El presidente electo Javier Milei ultima los detalles del que será su discurso inaugural. Apunta a una extensión similar a la de sus últimas apariciones públicas, pero con un claro objetivo: describir a todos los argentinos con lujo de detalles cuál es la herencia recibida. Luego de una combinación de datos, resumirá los caminos posibles que depara una economía argentina en estado crítico. Será el próximo domingo cuando la cuenta regresiva para su asunción finalmente termine.
“Voy también a explicar por qué elegí el camino que elegí. Es fundamental en esta etapa que todos sepan con qué nos encontramos y cómo buscaremos solucionarlo. No hay margen de error ni tiempo”, resumió Milei a su mesa chica. Su foco pasará por describir la derrota del populismo y tratará de evitar la mirada retrospectiva de kirchnerismo versus antikirchnerismo.
“Le ganamos a un modo de hacer política. Es la primera vez que quien llega a la presidencia lo hace diciendo que hay que ajustar. Si yo tuviera que poner un highlight de lo que pasó es que, a contramano de los Durán Barba de este mundo que te dicen no digas nada, no te muevas, un tipo que dijo la verdad y contó la realidad ganó. No prometimos mentiras y anticipamos ajuste. Ahora es el momento de gobernar”, agregó a modo de arenga a su círculo íntimo.
Mucho cambió en la rutina de Milei desde que fue elegido. Se levanta a las siete de la mañana y está activo hasta las once de la noche. Tras su viaje a Estados Unidos se mueve lo menos posible y recibe a cada uno de sus futuros funcionarios en el hotel Sheraton Libertador adonde vive temporalmente. “El mismo sistema que llevaré adelante en la quinta de Olivos cuando me mude allí”, les anticipó a los propios.
Durante el último tramo de la campaña durmió mucho menos de lo habitual y recurrió a una alimentación desordenada. Ahora ya bajó unos ocho kilos y cambió su rutina, salvo por una máxima que mantiene a rajatabla: sus cuadernos Moleskine adonde escribe sus ideas.
En las dos semanas que pasaron desde que ganó las elecciones ya completó tres enteros con sus habituales diagramas, números y estrategias. Su mesa chica se amplió por el peso de la realidad. Repite a sus colaboradores que se toma lo que viene como un trabajo nuevo y con la responsabilidad que supone presidir un país con la realidad más compleja de la historia reciente. Ya no lo hace en modo campaña sino con una especie de reloj de arena en el que revisa uno a uno los nombres que finalmente resultan elegidos para los ministerios y secretarías. La economía aparece como su principal desvelo de corto plazo.
Hoy el déficit total de la Argentina es del 15% del Producto Bruto Interno, es decir, del valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos en la Argentina en un período de un año. De ese porcentaje unos 10 puntos los explica el Banco Central, principalmente por lo que en la jerga económica denominan la pelota de las leliqs. “Luis ‘Toto’ Caputo tiene la llave para resolver el problema que evitará la hiperinflación. Eso es lo prioritario para la primera etapa”, se escuchó cerca del presidente electo.
Con Caputo venían trabajando desde antes de las Paso, no es que se unieron por el resultado. Era la figura tapada a la que tantas veces hizo referencia en público resguardando su nombre para el circuito privado. A su vez, las reuniones que había tenido con el exministro de Finanzas de Mauricio Macri y expresidente del Banco Central no suponían su nombramiento.
Sin embargo, la casilla de la oficina del presidente electo desde donde se emiten todas las confirmaciones oficiales le dio la bienvenida y el propio Caputo agradeció a través de su cuenta en X adonde aseguró que “vamos a dejarlo todo para darles una alegría a los argentinos de bien”. Aunque todavía no se confirmó formalmente, es un hecho que el futuro presidente del Banco Central será del riñón del ministro de Economía.
Santiago Bausili, socio y amigo de Caputo, aparece como el principal candidato para presidir el Central. El exsecretario de Finanzas durante el gobierno de Macri trabajaba como analista económico en Anker, la consultora que fundó con el futuro ministro de Economía.
“La salida del cepo no va a ser instantánea. El principal problema es evaluar las consecuencias fiscales que dejó este gobierno”, aseguró una alta fuente del futuro gabinete económico. Llegar al déficit cero también será una meta clara aunque evitarán ponerle en el corto plazo una fecha definitiva. Es que hay un punto que le suma más complejidad a la bomba de tiempo financiera y es la relación entre el peso y el dólar con un Banco Central en rojo.
“El movimiento del tipo de cambio tiene todo un conjunto de instrumentos ligados que podrían generar un desastre. Hay que evaluar las consecuencias en términos de evitar lo que le pasó a Macri con el dólar futuro que se le dispararon todas las variables”, resumieron cerca de Milei. Un dato adicional es que la comunicación entre el expresidente y el futuro titular del Poder Ejecutivo es más que frecuente.
Joaquín Cottani, un analista financiero que hizo la mayor parte de su carrera en Estados Unidos, ya está entre los confirmados del equipo económico. Asumiría como secretario de Política Económica. Cottani estudió Economía en la Universidad Nacional de Córdoba e hizo el doctorado en la Universidad de Yale.
Fue subsecretario de Financiamiento durante la gestión de Domingo Cavallo, quien luego lo envió a Washington como asistente técnico en temas financieros en representación de la Argentina. Trabajó en el Banco Mundial y fue economista jefe para América Latina en Lehman Brothers, Citibank y en la calificadora de riesgo Standard & Poor’s. Desde 2018 trabajaba en consultoría y daba clases de Economía en la Universidad de Boston. De ahí que Caputo lo definió como uno de los artífices silenciosos de la década del 90.
“Que pasará con la tasa de interés es la clave. Si el ajuste es creíble lo que va a suceder es que subirán los títulos argentinos y por ende la recesión va a ser menos dolorosa y la baja de la inflación más rápida. A eso apuntamos”, se entusiasmaron cerca de Milei.
El equipo económico tiene más jugadores en pretemporada. “Economista y futbolista frustrado”. Así se define en la red social X Pablo Lavigne, quien sería el futuro secretario de Comercio del equipo de Caputo. El propio Hernán Lacunza, exministro de Economía y socio de Empiria, adonde trabaja Lavigne, lo definió como alguien “incorruptible, experimentado, que sabe todo de comercio, trabaja en equipo. Que se dé”. Y agregó: “Los banquineros lo van a sufrir”. Según parece, no solo sabe de macro sino que tiene profundos conocimientos de la micro, algo clave para la letal guerra de lobbies que vienen. De hecho, algunos sectores ya pusieron el grito en el cielo al enterarse.<
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