegó a proponer la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Vaticano. 

Las asperezas parecieron limarse después del 19 de noviembre del año pasado, cuando Milei se alzó con el triunfo en el balotaje, el Papa lo llamó para felicitarlo y el presidente electo lo invitó a venir a la Argentina. Pero esa invitación todavía sigue esperando por una respuesta formal y la llegada de Francisco a la tierra que lo vio nacer sigue sin tener una fecha concreta.

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