El Gobierno argentino suscribió por primera vez en la historia un préstamo con el emirato de Qatar, y sumó así otro prestamista para conseguir el objetivo de pagar los compromisos "sin tocar las reservas", mientras negociaba con el FMI cómo reformular el programa y la llegada de los US$ 10.400 millones de desembolsos para el segundo semestre.
En una movida inédita, y ante la imposibilidad fáctica de haber alcanzado un acuerdo con el FMI refrendado por el directorio antes de la fecha límite de los compromisos con el organismo, el ministro de Economía, Sergio Massa, decidió recurrir a distintos tipos de financiamiento alternativo a los desembolsos del Fondo para no comprometer las reservas y cosechó sus frutos: primero fue China, y el logro del uso del swap de monedas para financiar los pagos el Fondo; luego, la CAF, y ahora Qatar.
El tipo de préstamo alcanzado resultó tan original como el nuevo país acreedor, ya que la Argentina recibirá, tras un acuerdo bilateral, unos 580 millones de DEG, la moneda del FMI (alrededor de US$ 755 millones) a la misma tasa variable que el FMI aplica a los DEG, que hoy está en el 4,033% anual, y sin ningún tipo de cobro o interés adicional ni tipo de garantía.
El único fin del préstamo fue "fondear el pago del vencimiento de la Argentina con el FMI (por los cargos y sobrecargos) del 4 de agosto de 2023", explicaron desde la cartera económica. Esos vencimientos rondan los US$ 900 millones.
Dichos vencimientos corresponden al pago del préstamo que tomó la anterior gestión de Mauricio Macri, por US$ 45.000 millones, una carga de deuda no sólo por el volumen sino por el cronograma de vencimientos que se pactó para devolver la totalidad de dicho préstamos en apenas dos años y medio.
Y, dada la magnitud de la concesión al expresidente Mauricio Macri en tiempo récord -el mayor en la historia el FMI-, el préstamo paga adicionalmente unos sobrecargos a los intereses, que suben al ritmo que marcan las tasas de interés de los países centrales, y que a la Argentina le implican un piso de US$ 1.000 millones adicionales en deuda, a los intereses del préstamo.
Fuentes informativas destacaron la labor ejecutiva y compacta de los 10 colaboradores cercanos a Massa que trabajaron de manera coordinada y hermética para conseguir financiamiento por los distintos frentes, y evitar que la oposición se adelantara con alguna maniobra para intentar "pinchar" la misión de conseguir más fondos para no afectar las reservas.
"Massa y los 10", como se autodenomina el equipo, son Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur, Guillermo Michel, Lisandro Cleri, Gustavo Martínez Pandiani; Marco Lavagna, Eduardo Setti, Flavia Royon, Raúl Rigo y Ricardo Casal.
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